Donghae condujo en silencio, con la mirada fija en la carretera.
Yo miraba por la ventanilla, angustiada, aun me odiaba por la escena que había montado hace apenas media hora.
Las fiestas no eran para mí, siempre algo o alguien me las arruinaba.
Me sentí culpable por haber arruinado la noche de Donghae, parecía que el la estaba pasando bien.
Pero como siempre, yo tenía que arruinar todo.
Donghae aun no me había invitado formalmente, lo que indirectamente me decía que no era su intención ir al baile.
Ambos seguíamos hundidos en nuestros pensamientos, sin modular ninguna palabra.
Intentaba pensar con claridad pero lo único en lo que pensaba era el pasado de Juan, estaba locamente intrigada por saber que ocultaba, con que muchachas había salido, si había sido arrestado. O simplemente, como había vivido su adolescencia.-¿Donghae?- Lo llame en voz baja, casi en un susurro.
-¿Si?
-Quiero saber sobre tu pasado- Hable firmemente.
Su cuerpo se tenso, me miro fijamente y luego volvió la vista al frente, sin decir nada. Podía notar que disputaba mentalmente sobre que confesarme y que no, si era buena idea o no.
-¿Qué quieres saber, Belen?- Pregunto en un hilo de voz.
-Todo- Conteste firme- ¿Cómo llegaste a Córdoba? ¿Con cuantas muchachas saliste antes que yo? ¿Alguna vez fuiste arrestado? ¿Tu primera vez?
Curvo una sonrisa, mi voz sonaba graciosa cuando hablaba rápidamente.-Comencemos por la primera...- Dijo sonriente, se tomo su tiempo para pensar
- Llegue a córdoba hace tres años, persiguiendo mis sueños.
Como ya sabrás, desde niño he adorado la música.
Así que cuando cumplí 14 tome todos mis ahorros y me escape de san luis, para intentar mi carrera musical en córdoba.
Alquile un pequeño departamento a las afueras de la cuidad, un departamento horrible, de hecho.
Lo primero que hice cuando llegue aquí fue conseguir un trabajo y así fue como me metí en el restauran de comida coreana.
Durante la mañana asistía a un instituto cercano a mi departamento, a la tarde me dedicaba a la música y luego trabajaba hasta media noche en el restaurante.
Así fue por un año y medio, hasta que renuncie a mi carrera musical y con el dinero que había ganado rente mi actual apartamento. Por mi alto promedio, fui becado al instituto pero aun así sigo trabajando en el restaurante para poder pagar todas mis cuentas.-¿Dónde entran tus apuestas en toda esta historia?
El se sorprende de que recuerde esa historia.
-Bueno... durante unos meses necesite dinero extra y la única solución que encontré fue el póker.
Al principio solo era por dinero pero luego fue adictivo, soy muy competitivo, ¿sabes? Y me ganaba muchas palizas por ello.-Oh...- Hice una mueca- ¿Y las muchachas?
Curvo una sonrisa, volviendo la vista a la carretera.-He estado con muchas muchachas, debo admitir. Aunque todas eran como Natalie, perras que solo quieren sexo.
Por ninguna de ellas sentí un décimo de lo que siento por ti, princesa
- Me mira a los ojos
- Tú fuiste la primer muchacha con la que hice el amor, la primer muchacha que ocupo un lugar en mi corazón.Me sonroje ante su confesión, nunca nadie había sido tan dulcemente sincero conmigo.
-Nunca olvidare la primera vez que te vi-
Continua- Vestías una mini falda rosa y una camisa blanca, tu cabello caía por tus hombros con algunas ondas al final.
Todos los muchachos te miraban embobados, aunque para ti, ellos parecían no existir.
Cuando pasaste junto a mí, te limitaste a mirarme y eso me hizo sentir despreciado, ¿sabes? Quise saber más sobre ti y así conocí a Antoni- Siwon-Pipe-Eunhyuk.Todos coincidieron en que eras una millonaria egocéntrica pero, que tal vez, en el fondo eras una buena niña.
Cada vez que tú pasabas junto a mí, mi corazón latía con fuerza, y yo no sabía qué rayos me sucedía.
Hasta que te vi con Kiseop y sentí la necesidad de golpearlo hasta que se alejara de ti, comprendí entonces que estaba enamorado de tu belleza.-Luego nos conocimos en clase de biología- Recordé.
-Sí, pero para ese momento, yo había decidido olvidarte cueste lo que cueste. El día que nos toco sentarnos juntos, sentí odio hacia el mundo. ¡Fue peor cuando me coqueteaste! Quería besarte y raptarte a algún lugar privado para confesarte mi amor. Pero escuche a mi cerebro y decidí comenzar a odiarte, eso te explica porque te insulte.
-Oh.
-Y el resto de la historia ya la sabes... Intente odiarte para olvidarte pero resultaba casi imposible, ¡tú eres jodida mente bella! Cuando me di cuenta que verdaderamente te quería, te dedique la canción y ambos sabemos que eso no funciono.
-Lo lamento- Hablo francamente- La canción era realmente bonita y yo solo la arruine, como arruino todo.
Donghae me tomo la mano con dulzura, luego se la llevo a la boca y la beso. Su tacto fue suave y dulce, sus labios encajaban perfectamente con mi fría piel. Cerré los ojos, sintiendo su calor.
-No digas eso, preciosa, jamás arruinaras nada para mí.
Asentí débilmente, volviendo mi vista a la ventanilla. Sentí como la tristeza se expandía por mi pecho, debilimitándome. Kiseop volvió la vista al frente, conduciendo con rapidez.
Guardamos silencio, ambos demasiados confundidos para hablar. Apoye mi frente sobre el frió cristal, intentando que el dolor de cabeza desaparezca.
Fue en vano, porque este seguía alli y yo sabía perfectamente que no se iría.
Luego de unos lentos minutos, Donghae aparco frente a la entrada de la mansión.-Mañana iré a almorzar a carlos paz, volveré tarde.
No mostré oposición, resultaba una buena idea distanciarnos por un día. Teníamos cosas en que pensar, cada uno por separado. Mire a Juan con dulzura, lo amaba tanto.
-Diviértete- Susurre y me acerque para besarlo, un beso cálido y corto.
El asintió y yo me baje del coche de Pipe, que Juan había tomado prestado. Abrí la puerta de la mansión y como todas nuestras despedidas, me volví para saludarlo pero para mi sorpresa, Donghae ya se había marchado.