III: Caníbal.

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C A P Í T U L O 3

Lo único que se escuchaba era el sonido que un pájaro emitía y las olas del mar. Jackie podía sentir la incomodidad, sin embargo se quedó un rato más ahí y se quedó dormida de nuevo.

Un rato después, Jackie fue empujada brutalmente hacia la arena, ya que el hombre que estaba frente a ella, estaba enojado de que estuviera ahí.

— ¡Oye! ¿Por qué hiciste eso? —Se quejó Jackie sintiendo de nuevo el dolor en su pierna.

—Te lo voy a decir una última vez, aléjate de aquí—Habló el hombre—Es difícil conseguir comida, y si no te vas, voy a convertirme en caníbal y no dudaré en que seas mi primer víctima.

Jackie sintió cómo toda la sangre bajaba por su cuerpo, se había asustado tanto que se levantó de un solo movimiento y se alejó de ahí lo más rápido que sus piernas le permitían.

Caminó unos metros hasta que sintió su estómago rugir por hambre. Recordó la palma llena de fruta y fue hasta ahí a tomar algunos plátanos, pero se dio cuenta que no había nada.

Confundida, frunció el rostro. Ayer por la noche había estado repleto. ¿Habrían sido animales? ¿O habría sido aquel hombre que no quiso compartir?

Cualquiera de las dos opciones le producía escalofrío, así que siguió caminando mientras buscaba algún otro árbol del que pudiera tomar un fruto.

—Voy a morir de hambre—Dijo para sí misma.

Cuando había caminado ya un buen tramo de arena, vio algo en la orilla de la playa, su poca falta de vista no la hacía diferenciar bien qué era, así que se acercó lentamente.

Estaba cubierto de algas marinas y otras cosas, era algo rectangular, cuando se acercó lo suficiente, pudo ver que era una maleta, y se emocionó demasiado al ver que era su maleta.

Estaba sucia y golpeada, pero estaba cerrada y era lo más importante. Comenzó a quitar las algas y después abrió la maleta, toda la ropa estaba mojada, pero no había problema, podía ponerla a secar al sol.

Su celular táctil estaba ahí, pero la pantalla estaba rota y tenía agua dentro. Obviamente era inservible.

—Al menos no tendré frío en la noche—Dijo sonriendo mientras tomaba la maleta y la arrastraba hacia adentro de la isla, sin adentrarse a la vegetación, pero justo donde se encontraba una gran roca.

Comenzó a sacar la ropa y a ponerla sobre la piedra y los árboles que estaban ahí.

Cuando terminó de sacar la ropa, miró la maleta y casi llora de la emoción al ver tres paquetes de carne seca y golosinas que llevaba ahí. Todas las bolsas estaban arrugadas pero su contenido estaba excelente. Incluso había una botella de agua.

—Puedo sobrevivir una semana con esto mientras conozco este lugar—Se dijo—Incluso puedo construir una casa también, no necesito de aquel hombre.

En ese momento, el hombre hizo su aparición saliendo detrás de una roca, ella casi se desmaya del susto.

— ¿Qué quieres? Ya me alejé de ti, y ahora tú regresas—Le cuestionó Jackie.

— ¿Qué es esa cosa? —Le preguntó el hombre viendo el celular táctil de ella.

— ¿Acaso no sabes qué es? ¿Cuánto llevas aquí? ¿Cincuenta años? —Preguntó ella, pudo ver como la mejilla de él temblaba pero no se inmutó, solamente la apuntó con una lanza hecha de piedra que tenía en sus manos.

—Dime lo que es—Le exigió él.

—Es un celular ¿no es obvio? —Le dijo ella—Si estuviera bien y hubiera señal aquí podríamos salir.

El hombre dio un paso atrás y frunció el rostro.

—Eso no es un celular, los celulares tienen teclas—Dijo con voz alarmada, lucía cansado, como si no hubiera dormido en toda la noche.

—Estos celulares han salido hace dos años, puedes manejarlos tocando sólo la pantalla...

—No te creo, pero no voy a estar discutiendo eso, dime qué es eso—Preguntó señalando las bolsas de carne seca.

Jackie las miró de soslayo, él podría intentar robarlas.

—No es nada.

—Dímelo.

—Es... comida.

Él dio un paso hacia adelante mirándolas más de cerca. Su estómago rugió, era carne.

—Dámela—Le exigió él.

— ¿Qué? ¡No! Es mi comida, consigue la tuya—Le respondió ella.

— ¡Que me la des! —Le gritó apuntándola con la lanza de piedra.

Jackie se sorprendió por la agresividad pero trató de llenarse de valor.

—No te voy a dar nada, ya lo escuchaste.

—Si no me lo das, voy a matarte.

— ¿Y qué ganas con eso? ¿Me vas a comer también?

—Aquí he comido cosas que no te imaginas, no dudaría en hacerlo, eres carne.

Jackie frunció el rostro asqueada de que él pensara en eso, ella no se comería a otra persona jamás aunque estuviera muriendo de hambre.

—Aléjate de aquí —Le dijo Jackie.

— ¿De verdad crees que haré eso? Pues lo haré, pero no sin esa carne.

—Repito que no te daré nada.

—Entonces yo voy a quitártelas—Le dijo él antes de lanzarse contra ella para empujarla y tomar las tres bolsas de carne, para luego echarse a correr. Solamente le dejó una pequeña bolsa de golosinas y la botella de agua.

— ¡Oye, devuélveme eso! —Le gritó Jackie mientras se levantaba del suelo.

Pero el hombre ya había corrido con bastante velocidad y se había adentrado en la isla. Ni de broma ella iba a entrar ahí.

Jackie comenzó a llorar mientras seguía sintiendo el dolor de su pierna, tenía mucha hambre, pero sólo se comió uno de los dulces, tal vez una minúscula cantidad de azúcar podría ayudarle a sobrevivir unos días

***

Jackie se despertó después de haberse quedado dormida llorando, aún era de día así que seguramente no había dormido mucho. Cuando se sentó en la arena, se sorprendió al ver una de las bolsas de carne seca a su lado.

Se preguntó si aquel hombre le había tenido lastima, o si en el fondo, tenía un buen corazón. Pero sobre todo, se preguntó cuál sería su nombre.

*****

Nota: Lamento la tardanza, las clases me dejan sin tiempo jajaja. Espero que les haya gustado.

¿Qué opinan de la actitud de Harry? ¿Por qué creen que él no la quiere ahí?

Subo lo más pronto que pueda :)

    — K. xx

Marine HavocsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora