No te lleves el control (Lysandro X Armin)

Capítulo 9: Estrellas Invisibles

Narra Lysandro

Me dirigía al círculo de Alexy, Sucrette, Kentin y Nath, pero me dijieron que volviera con Armin y lo cuidara.

Ya sabía lo que ellos planeaban para mí, preferí no hacer comentarios. Cualquier cosa que dijera, podría ser usada en mi contra. Llegué hasta el alejado banco en el que Armin se sentaba, habían cerca unos faroles que alumbraban la calle y la oscuridad de esa noche las hacía resaltar.

Los de la calle no eran los únicos faroles brillantes, al mirar al moreno pude notar esos bellos luceros azules, más resplandecientes que nunca. Él me miró de vuelta, lástima que mis ojos no sean tan bonitos cómo los de él.
No es que no me gusten mis ojos, pero estos se vuelven la nada misma en presencia de los de Armin.

- ¿Lysandro... Qué miras?

Me distraje pues sentía que volaba, el color cielo de esos ojos era tan potente, que por un momento sentí que estaba en el paraíso.

- Tus ojos... S-son realmente bonitos...

Él se puso algo rojo y miró a otro lado. No pude evitar decirlo, debí pensarlo mejor. Sentí que Armin no iría a soportar mi compañía si actúo de una manera tan cursi.

- ¡L- Lo siento! No quería molestarte con mi comentario...

- Tranquilo Lys, está bien...

Hubo un poco de silencio entre los dos, se escucharon grillos entre la oscuridad y el sonido de los autos se oía lejano.

- Ven, sientate conmigo Lysandro. No me gusta mucho la oscuridad.

Nunca pensé que él realmente quería mi compañía. Me senté a su lado, bien cerca de él.

Unos segundos después, el chico del cabello negro, giró su cabeza hacía mí me dijo:

- Abrásame.

Lo miré sorprendido.

No me lo creía, me había pedido que lo abrazara, que invadiera su espacio personal.

-Yo... Yo...

- ¿Tú?

- ..... Está bien.

Puse mi brazo tras su espalda, y Armin se acurrucó sobre éste.

- Gracias ...

- ¿Gracias?... ¿Por qué "gracias", Armin?

Se quedó callado unos segundos, hasta decidirse a hablar.

-Por llegar a mi vida...

Me sonrojé. Se estaba confesando, y yo no decía nada. No quería que se sintiera mal, yo también sentía lo mismo que él, yo también quería agradecerle por llegar a mi vida,pero las palabras no salían de mi boca.

- A-Armin...

- No lo digas... Te incomodé...

Se separó se mi abrazo y miró al cielo, vi como sus ojos color cielo se cubrieron de lágrimas.

- ¡Armin!- me acerqué lo abracé- ... No me incomodas, es sólo que-

Me tapó la boca.

- No te disculpes... No debí haberlo dicho... Es obvio que esto no podría funcionar...

- Armin, no, no seas así... Yo siento...