XVII: Segundo.

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CAPÍTULO 17

El interior del avión estaba completamente hecho un desastre. Todas las cosas estaban revueltas, pero Jackie quiso ver si se podía rescatar algo. Después de todo nadie más podría usarlas ya.

Harry de adentró con ella y vio el desorden. Movió un asiento y sacó una mochila de debajo, la abrió y encontró dos libretas y algunos lápices. Frunció el rostro y se lo mostró a Jackie.

—Oh, esas eran de Camila—Dijo con nostalgia—Le gustaba dibujar.

Harry se colgó la mochila y siguió buscando cosas. Jackie hacía lo mismo, encontró botellas de aguas vacías, pasta dental, pero sin algún cepillo de dientes, un desodorante casi vacío, un celular hecho pedazos y tres maletas. Una era del maestro pulpito y las otras dos de sus amigos. Le daba tanta tristeza ver esas cosas ahí, sabiendo que sus dueños ya no estaban.

La maleta de su maestro estaba cerrada por un solo seguro, ya que los otros dos se habían roto. Y las otras dos seguían cerradas. No sabía exactamente de quiénes de sus amigos eran las maletas.

Harry encontró dos mochilas más, todas tenían esos aparatos que Jackie había llamado celulares, esos no estaban destrozados, pero no encendían. También había audífonos y mentas. Una de las mochilas tenía lo que parecía maquillaje y la otra tenía ropa interior masculina.

Harry elevó una ceja preguntándose si podría ser de su talla.

—Hey, mira lo que encontré—Dijo Jackie con la maleta de su maestro ya abierta—Hay rastrillos, tal vez te pueda ver sin esa pequeña barba que tienes.

—Nunca he usado uno—Confesó él.

—Es fácil, luego te enseño—Le dijo ella riendo.

Mientras ella seguía mirando con culpa lo que las maletas tenían, Harry se levantó y fue hacia la cabina, era pequeña. Suspiró a ver al piloto sin vida.

—Harry, dentro de las maletas hay mucha ropa y encontré un botiquín de... ¿qué pasa? —Preguntó ella.

—Es increíble lo pequeño que el mundo es—Dijo él.

—¿Por qué dices eso?

Harry señalo y piloto e inhaló profundamente. El piloto era un joven de algunos veintisiete años, rubio y delgado.

—Se llamaba Johnny...

—¿Qué? —Dijo ella confundida—¿Cómo lo sabes?

Ni siquiera ella sabía que se llamaba así, era el piloto del avión en el que iba, pero no lo conocía.

—Era mi primo—Respondió él.

La boca de Jackie se abrió y se secó ante el comentario. Era tan sorprendente el hecho de que un familiar de Harry estuviera ahí, muerto.

—Pero, eres de Inglaterra...—Dijo ella—Él estaba en Estados Unidos...

—Él siempre había vivido en los Estados Unidos, de vez en cuando lo visitábamos—Le explicó.

—Lo siento...—Dijo ella.

—Está bien, no era muy cercano a él, pero es impactante que haya terminado aquí también—Dijo—Al menos yo seguí vivo.

—Bueno, él está mejor ahora, donde quiera que esté—Le dijo ella mirando hacia abajo, al suelo -o más bien el techo- del avión.

Harry asintió y salió de ahí diciendo que no pasaba nada, que siguieran verificando qué había por ahí.

Marine HavocsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora