Capítulo 11

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Abrimos la puerta y apareció delante nuestra mi abuela como si se hubiese teletransportado. Ana se bajó de encima mía y yo fui a por Marcos. Aun seguía durmiendo, levante la persiana y le vi restregarse sus ojos marrones tan bonitos que tenía. Le cogí en brazos y bajemos al salón. Mi abuela había hecho el desayuno para todos, incluso para Ana a la que no le había gustado el desayuno del hospital. Al acabar subí para cambiarme de ropa, me peiné y me fui a trabajar. Ana se había quedado en el salón con Marcos viendo los dibujos con mi abuelo y mi abuela había ido a casa de una amiga suya a tejer como todas las mañanas. Cuando salí del trabajo, me dirigí a casa tranquila con los cascos puestos. Antes de abrir la puerta escuché como mis hermanos reían y mis abuelos les acompañaban en sus risas. Abrí la puerta finalmente y encontré a Marcos con una pieza de juguete en la cabeza. Me reí y les saludé a todos, mi abuela se dirigió a la cocina mientras que yo subía a ducharme rápidamente. Cuando acabé olía muy bien y me dirigí a la cocina. Mi abuela se encontraba cocinando un rico pollo al horno mientras se escuchaba la radio, le ayudé cortando las patatas y las pusimos a freír. 

Cuando la comida ya estaba hecha, pusimos la mesa y nos sentemos todos a comer. Más tarde los peques se fueron a dormir y mi abuelo me dijo de ir a dar un paseo asi que acepté. Hacía un muy buen día, mi abuelo lucía sonriente y yo a su lado también. Fuimos hasta el parque donde nos sentemos en un banco y empecemos a mantener una conversación animada. Mi móvil empezó a sonar, lo saqué de mi bolso y lo miré. Era mi hermano. 

Mi Ángel, Mi Salvador (GEMELIERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora