Capítulo 13: El primero

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Estaba inconsciente y lo único que podía oír era un simple: Kayla, despierta.

No sabía donde estaba, pero sentía una calidez en mi mano. Me sonaba esa calidez.

Escuchaba un pitido, un sonido monótono y continuó. Era como la típica máquina de hospital.

Y, en efecto, estaba en el hospital. Estaba en una camilla con la ropa de hospital, esa capa que deja todo al aire. Aún no era capaz de abrir los ojos pero seguía escuchando esa frase: Kayla, despierta.

Esa voz removió algo en mi interior, que me preocupó. En la voz se sentía desesperación y preocupación. Traté de abrir mis ojos, en el primer intento no pude. Seguí intentando hasta que como a la cuarta vez pude, los abrí.

- ¡Kayla! - Xavier estaba a mi lado, tenía tomada mi mano, estaba de rodillas - ¡despertaste! Oh, que bien. ¡Debo avisar a el doctor! ¡DOCTOR BLAZE! YA DESPERTÓ MI AMOREH

No pude evitar una poner una sonrisa en mi cara, Xavier nunca dejaría de ser Xavier - hola, Xavier.

- Oh, por los dioses de la sensualidad que me hicieron. Gracias por despertar - decía alegre. Sus ojos comenzaron a brillar, parecía que iba a llorar - me asuste mucho...

Apoyo su cabeza en la cama, escuche como él sollozaba. Mi mano, a duras penas pude ponerla sobre su cabeza.

- Tranquilo, Xavier... Ya desperté - dije bajito, más no daba mi voz.

- Es que me asuste mucho... - decía a través de las tapas - estabas mal.

- ¿Qué paso? - ya había recordado lo que habían pasado. Mi padre, golpe y más no sé.

- Estaba el - hipo - tú padre, él te tenía agarrada de un brazo - volvió a hipar y levantó su cabeza. Tenía los ojos rojos y aún caían lágrimas de sus hermosos ojos -. El entrenador Travis lo golpeó en la cara, muy fuerte.

- Me gusta escuchar eso...

- Pero te soltó, y tú te golpeaste en la cabeza. Y yo me asuste. Me alteré, comencé a decir muchas y cosas y la mayoría eran maldiciones a tu padre.

- No pensaría que le dijeras cumplidos... - trate de sonreír.

- Y me enoje, peor antes de golpear a tu padre, fui a por ti. Estabas en el suelo y no despertabas. Te sangraba tu hermosa cabeza y me alteré aún más. ¡Me asuste mucho! - me tomo mi mano - Te vi sangrar, estabas inconsciente. Creo que eso me dolió más que un una patada en los huevos verte así.

Eso hizo que me invadiera una sensación de felicidad.

- Pero ya estoy bien...

- Bueno, es verdad. Ya despertaste y eso es bueno - decía secándose las lágrimas.

Trague saliva, me costaba hablar - ¿cuanto estuve inconsciente?

- Tres días, cuatro horas y quince minutos - dijo mirándome - y he estado a tu lado todo este tiempo.

Eso me asusto.

- ¿Todo el tiempo? - dije sorprendida por la noticia.

- Cada minuto y segundo. No iba a dejar al amor de vida con cualquiera, y menos te iba a dejar en este momento - dijo sonriendo. Era lindo y triste a la vez. Su sonrisa era perfecta, pero aún caían lágrimas de sus bellos ojos.

- Si estuviste todo el tiempo... ¿viste cuando me quitaron la ropa...?

- Bueno, técnicamente estaba en la misma habitación. Me metí en el baño mientras te cambiaban. Me asegure de que fuesen mujeres y no lesbianas. - Me levantó sus pulgares.

- Vaya, gracias...

- Kayla, ¿puedo pedir algo? - dijo mirándome.

- Si lo puedo hacer en este estado deplorable, claro - asentí.

- ¿Me darías un beso? - dijo un poco sonrojado, no sé si es por la temperatura de la habitación. Por haber llorado, pero se veía tierno.

- ¿Un beso? Claro, ven acercate - me acomode en la camilla.

- ¿De verdad? Oh, genial - se dio vuelta, se tanteó el aliento. Se metió una menta y se volteo de nuevo - listo para el beso.

