3- Al descubierto

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Y ahora que? Dije para mi mismo. Roger me miraba muy fijamente y yo me di la vuelta para salir de allí lo mas rápido posible pero el ya se dirigía hacia mi, me cogió del hombro, me hizo volverme hacia el y mientras me sujetaba firmemente me miró a los ojos y me dijo:
-No le diré nada a nadie, así que no te vayas, por favor. -Su rostro estaba serio y no sentí que lo que acababa de decirme fuera mentira.
Asentí levemente y me soltó. El se marchó de la habitación y me quede solo con mis pensamientos.
-Por que le he dicho que no me iré? Esto es peligroso, si el le cuenta a álguien y me atrapan sera mi fin y...- comencé a recordar su cuerpo, su sonrisa, sus ojos verdes que parecían haberme hechizado, pero de pronto se abrió la puerta y me sobresalté. Era una de las criadas que venia a arreglar la habitación. Le saludé y me dirigí a mi habitación, me senté en la butaca que había cerca de la ventana y me quede mirando a través de ella, me relajé y sin apenas darme cuenta me dormí.
Me desperté al notar que alguien acariciaba mi pelo. Era una sensación muy agradable, no quería abrir los ojos pero lo hice. Poco a poco los fui abriendo y a quien tenia delante de mi era ni mas ni menos que Roger!
-Que haces? -le dije aún medio dormido. Pasó el dorso de su mano por mi mejilla y noté como me ruborizaba así que baje la cabeza. Entonces el me habló.
-Desde que te vi esta mañana he sentido que debo estar contigo. Voy a protegerte para que nadie mas descubra sobre tu magia.
-Por que?-le dije mirándolo a los ojos.
-Por que me gustas. -Al decir esto acerco su cara a la mía y me besó. Yo enseguida me levanté pero el me sujetó de las manos.
-No es posible, acabamos de conocernos, trabajo para tu familia, ambos somos hombres...
-Todo eso no me importa. -A Roger le brillaban los ojos y de pronto me empujó y caí en la cama, el se puso sobre mi y volvió a besarme, noté como su lengua buscaba la mía y la acariciaba suavemente. Yo intentaba resistirme pero Roger me sujetó las muñecas sobre la cabeza con una mano, y con la otra comenzó a desabrocharme la camisa. Una vez lo hubo conseguido sus labios se dirigieron a mi cuello, empezó a lamerlo y fue bajando hasta el pecho. Noté un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo y me desbordé cuando mordió uno de mis pezones.
Aaah, Roger para, mnh por favor.- le dije sin poder parar de jadear. Jamás me habían tocado de esa manera y yo me estaba volviendo loco. Roger paró por un momento y me susurró al oído:
-Obligame.-
No podía usar mi magia si mis manos estaban aprisionadas!
Roger sonrió y me acarició la cara y su mano fue pasando por mi cuello, mi pecho y abdomen para pararse en el borde del pantalón y desabrocharlo.
-No, no por favor! - intenté escapar pero era imposible y entonces álguien llamó a la puerta.
-Alais? El señor Goldstein quiere hablar sobre las condiciones de trabajo contigo. -Era Sebastian el que se encontraba al otro lado de la puerta. Roger y yo nos miramos, el parecía mas asustado que yo. Supuse que el ser pillado de esa manera no era lo ideal para el, y obviamente tampoco lo era para mi. Me soltó rápidamente y se puso de pie mirando alrededor como si buscase un escondite. Yo me levanté y dije en voz alta:
-Ahora mismo salgo! -Roger me miró y yo le hice una señal para que guardase silencio. Hice un movimiento de manos y todo volvió a como estaba antes de que empezase todo. Me dirigí a la puerta para que Sebastian me llevase con el señor Goldstein y antes de salir volví la mirada hacia Roger. Este me sonrió y yo fruncí el ceño en desaprobación.
Una vez afuera seguí a Sebastian. Mis pensamientos estaban aún en el cuarto que acababa de abandonar.

Mi SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora