Llegué al despacho del señor Goldstein y Sebastian volvió a sus quehaceres.
Entré y saludé para hacerme notar. Aldous Goldstein estaba detrás de su escritorio, terminó de firmar unos documentos y levantó la vista.
-Bueno, ésta mañana ha sido todo muy precipitado y creo que ya has podido comprobar por ti mismo como es el trabajo. -el señor Goldstein parecía cansado. -Sé que será difícil ya que mi hijo es muy antisocial y en ocasiones se vuelve hostil, pero te voy a pedir lo mismo que a los que anteriormente ocuparon el puesto, intenta que Roger se convierta en un hombre de provecho y sea sociable.
Yo estaba confuso. Estábamos hablando de la misma persona?
-Señor, no creo que...
-Si lo consigues serás recompensado. -Dijo cortando lo que le iba a decir.
-Está bien, haré lo que esté en mi mano.
Me marché de la estancia pero seguía extrañado por como describía el señor Goldstein a su hijo.
Llegué al borde de las escaleras y vi a Sebastian y a Roger hablando en una sala en la que había un piano de cola. Me acerqué a ellos y Sebastian me preguntó como había ido. Yo le dije que bien pero que debía hablar con Roger a solas.
-Vamos al jardín. -apremié a decir.
Salimos afuera y mientras caminábamos le hablé.
-Señor, su padre y yo hemos mantenido una conversación sobre usted. -ya estábamos bastante lejos de la casa, nadie podía vernos ahí donde nos encontrábamos.
-Que se supone que quiere ahora mi padre? -soltó Roger tras resoplar.
-Pues, él piensa que yo debería conseguir que te comportes como un adulto y que seas más sociable.
-Como un adulto, bien. Pero si quieres que haga tal cosa tu tendrás que acceder a un par de cosas. -La cara de Roger se iluminó al decir esto. - La primera es que, cuando estemos a solas tu me llamarás por mi nombre.
-Bien, puedo hacerlo. Y lo segundo? - me sentía contento de haberlo convencido tan rápido. Si lograba que se portase bien podría quedarme mucho tiempo trabajando y además con compensación!
-La segunda...- diciendo esto Roger me cogió del brazo y me lo retorció en la espalda dejándome a su merced, me agarró la cara con la mano que tenia libre y me susurró al oído. - ...es que desde hoy y para siempre, tú me perteneces.
-Que? Estas loco? -Roger apretó aún más mi brazo y yo me incliné hacia delante a causa del dolor. Me sentía muy estúpido por encontrarme en esa situación de la que no podía escapar, ya que con una sola mano mi magia era de lo mas limitada y débil.
-Está bien - dije entre dientes - pero suéltame.
-Claro, pero antes he de terminar lo que empecé esta mañana. -Dicho ésto Roger comenzó a besar mi cuello apasionadamente mientras me desabrochaba el pantalón. Él aún ejercía presión sobre mi brazo sin hacerme daño pero sin dejar que me moviese. Y de pronto noté como su mano se deslizó dentro de mi ropa interior.
Señor, no... - susurré intentando mirarle a los ojos, y entonces me besó dulcemente y me dijo:
-Recuerda, ahora me debes llamar por mi nombre.
Me sentía muy caliente y la erección que tenía era muy notable. Roger no esperó ni un segundo y me bajó la ropa para poder tener libertad de movimiento. Sujetó mi pene y con movimientos suaves empezó a masturbarme.
Su mano se movía cada vez más rápido y yo no pude reprimir mis gemidos, por lo que me tapé la boca para ahogar cualquier sonido que saliese de mi.
Roger estaba muy excitado y me lo demostró pegando su cuerpo al mio. Abrí los ojos de par en par al notar un enorme bulto restregándose por mis nalgas, no pasó mucho tiempo cuando sentí que iba a llegar al éxtasis, me destapé la boca y entre gemidos logre decir:
-Roger, ngh m-me voy a correr! -mis piernas no aguantaron mas, caí de rodillas, la mano que tenia sujeta fue liberada y la mano de Roger ahora libre se posó en mi cabeza, sujetándola para que mi cuerpo no cayese hacia delante, mientras que la otra se movía frenéticamente para que yo llegase al clímax. Y de pronto una ola de placer invadió mi cuerpo completamente. La mano que Roger tenía en mi cabeza se movió para acariciarme el pelo y la otra aún sujetaba mi pene pero su movimiento era suave ahora. Me dejé caer hacía atrás y mi espalda se apoyó en el pecho de Roger, miré hacia arriba y me tope con sus hermosos ojos, su cara estaba totalmente roja y me pareció lindo. Me mordí el labio inferior al darme cuenta de que mi corazón latía muy rápido y no era solo por lo que acababa de pasar si no por que estaba empezando a enamorarme de Roger.

ESTÁS LEYENDO
Mi Señor
De TodoEn los tiempos que corren hacer magia está prohibido. La única forma que Alais tenía de ganarse la vida es delito. Teniendo que huir al reino vecino, en el cual nadie lo conoce, comienza de cero pero esta vez como sirviente de la noble familia Golds...