- Entonces ven por el.

Xavier asintió. Pareciera que toda la seguridad que tenía cuando me molestaba, había desaparecido. En ese momento parecía un niño ansioso, me hizo gracia.

Sí, le iba a dar el beso que se merecía.

Él lentamente se acercaba a mí. Sentí su aroma y me encanto. Era embriagador. Observé su rostro, era perfecto. Sus facciones eran ideales a mis ojos. Sus bellos orbes verdes me miraban, aún cristalizados por haber llorado antes. Me deje llevar, sentí la menta que se había metido en la boca.
Nos acercábamos cada vez más y más, el tiempo parecía detenerse.

La máquina de sonidos monótonos, parecía haberse callado. Nuestras narices ya se había topado, al chocar Xavier sonrió, estábamos a un centímetro.

- Me alegro que haya despertado, señorita Kayla - entró el doctor Blaze - oh, vaya...

Xavier dijo unas maldiciones y se alejo. Yo sonreí avergonzada por la situación, y si, también maldiciendo por mi mala suerte.

- Vengo a examinar a la paciente, si no le molesta separarse de ella, estaríamos bien - dijo acercándose.

- ¿Por qué me tengo que separar de ella? - dijo, soltando mi mano para sentarse en el sillón. Es el típico de hospital.

- Porque esta acelerando su corazón mucho. Además de que acaba de despertar después de tres días. Abra la boca - hice eso, sonrojada. Ya que era verdad, la máquina estaba pitando mucho.

- Bueno, la respuesta ya la sabemos. Pero bueno, vamos a lo IMPORTANTE de todo. ¿Como esta Kayla? ¿Esta bien?

- Tiene buen aspecto, sus reflejos esta en orden. Su presión estable, en teoría lo esta - me dejó y se volteo a Xavier - pero para su desgracia, tendra que quedarse aquí unos días más, para estar seguro que no hay secuelas del golpe y que de mejore bien.

- Ah, genial. Voy a dormir aquí entonces - y Xavier se acomodo en sillón como si fuera la cama - es cómodo este sillón.

- Me temo que esta vez no podrá ser así - dijo el doctor acomodándose sus anteojos - ahora ella tendrá que descansar, a solas, sin compañía. Mejor dicho, sin usted aquí.

Eso pareció ofender a Xavier - ¿A mi? ¿Por que? ¿Eh? ¿Que le hice? ¿Le intimida mi sensualidad? ¿Esta dudando de su orientación sexual?

- Eh, no. Lo que pasa es que las enfermeras no pueden trabajar cómodas con usted ahí, diciendo que no se sobrepasen con Kayla y esas cosas. Bueno, sin más, me retiró - se volteo hacia mí - y con respecto a ti. Mejorece, que asusto a todos en el equipo.

Me revolvió el cabello, me brindó una sonrisa y se fue. Xavier estaba mirándolo con desagrado.

- ¿Que se cree tocando tu bella cabeza? Debe de ser un pervertido. No importa que sea el padre de Axel, me cae mal. Te toco el pelo. - Se veía tierno enfadado o mejor dicho, celoso.

Hasta que caí en cuenta de que dijo que era el padre de Axel. Wow, que fuerte.

Después de eso, Xavier estuvo a mi lado, contándome chistes y resaltando que él era muy sexy, y que mataría a alguien si me molestaba en el hospital. Me iba a llamar todo el día, que podíamos hacer llamadas de Skype y así.

Así llegó la hora de que se tenía que ir y eso, fue incómodo. Tratamos de despedirnos como siempre, un beso en la mejilla, estábamos en eso cuando algo nació en mí.

- A la mierda - tome el rostro de Xavier y lo desvíe a mis labios.

Nos dimos nuestro primer beso, y fue mágico. Sus labios eran suaves. Él no fue bruto, sino cálido y lento. Yo simplemente me deje llevar por él.

- A la mierda todo - dijo Xavier y siguió besándome, mientras lo hacia sonreía.

Tranquilas chicas, que no llegamos a más. Sólo fue el beso y ya. Nos despedimos con un beso y ya.

Podéis fangirlear como se debe. Sean felices.

No estas sola... [Inazuma Eleven | Xavier Foster]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora