El sonido del timbre de la puerta me sobresaltó. Isaac iba a venir a mi casa para hacer el trabajo, pero no esperaba que viniese tan pronto. Me levanté y fui a abrir la puerta. Isaac se encontraba detrás, con una gran sonrisa.
—Hola, Lydia.
—Hola, pasa. —Dije apartándome de la puerta.
—Bonita casa.
—Gracias, ven, vamos a mi habitación... —Al ver su sonrisa perversa, decidí especificar. —A hacer el trabajo.
—Claro, claro.
El trabajo fue extremadamente sencillo para mí, para Isaac no tanto. Había cosas que se notaba que sabía, pero otras que no, por lo que yo tenía que explicárselas. Aunque yo tenía la impresión de que no prestaba mucha atención a mis explicaciones, ya que no paraba de mirarme.
— ¿Me estás escuchando? —Pregunté, cansada de que no me hiciese caso.
—Escuchar no... es difícil concentrarse contigo delante. —Yo ignoré su comentario, no dispuesta a entrar en su juego. — ¿No me dices nada? ¿Me lo tomo a bien o a mal?
—Haz lo que quieras. Isaac, me caes muy bien pero...
— ¿No te gusto? ¿O es que te gusta otro? —Intenté borrar la imagen de Stiles que apareció en mi cabeza, tras su pregunta.
—No, no me gusta nadie. Pero es muy pronto, apenas nos conocemos...
—Eso lo arreglo yo ahora. Cuéntame cosas sobre ti. —Yo solté una pequeña carcajada. — Lo digo en serio.
— ¿Ahora? — Él asintió, de verdad iba en serio. —Bueno... soy hija única, de padres divorciados. Tengo una perrita llamada Prada por mi amor a la moda. No tengo muchos amigos actualmente, aunque claramente Allison es mi mejor amiga. Me gustaría ser bióloga. No se me ocurre nada más.
—Está bien, es perfecto.
— ¿Y tú? Yo no sé nada de ti.
—Bueno, yo también soy hijo único, o al menos lo era.
— ¿Por?
—Soy huérfano.
—Lo siento mucho.
—No te preocupes, mi madre murió hace unos 5 años y mi padre hace poco, pero me maltrataba, no me dolió su muerte. No tengo mascotas y digamos que Allison fue un gran apoyo para mí. Me gustaría ser parte de vuestra manada.
— ¿Manada? —Pregunté curiosa.
—Sí, ya sabes, el grupo. Scott, Allison, Stiles y tú. A los chicos apenas les conozco, pero siendo amigos vuestros seguro que son muy agradables.
—Lo son. Sabes, creo que no tendrás problema para ser parte del grupo, o manada, como tú le llamas. Yo puedo lograrlo — Dije, mostrándole mi primera sonrisa sincera, a la que él correspondió.
Stiles POV
—Entonces aquí tienes que hacer el límite de la función y habrás terminado el ejercicio. —Terminé de explicar a Malia, que parecía estar volviéndose loca.
— ¡Odio las matemáticas! No me van a servir para nada en la vida, ¿por qué estudiarlas? — Preguntó indignada, mientras subrayaba con rojo el ejercicio.
—Bueno, son muy importantes para muchas cosas. ¿Vas a estudiar algo sin matemáticas?
—No sé que voy a estudiar, he pasado de curso difícilmente. ¿Tú? He oído que quieres ser sheriff, como tu padre.
—Bueno, sheriff no, detective si puede ser. No me gustaría quitarle el trabajo a mi padre. ¿Cómo lo sabes?
—Porque aunque no lo parezca, me intereso por ti. —Casi me atragantó con mi propia saliva al oír esto.
— ¿Cómo? —Malia cerró el libro de golpe.
—Me gustas, Stiles. Desde el momento en que te vi. Sé que no te has dado cuenta, pero es así.
—No sé qué decir... —Respondí bastante sorprendido. La declaración de Malia era lo que menos me esperaba. —Espera, ¡me pegaste!
—Es mi forma de mostrar cariño al principio.
—Menuda forma... —respondí rodando los ojos.
—Tengo otras. —contestó con una sonrisa.
— ¿Así?
—Sí, mira. —Y sin que pudiera evitarlo, me besó. Aunque no fue eso lo que más me sorprendió, si no que yo le correspondí. Ni siquiera me acordé de cierta chica, simplemente besé a Malia y, disfruté haciéndolo.
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