Los bailes siempre suelen ser noticia de celebración, pero al parecer para Dana no es así. Puede que simplemente sea porque odia ser el centro de atención... o porque no quiere que sigan acosándola, o tal vez porque por alguna extraña razón del dest...
(Esta soy yo por tener a mi nene tan cerca) dfhogfhdknlfhlifhdifhedkjcuehskdh
Y ese es Hunter gritandonos a todas: SOBREVIVIREEEEEE!! (al ritmo de Mónica Naranjo)
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- Thomas mató a Mike. – No lo pregunto.
- Tú te lo dices todo chico.
- No tiene sentido. Dana nunca me dijo nada sobre un hermano, ni su padre. Su madre... ella está así por eso, ¿verdad? – Aprieto la mandíbula encajando todas las piezas en su sitio.
- Esa mujer se volvió loca y ahora es el padre el que tiene que cargar con todo. Aunque está claro que ahora el que carga con todo eres tú, ¿no es así?
Suelta una carcajada entrecortada y después tose, hace un ruido extraño con la garganta y escupe en el suelo justo a mi lado. Su gesto me resulta repugnante y aunque sé que no puedo moverme de la silla en la que me encuentro sentado, hago ademán de apartarme, como si de alguna manera el escupitajo pudiera cobrar vida propia e intentara acercarse a mí. No vuelvo a abrir la boca y él parece satisfecho porque asiente en mi dirección y tras mantener su pistola bien guardada tras su espalda, desaparece en las sombras de nuevo.
Esta vez escucho el sonido de una puerta abrirse y el traqueteo del metal al arrastrarse por el suelo cuando la cierran. Estoy solo. Ahora sé con seguridad que estoy solo. Miro a mi alrededor con más calma, inspeccionando el sitio para buscar algo que me sirva de ayuda, algo que me saque de aquí. Tengo que encontrar a Dana, matar a Thomas y después llegar vivo al baile para ser la pareja principal en mi último año académico. Todo en ese orden. Esperemos que lo consiga, porque no se me da precisamente bien eso de mantener el orden y está claro que si esta vez no lo sigo y me matan, nada de lo nombrado se podrá cumplir.
DANA
Papá mueve la pierna con nerviosismo sobre la silla en la que se encuentra sentado, pero en la cara mantiene un aspecto sereno, de vez en cuando acerca su mano a la mía y me sonríe infundiéndome la tranquilidad que ni él, ni el señor Hudson, ni el abogado tienen. No sé en qué momento hemos llegado a este punto pero el caso es que llevamos una hora discutiendo un plan de ataque sin meter a la policía de por medio. Esto es imposible y comienzo a agobiarme seriamente. Ellos no saben con quién están tratando, si Thomas no quiere que le encuentren, no lo harán. Es demasiado listo.
- Dará igual lo que hagamos, en cuanto se huela algo desaparecerá. No podemos correr el riesgo. – Comenta el abogado. Su mirada desprende muchos años de sabiduría pero su voz amenaza con meterte en prisión en el mismo momento en el que te vea tirar un chicle a la acera. No sabría decir si me fío de él, pero supongo que el señor Hudson lo hace, así que tendremos que hacerlo los demás.
