Al llegar al estudio, Dulce María saludó a cada uno de los integrantes del equipo de producción, muy amable, sacándose fotos con todas aquellas personas que le pedían "selfie", en especial con Lisardo, quien fue su padre en la ficción de la mano de la novela "Rebelde".
Cuanto más cerca se encontraba del foro de grabación, más inquieta estaba en el lugar. Miraba hacia todos lados, pensativa, pareciera que buscaba a alguien en concreto. Sin embargo, cuando sentía la presencia de un individuo extraño, agachaba la cabeza y fingía estar checando sus mensajes en el celular. No obstante, de nada le valió esquivar lo inevitable.
En la otra punta del estudio, la joven se hallaba revisando el guión sobre el programa como cada día, no siendo este un día cualquiera. Aun así, se mostraba tranquila y sonriente, nada en su actitud variaba por la presencia de su ex compañera. Es verdad, nunca fueron amigas, y hasta cierta antipatía se procesaban debido a sus diferentes maneras de ver la vida. Ahora bien, ella tenía lo que la otra deseaba con todo su ser, o al menos en un pasado así fue.
No puedes escapar de los problemas, así solo lograrás que estos aumenten, debes afrontarlos siendo siempre fiel a ti misma. Así que inevitablemente ocurrió. Pese a que cada una estaba inmersa en sus cosas, se dio lugar a una sincronización entre ambas y levantaron ligeramente la cabeza al mismo tiempo, produciéndose un choque de miradas. No hubo "selfie", ni beso en la mejilla, ni un gesto de saludo con la mano, tampoco una sonrisa cómplice, ni mirada con cierto afecto... Tan solo un mensaje encriptado con los ojos que cualquiera con una simple neurona viva podría haber interpretado: "tú ahí y yo aquí, entre más lejos mejor, no queremos malentendidos ni rumores de peleas, pero tampoco tengo porqué estar saludándote como una persona falsa cuando no nos soportamos lo más mínimo, lo único que existe entre nosotras es tolerancia por educación y respeto".
Aunque el sentimiento fuera mutuo, en los ojos de Natalia se observaba algo más que antipatía hacia Dulce, como en el caso de esta. ¿Celos? ¿Envidia? ¿Rencor? ¿Malicia? ¿Coraje? No se vislumbraba con claridad, la cuestión es que no tendría que haber sido así, dado que ella gozaba de una vida plena, con un buen trabajo y una pareja estable. ¿O acaso las cosas en el paraíso no iban tan bien cómo se pretendía hacer creer?
El caso es que durante la estancia de Dulce en el programa, no cruzaron absolutamente ninguna palabra, y por su parte, la novia de Chris alardeaba cada vez que tenía oportunidad sobre lo mucho que se divertía en su trabajo, y lo feliz que era su vida en el terreno personal. Sin embargo, para la recién villana, aquellas actitudes no fueron sorpresa alguna, eran bastantes comunes en ella, así que la joven no les dio la más mínima importancia.