HUNTER
- Mira capullo, no se te ocurra colgarme después de lo que me has contado. Habla.
- Ya te lo he dicho, las cosas se han liado un poco y yo he acabado con una bala en el brazo y Dana con un cristal en el pie. Estamos bien y para colmo mis padres están de camino. Una noche inolvidable, en serio tío hablamos mañana. – Entro en la habitación esperando ver a Dana sentada en la cama, aún mirándose las manos, concentrada.
Pero lo que me encuentro es peor, mucho peor.
Porque mis padres están junto a ella, y nada más verme, mi madre se abalanza para abrazarme.
- Está bien, pero mañana me llamas sin falta. Procura no agobiarte con tus padres Hunter, buenas noches tío. – Consigo oír la voz de mi amigo de fondo, cuelgo y me guardo el móvil en el bolsillo.
Mi madre aún me rodea con sus brazos y yo no sé qué hacer, solo miro fijamente a mi padre, que se ha acercado pero aún se mantiene a cierta distancia. Con su traje impecable y las manos escondidas en los bolsillos. Tan recto y elegante como siempre.
- Hunter cielo, ¿estás bien? No sabes el susto que me han dado cuando el hospital llamó por ti. Casi me da un infarto. – Finalmente me suelta y se recoloca el moño perfectamente arreglado. No puedo evitar soltar una risa ácida, es ridículo.
- Hunter. – La voz dulce de Dana llama mi atención y me acerco hasta ella. Con los ojos veo que me está reprendiendo por comportarme así. ¿En serio? Joder, vale.
- Estoy bien mamá, los dos lo estamos. – Me siento en el colchón junto a Dana, que se hace a un lado para dejarme sitio. Envuelvo mi mano con la suya, que se mantenía abierta, como esperando a que hiciera exactamente eso.
- ¿Qué ha pasado? – Esa es la voz de mi padre, noto que se está conteniendo, para no levantar la voz o para no gruñir eso ya no lo sé.
- Si hubierais estado aquí cuando la policía me interrogó, lo sabrías pero...
- Ha sido todo culpa mía. – Dana me interrumpe y noto que aprieta mi mano pidiéndome que me relaje.
Respiro hondo y tras tragar saliva me imagino que estoy hablando con mi padre, un padre que es como el de Dana. Que se preocupa de verdad, que me quiere de verdad. Tal vez así consiga no mandarle a la mierda antes de tiempo.
- Nada, no le hagáis ni caso. Unos tíos nos persiguieron al salir del bar, intentaron llevarse a Dana y me dispararon, salimos corriendo y ella se clavó un cristal en el pie. Eso es todo.
- ¿Cómo que eso es todo? Hunter te han herido. – La voz entrecortada de mi madre parece estar dolida de verdad, pero no lo tomo en cuenta. Siempre ha sido muy buena actriz.
- Señora Hudson, su hijo me ha salvado la vida y ahora los dos estamos bien. Creo que tan solo debería estar orgullosa de él y darle tiempo para asimilar todo esto, hemos tenido una noche bastante dura. – Miro a Dana fascinado por la forma tan segura con la que habla.
No suelen defenderme muchas mujeres, y si lo hacen es porque esperan algo a cambio. Como un rato detrás de mi coche o en el armario del gimnasio. Generalmente porque nunca tengo razón pero su forma de defenderme me hace conocer una manera de ser que nunca había visto en ella. La segura. Esa Dana me gusta. Aprieto su mano en señal de agradecimiento y ella se gira para mirarme, me sonríe y solo puedo desear que mis padres se larguen ya para pasar la noche con ella.
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TU ELIGES (Completa)
Teen FictionLos bailes siempre suelen ser noticia de celebración, pero al parecer para Dana no es así. Puede que simplemente sea porque odia ser el centro de atención... o porque no quiere que sigan acosándola, o tal vez porque por alguna extraña razón del dest...