Nam Joon.

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Las calles de Seúl se encontraban repletas de personas como todos los sábados en la tarde

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Las calles de Seúl se encontraban repletas de personas como todos los sábados en la tarde. Nam Joon y yo decidimos pasear un poco para despejar nuestras mentes después del largo tour por el mundo de los chicos.

—¿Entramos? —pregunté mirando a aquella tienda que vendía accesorios para parejas.

—Entremos —dijo Nam Joon tomando mi mano y caminando al recinto.

Nos acercamos a una estantería y cogimos las manillas, anillos y relojes de allí para encontrar algo a nuestro gusto.

Como si fuese un imán, los hermosos llaveros desprendían ese brillo que capturaban toda la atención.

—Disculpe —llamé la atención de la dependienta del lugar—. ¿Me podría enseñar los llaveros de aquí abajo, por favor?

—Con gusto —dijo agachándose y cogiendo la caja en la que venían estos.

—Con gusto —dijo agachándose y cogiendo la caja en la que venían estos

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—Son muy bonitos —dijo Nam Joon cogiendo el ancla.

—Por supuesto que si —dije imitando su acción pero con el otro.

—Son los últimos que nos quedan —dijo la dependienta desde el mostrador—, todos los demás se vendieron como pan caliente.

—¿Cuanto cuestan? —pregunté.

— 80,000 ₩.

—Son muy costo...

—Por favor envuélvalos —dijo Nam Joon tendiendo su tarjeta de crédito.

— ¡Nam! —dije sorprendida—. Son muy costosos, no es necesario que los compres.

—Pero a ti te gustaron —dijo firmando algunos papeles—. Además, no son muy caros.

—Aquí tiene —dijo la cajera tendiendo a Nam una pequeña caja.

—Gracias —hizo una reverencia.

A pasos lentos se acercó a mi y me tomó de la mano sacándome de aquel lugar. Se detuvo y yo golpee su  espalda.

—¿Por qué te detienes así de repente? —dije tocándome la nariz. Se giro y me miró fijamente.

—_______ —dijo serio. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. De la nada se arrodillo frente a mi apoyando su peso en la pierna derecha. Lo miré sorprendida.

—¿Qu... Qué haces? —dije tapando mi boca con mis manos. Esto era extraño.

—_______ —dijo nuevamente—, sé que no te gustó que comprara los llaveros por ser muy costosos, pero me dije a mi mismo que todas las cosas que ansiaras te las daría sin importar que se vaya todo mi dinero en ello, porque para mi tu eres muy importante.

Sacó de su bolsillo una caja aterciopelada color caoba. Perdí el aliento.

—... No compré sólo los llaveros —continuó—, también compré el símbolo de nuestra unión. Se que no soy perfecto y que cometo muchos errores, pero aún así eres capaz de soportar mis catástrofes. Incluso soportaste cuando rompí sin querer la fotografía de tus padres, por eso, delante de toda esta gente desconocida quiero decirte cuanto te amo y cuanto quiero pasar mis días junto a ti... ¿______ serás mi diosa de la destrucción?

Los murmullos de las personas que se acumularon a nuestro alrededor se hicieron presentes y los gritos de "Dile que si" resonaban en mi cabeza.

Lentamente me acerqué a él y besé sus labios. Las lágrimas empezaron a salir, volviendo nuestro beso uno dulcemente salado.

Una vez nos separamos susurré en su oído un «Si acepto»

Sorprendiéndome, Nam Joon se levantó con rapidez y me tomó en sus brazos como una princesa.

—¡ELLA HA DICHO QUE SI! —gritó a todo pulmón.

Los "Hurra" de las personas que veían nuestra escena nos hicieron sonreír como idiotas.

—Un momento —escuchamos decir a alguien—, ¿ese no es Rap Monster de BTS?

Nam Joon y yo nos volteamos a ver rápidamente y susurramos un "Oh-Oh".

Sin previo aviso, Nam empezó a correr conmigo en sus brazos y la multitud de fans tras nosotros.

Sonreímos. Esto era tan jodidamente típico que nos sorprendía el hecho de que no se hallan dado cuenta mucho más antes.

—Te amo —dijo sonriendo mostrándome su hermoso hoyuelo.

—También te amo....


Imaginas 「BTS」 + En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora