Once

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Stiles POV

El día allí fue magnífico. Nos pusimos los bañadores y fuimos directos al lago. Bueno, Scott y yo. Lydia y Allison tardaron un poco más en meterse. Aunque no se metieron, las metimos. Scott y yo planeamos cogerlas y tirarlas y eso hicimos. Antes de hacerlo observé a Lydia, porque estaba en bikini y yo soy un chico, no podía evitarlo. Llevaba un bikini blanco con pequeñas sandías muy graciosas. Me acerqué poco a poco a ella y antes de que me pudiera decir algo, cogí su mano y tiré de ella hacia mí y ella se hundió. Yo empecé a reír. Lydia sacó la cabeza y empezó a salpicarme agua, e intentaba hacerme una aguadilla, pero no podía.

— ¡No es justo! —gritaba. Allison y Scott estaban dándose mimos en el agua muy cerca nuestro y los dos empezamos a nadar un poco más apartados de ellos. Yo paré de nadar y apoyé mis pies en el fondo del lago sin problema, aún hacía pie, pero no Lydia. Ella paró e intentó hacer pie y no podía, por lo que me acerqué a ella para ayudarla. Cuando lo hice, ella pasó sus brazos por detrás para sujetarse. No sé si pudo notarlo, pero se me erizó la piel. Nos miramos durante unos segundos pero, como siempre, ella acabó apartando la mirada. —Aquí no hago pie.

—Me he dado cuenta. Pero Scott y Allison...

—Necesitan privacidad. —Dijo ella.

—Sí. Aunque no debería suponer ningún problema para ti esta zona, ¿no, Ariel? —Lydia rodó los ojos.

—No debí de contarte eso. Lo usarás en mi contra. —Dijo frunciendo el ceño.

—Claro que no. Además te dije que sería tu Eric hoy. —Y cuando quieras, pensé para mí. Solté a Lydia y ella empezó a sumergirse, pero corriendo volvió a pasar sus brazos sobre mi cuello ahora, como si me fuera a dar un abrazo. Salvo que tuvo problemas para hacerlo y tocó mi torso antes. Yo le pasé mis brazos sobre su cintura, de manera que estábamos muy cerca. Pude ver sus mejillas enrojecerse y ella se mordió el labio inferior. Yo tragué saliva y dirigí mi mirada de nuevo a sus ojos. Mi corazón iba a salirse de mi pecho en cualquier momento, no podía latir más rápido. También notaba su corazón, que latía igual de rápido que el mío, parecía que estaban sincronizados. Ella fue separando sus brazos de mi cuello suavemente, y yo hice lo mismo. Empezó a nadar hasta la orilla, donde salió del agua. Yo seguía estático, pero decidí moverme. Unos minutos más tarde, el latido de mi corazón era normal y constante.

Yo suspiré. ¿Qué me estás haciendo, Lydia? ¿Por qué me pasa esto? ¿Te pasa a ti también? Preguntas iban siendo formuladas en mi cabeza, sin respuesta, por supuesto. No tenía la respuesta para ninguna y me preocupaba. Era consciente de que me gustaba Lydia, porque así es, pero siempre he sido capaz de controlarme. Y cuando digo siempre me refiero a siempre. Porque sí, Lydia me llevaba gustando desde tercer grado, cuando la "odiaba". Al principio no fui muy consciente, porque rompió mi cómic e hirió mis sentimientos, pero lo supe algo más tarde. Yo la he prestado atención todos estos años, pero ella a mí no. Por eso decidí actuar como si la odiase desde entonces cuando nos presentaron en el almuerzo, porque ella sí lo hacía. Pero era una cuestión de tiempo que esos sentimientos resurgieran de sus cenizas, como el ave fénix. Nadie sabe que me gusta Lydia y prefiero que sea así por un tiempo, por lo que debo controlarme cerca de ella, aunque me cuesta.

— ¿Sigues aquí? —Preguntó Scott.

— ¿Qué decías? —Pregunté confuso.

—Que se está haciendo tarde, deberíamos irnos ya a casa, todos.

—Oh claro. Vamos. —Dije yendo hacia el coche.

—Estás muy raro últimamente.

—El amor. —Dijo Allison. Yo me giré como un loco a mirarla.

— ¿Qué?

—El amor cambia las personas. Y la presencia del amor cercano afecta un poco a las hormonas también. Y pasas el día con nosotros. —Dijo señalándose a ella y Scott. —Así que es normal.

—Claro, estáis muy pastelosos y mis hormonas tendrán envidia o algo. —Dije irónicamente.

—Ya somos dos. —Dijo Lydia de la nada. —Últimamente estoy muy rara.

—Podríais quedar más solos y no siempre con nosotros —Dijo Allison. Yo levanté una ceja. —Para que no os pase, digo.

—Lo dices para estar más tiempo a solas con Scott, que lo sé de sobra. —Allison sonrió tímidamente. — No lo creo, ¡mi mejor amiga haciéndome esto! —Gritó con falsa indignación Lydia.

— ¿Tan mala compañía soy? —Le pregunté.

—En absoluto, no lo decía por ti. Y para demostrar que no eres mala compañía, quedemos. El viernes que viene, tú y yo. Concretamos planes a lo largo de la semana. —Dijo y entró en el coche, dejándome con la palabra en la boca. Ahora sería difícil controlarme.

More than one step || Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora