Veintisiete

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Stiles POV

Me desperté en el hospital, en una de esas horribles sillas de la sala de espera. Estábamos haciendo guardias entre todos para ver si había alguna novedad con Allison, pero de momento no era así. Habíamos decidido que la noche la pasaríamos Scott, Lydia y yo. Scott y Lydia no pensaban moverse de aquí y claramente yo tampoco. Yo con Allison tenía una muy buena relación, pero nuestro vínculo no era tan fuerte como el que tenía con Scott o Lydia. Aún así, yo no quería dejarles solos. Miré a Scott sentado a mi izquierda, completamente dormido. Giré mi cabeza a la derecha, donde Lydia también dormía, salvo que abrazaba mi brazo, donde tenía su cabeza apoyada. Yo sonreí y le acaricié suavemente su cabeza, aún no podía creer que la hubiésemos salvado.

Volví a pensar en Allison. Más bien en Scott. Si yo hubiese perdido a Lydia, sabía perfectamente que habría perdido mi cabeza y Scott lo sabía. Y aunque él no me lo hubiese dicho, sé que él perdería la suya si Allison muriese. Y si Scott perdía la cabeza, yo seguramente también lo haría y viceversa. Eran Lydia y Allison, haríamos cualquier cosa por ellas. Oí un pequeño gruñido proveniente de Lydia y paré de acariciarle el pelo.

—No pares —dijo con voz soñolienta, mientras abría los ojos lentamente. Lydia tenía unas ojeras enormes, apenas habíamos dormido nada desde el secuestro. —Stiles... —Obedecí a sus órdenes y continué acariciándole la cabeza, sin decir nada. Pasaron unos cuantos minutos por lo que supuse que se había vuelto a dormir — ¿Crees que la van a poder salvar? —Preguntó de la nada, levantando su cabeza para mirarme. Tenía los ojos colorados debido al sueño, y seguramente también a los lloros.

—Tienen que hacerlo. Melissa, la madre de Scott es la mejor en esto, podrá salvarla.

— ¿Pero y si no puede? —Preguntó de nuevo, con voz entrecortada. Se podía notar su miedo en su voz, pero también en su mirada.

—He pensando en esto antes. Solamente por si se diera el caso. Si ocurriese... Scott perdería la cabeza. —Lydia levantó su cabeza de mi brazo y miró a Scott, que seguía completamente dormido.

—Pobre, no ha descansado nada. Y tú tampoco, por lo que parece. —Dijo señalando mis ojeras.

—No te preocupes, creo que nadie puede conciliar el sueño en lugares como este.

— ¿Por qué piensas que Scott perdería la cabeza si Allison... bueno, ya sabes?

—Porque Scott quiere a Allison con toda su vida. ¿Te cuento un secreto? —Ella asintió, apoyando su cabeza en mi hombro. Me gustaba estar así —Cuando jugamos al karaoke en tu casa, cuando ellos cantaron y después de dieron un beso... No les vi a ellos. Nos vi a nosotros, Lydia.

— ¿Yo... te gustaba entonces?

—Me gustas desde siempre, aunque pensé que estaba superado. Ese día me di cuenta de que no. Y te digo que Scott perdería la cabeza y que nos vi a nosotros porque siento que somos como ellos. Lydia, si tú murieses yo perdería mi cabeza.

— ¿Stiles? —dijo Lydia interrumpiéndome.

— ¿Si? —Pregunté.

—Yo también perdería mi cabeza sin ti. De hecho, lo hice. —Yo la miré preocupado. — Cuando estuve sin ti, yo no era persona. Lloraba a menudo, perdí la sonrisa... Y en el secuestro yo sabía que ibas a venir a por mí... y tenía miedo de que algo te pudiese pasar. —Dijo mirándome fijamente. Yo acorté un poco más la distancia entre nosotros, que era mínima. Cuando estuve a punto de juntar mis labios con los de ella, el sonido de la puerta de la habitación de Allison nos interrumpió.

Lydia y yo nos levantamos de inmediato y Scott al despertarse por el ruido, también lo hizo. Melissa salió de la habitación y se dirigió a nosotros, con mirada preocupada. Pude ver como Scott tragaba saliva y Lydia temblaba, por lo que la abracé con un brazo, mientras ponía mi otra mano libre en el hombro de Scott. Ellos dos se dieron la mano. Ambos necesitaban consuelo.

—Mamá, ¿alguna novedad? —Preguntó Scott asustado. Pude ver como Melissa miraba al suelo, para luego mirar a su hijo. Antes de hablar nos miró a Lydia y a mí también.

—Ha perdido mucha sangre, el disparo fue algo profundo. Hemos conseguido sacarle la bala. Ahora está a punto de ser sometida a una trasfusión de sangre, sangre que le dará su padre, ya que deben ser del mismo grupo sanguíneo.

— ¿Y una vez hecho? —Preguntó Lydia —Por lo que he leído, los resultados se saben en poco tiempo.

—Así es. Una vez hecha la trasfusión toca esperar, ver si reacciona. Si no... —Yo no la dejé terminar.

—Funcionará. Allison es una luchadora, es fuerte, funcionará. —Melissa asintió y volvió a entrar en la sala. Nosotros tres volvimos a sentarnos en esas malditas sillas.

— ¿De verdad crees que funcionará? —Me preguntó Scott.

—Es Allison, tú mejor que nadie sabes lo fuerte que es. —Yo, como si fuese una droga a la que estuviese enganchado, volví a acariciar a Lydia. Salvo que esta vez noté algo extraño en su cabeza. Sangre. —Lydia, ¿qué ha pasado? —Ella rápidamente apartó mi mano de su cabeza y puso la suya en su lugar. Al ver la sangre, no parecía sorprendida.

—Esos hombres... intentaron hacerme daño. Me... me intentaron hacer una trepanación en la cabeza. —Yo la miré completamente asustado. ¿Qué clase de monstruos hace esas cosas? —Empezaron, pero solo me hicieron una herida superficial porque Allison intervino. Por eso nos separaron.

—Lydia, tiene que verte un médico. No puedes seguir sufriendo —Dijo Scott.

—No, nuestra prioridad ahora es Allison.

—Prométeme que tras saber que ha pasado con Allison, irás a que te vea Melissa. —Dije yo.

—Lo haré. No os preocupéis chicos. —Nos dijo a ambos.

Después de lo que pareció una eternidad, Melissa y el padre de Allison salieron de la habitación. Como habíamos hecho anteriormente, los tres nos levantamos de golpe. Se acercaron a nosotros y Melissa empezó a hablar.

—Ya hicimos la trasfusión y ha pasado el tiempo necesario y...

— ¿Y? —Preguntamos Scott, Lydia y yo a la vez.

—Está bien. Allison está bien, va a vivir. —Dijo su padre con una gran sonrisa en la cara. Se podía ver que estaba emocionado. Scott fue corriendo a abrazar a su madre y Lydia al padre de Allison. Cuando acabaron, yo también les abracé. —Aún no podéis ir a verla, está sedada, pero cuando despierte os avisaré. Gracias por todo, chicos. —Melissa y Chris volvieron a la habitación. Miré a mis amigos, que estaban completamente emocionados y felices, al igual que yo.

—Os dije que se salvaría. —Dije yo. Lydia rió y vino corriendo a abrazarme, al igual que Scott. Los tres nos fundimos en un gran abrazo lleno de sentimientos. Notaba como Lydia empezaba a llorar de alivio, felicidad en mi pecho, por lo que la abracé más fuerte. Scott me miró y yo le sonreí. Lo habíamos logrado, nuestras chicas estaban a salvo.


More than one step || Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora