Al salir del hospital, obviamente Xavier estaba ahí. Esperandome, con una camiseta negra sin manga, unos vaqueros ajustados y el accesorio más común en él: su sonrisa.
- Hola, preciosa - me dijo.
Lo primero que me paso por mi cabeza, fue que el me pediría un beso. Que él ya se pensaba que éramos pareja. No es mala la idea, y no me moleta. Pero, no fue así. Sólo me ofreció su mano para apoyarme.
- Hola, Xavier - acepte su mano, y caminamos por el hospital.
El alta ya me la habían dado en la mañana, así que sólo estaba esperando a Xavier, que sabía que me vendría a buscar. No porque me lo haya dicho un millón de veces en nuestras llamadas (que generalmente duraban como cuatro horas) sino porque, es Xavier. Se sabía que haría eso.
A las afueras del hospital, estaba Lina. Apoyada sobre el auto de la casa. Sonriendo.
- Te ves mejor que el otro día, Kayla - dijo haciendo sonar el pitido. Se abrieron las puertas del auto.
- Lo se, y muy graciosa tu broma - me senté en la parte de atrás, y, adivinen. ¿Donde se fue Xavier?
Exacto chicas, junto a mí.
- Eh, que lo digo en serio. Tus ojos retomaron su brillo habitual - se sentó en el asiento del chofer - también no estas sangrando por la cabeza, eso también es diferente.
- Y para mejor - Xavier acomodo su mano, entrelazó nuestros dedos - ¿es necesario decir eso?
- Querida, lo es. Va a ser parte importante del juicio - el auto comenzó a andar - tendrás que dar tu declaración.
- Si, deberás hacerlo - Xavier me miro - sé que va a ser difícil volver a ver a ese engendro, pero sino no podremos hacer justicia.
- Claro, claro que lo haré. Quiero que pague por matar a mi madre - Xavier me miro con unos ojos como platos.
- ¿Que? - dijo él, mientras Lina permanecía en silencio.
Les conté la historia, de como mi progenitor había admitido que me quiso matar. Les conté todo sobre el asunto. Ellos son mi familia ahora, no iban a haber secretos.
Xavier me dio unas palabras de apoyo, me abrazo y me decía que no me dejaría sola nunca más en mi vida. Que era capaz de patear sus testículos si lo volvía a ver. Y, pensando que Xavier es futbolista, debe tener una patada que debe de doler.
Lina mantuvo el silencio en el viaje. De vez en cuando decía: si, si, claro. Y sería, no decía nada más. Eso me hizo sospechar, ya tendré que entablar palabra con ella.
Cuando llegamos a la casa, Xavier me dejo en mi cuarto, en nuestra cama.
- Voy a buscar un té helado, ¿quieres uno?
- Claro - me lanzó un beso y salió por la puerta. Estaba sentada en la cama, pero me levanté. Salí por la puerta derecho a la biblioteca, sabiendo que ahí estaría Lina.
Las puertas, no tenían nada de especial. Sólo eran unas puertas normales. Las abrí de golpe, llamando la atención de Lina, que estaba sentada en el escritorio.
No daré detalles de la biblioteca por simple pereza.
- Kayla, ¿no deberías estar en cama?
- Debería, pero soy ruda y no sigo las reglas. Vine a hablar contigo - cruzamos miradas, la de ella era sería. La mía aún más.
- Claro, toma asiento - me señaló la silla que se ubicaba frente a su escritorio. Yo, deje de ser ruda en ese momento y le obedecí.
Sobre el escritorio habían papeles, y más papeles. Carpetas por aquí y por allá, con un portátil en el centro.
- ¿De qué quieres hablar? - dijo ordenando unos papeles - ¿quieres que te preste mis tijeras corta pelotas?
- Eh, no. Me servirán en algún momento - no sé porque lo dije, pero la mirada de Lina era pervertida.
- ¿Que paso en el hospital exactamente...? Un día el llegó como idiota, chocaba con las paredes - se acomodo en su sillón - sé que es imbécil la mitad del día, pero estaba peor ese día.
