Cameron Dallas Imagines

90. Apuestas y promesas

Aaaaah mierda que quieren una continuación de "juegos" sinverguenzas ( ͡° ͜ʖ ͡°) Yo también. Ue. Habrá segunda parte, I promise... No tenía planeada una continuación, por lo que tendré que pensarla. Cosa de no cagarla, ¿vieron? 

*era todo un sueño viste y PUM fin de la historia* Nah, mentira. Ya se me ocurrirá algo.

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—Ahí viene—me codeó mi amiga, mirando hacia atrás—Y te está mirando a ti.

—¿Quién? ¿Quién me mira?—dije sin voltearme.

—Bombón Dallas—dijo divertida.—Te dejo. Suerte, cariño.

Estaba por reclamarle, cuando una aclaración de garganta me lo impidió. Volteé y frunciendo levemente la nariz, miré directo a los brillantes ojos cafés del chico. Me sonrió de manera petulante.

—Hola, preciosa.

Usualmente una chillaría de emoción y se comportaría lo mas seductoramente posible ante este chico, pero el asunto es, que no soy usual. Ya se imaginaran al tipo de personaje que me acaba de llamar "preciosa": altanero, increiblemente atractivo, el 'fuckboy' de la escuela si así puede decirsele. Basicamente tiene a casi todas las chicas besandole los pies, rogando por un "preciosa" siquiera. Pero este tipo no es más que un Don Juan que busca algo de una noche.

—Pierdes tu tiempo—dije guiñandole un ojo. Me di la vuelta y caminé un par de pasos hasta que su rostro apareció nuevamente delante mío.

—¿Por que dices eso?

—No estoy interesada—intenté evadirlo, pero Dallas tomó mi brazo. Quité su mano de mi brazo—Quita tu mano.

—Whoa, dificil, ¿eh? Me agrada—tomó mi mentón, sonriendome y mirando mis labios. No eran mas que puros juegos. Él no estaba ni ligeramente interesado en mí. Bueno, no en algo que involucre más que algo fisico.

—Ya, Dallas—quité su mano estorbandome y lo miré seria—Buscate a otra. De seguro encontrarás una candidata más fácil.

—Me sorprende que me llames por mi apellido—dijo él, suavemente—Y segundo, lo fácil es aburrido ¿no crees?—se aproximó a mí, tanteando sus dedos con mi cabello.—¿Estás segura de-

—Muy segura. Gracias por la oferta, pero no—retrocedí luego de que tomase mi brazo de manera brusca.

—Escucha, nena. Te apuesto mi reputación que para el próximo fin de semana, estarás gritando mi nombre bajo las sabanas—dijo de manera arrogante.

—¿Tu reputación?—dije divertida y a la vez desafiante—¿En serio? No vale mucho, querido. Y te prometo—zarandeé mi brazo, soltandome de su agarre nuevamente—Que eso no pasará.

Inmediatamente y casi sin poder procesarlo, me besó. Y con mucha intensidad. Fueron apenas unos segundos, pero me dejaron con un par de neuronas menos. Había terminado el beso y yo recién lo estaba procesando.

—No hagas promesas que no puedas cumplir—me guiñó el ojo y con una sonrisa victoriosa, se alejó.