- Ni la más remota idea - solté rápidamente - y no me cambies de tema.
- Vale, de acuerdo.
- ¿Por qué no dijiste nada en el coche? Después de que haya dicho lo de mi madre.
Ella me miro con consuelo. Asintió y comenzó a buscar una carpeta en el escritorio - es que no me sorprendió.
- ¿No? O sea, ¿es normal? Porque a mi me sorprendió y hasta me llevo al hospital.
- Lo que te llevó al hospital fue el golpe que te diste en la cabeza, no eso - abría cajones del escritorio buscando.
- Pero estaba aturdida por la noticia, me la soltó de sopetón.
- Eso es una posibilidad... Aquí esta - saco una carpeta verde, la abrio y me la mostró - yo ya lo sabía.
- ¿Qué?
- Sólo lee ese informe y ya, entenderás todo - me paso la carpeta verde.
Comencé a leer y lo único que habían eran fechas, declaraciones, fotos de la escena del atropello. Y más y más jaleo.
- ¿Sabes? Me estresa el sólo hecho de ver esta carpeta, hazme un resumen, después una síntesis y eso me diras - le devolví la carpeta.
- ¿Para eso busque la carpeta? - yo me levante de hombros - bueno, en esta carpeta dice: que todos los hechos indican eso. El chofer lo confeso.
- ¿Y no me lo habías dicho?
- ¿De qué te hubiese servido saber eso? ¿Para atormentarte? No querida, no iba a permitir eso.
- Te agradezco que te preocupes de mi integridad emocional, de verdad - la miré.
Ella sabía eso, pero no me lo dijo por protegerme. Eso es lindo y algo bueno, supongo. Se preocupa por mí.
Después ella comenzó a decirme los pasos a seguir para el juicio. Lo que se suponía que arriesgaba él: cadena perpetua por intento de homicidio con maltrato infantil.
Eso me alegro.
Después de ese jaleo de lo judicial, Lina guardó todo. Se acomodo en su sillón y me miro seriamente.
- ¿Ya te beso? - dijo con una cara muy sería. Sus anteojos resaltaban la seriedad.
Uh, ¿hablar o no hablar? Eso es difícil. ¿Que tenía de malo decirle que ya había tocado los labios más suaves del mundo?
- Si, nos besamos - Lina ahogó un grito, no sé si de emoción o de susto.
- ¿Donde?
- En el hospital.
- ¿Cuando?
- Ni puñetera idea, pero fue después de despertar - ella comenzó a asentir.
- Esto ya es más serio. Tendré que amarrarle las pelotas y sacarlo de tu cama. Es un peligro inminente que duerman en la misma cama, habitación.
- ¿Por quién me estas tomando? - dije sonrojada por la vergüenza de imaginarme la situación, no me molestaba, pero era incómodo - ¿que al primer beso le voy a dar la pasada? No mijita, Xavier tendrá que rezar a cada santo del cielo, si quisiera eso.
- Es capaz y lo sabes. Le tomaría un tiempo, pero lo haría.
De eso no había duda. Ella es su hermana, lo conoce bastante bien.
- Pero es un caballero, amable. No creo que sea de esos que quieran hacer chiki-chiki enseguida.
Lina sonrió - te recuerdo que es un adolescente, que tiene todas las hormonas alborotadas. Pero, se que él te respeta más que a mí, así que no creo que sea ahora. Acabas de llegar del hospital. Pero el día de mañana no lo se...
Me levanté de la silla - Xavier es un caballero, pero por prevenir... ¿Tienes unas tijeras?
La sonrisa que se formó en la cara de Lina, me llegó a asustar - Siempre soñé con este momento...
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No estas sola... [Inazuma Eleven | Xavier Foster]
أدب الهواةMi vida era una mierda, a veces me daban ganas de acabar con mi vida. Terminar ya mi sufrimiento y partir de este mundo para descansar en paz. Dejar de respirar para poder dejar de sentir el dolor. Dejar de sentir los golpes de mi padre... Se que el...