Jung Kook.

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«Papá Kook»

—Recuerda cerrar bien la llave de la ducha después del baño, y que no se te olvide dejar reposar el biberón por media hora —repetí casi que por quinta vez.

—Lo sé, lo sé —dijo Jung Kook con nuestro pequeño Tae Ho en sus brazos—, lo has repetido varias veces. No pasará nada malo.

—Está bien, confío en ti —dije dándole un ligero beso en sus labios—. Adiós mi bebé hermoso, mamá no tardará mucho —dije mientras repartía suaves besos por todo su rostro y este reía por las cosquillas.

—Ya vete. Se te hará tarde si sigues aquí —dijo Kook entre risas y plantó un beso en mi frente—, todo saldrá muy bien, ya lo verás.

Con un suspiro me alejé de mi esposo y mi pequeño hijo. Vi como Jung Kook cerraba la puerta mientras jugaba con el pequeño Tae Ho de casi dos años y medio y este reía por las caras de su padre.

Tomé un taxi y di las indicaciones para llegar al lugar en donde tendría una reunión de viejos compañeros de estudio.

Jeon Jung Kook.

—Muy bien pequeño diablito, seremos tu y yo durante toda la tarde —dije con una voz graciosa al bebé en mis brazos.

Comenzamos con juegos simples como jugar a las cosquillas y luego pasamos a jugar a los súper héroes.

Mientras jugabamos, _______ me envió un mensaje preguntándome si todo estaba bien. Reí por su falta de confianza en mis habilidades como padre.

Para demostrarle que todo estaba en orden, encendí la cámara y con Tae Ho en mis brazos comencé a grabar.

—¿Lo ves? Todo está tranquilo.😄
Leído| 15:34

—¿Estás en la cocina?

—Sip.😘
Leído| 15:36

¡Kook la leche! ¡Se está quemando la leche! 😡

Cuando leí su mensaje inmediatamente giré mi cabeza y pude ver como aquel líquido blanquecino comenzaba a esparcirse por todo el mesón.

Con rapidez dejé a Tae Ho en la sala jugando con sus juguetes y me apresuré a apagar la estufa. Con cuidado agarré una toalla de cocina para poder agarrar la jarra pero para mi mala suerte el fuego no se había apagado por completo provocando que aquel pedazo de tela comenzara a arder en llamas.

Asustado dejé caer la jarra en el lavaplatos y la toalla cayó al piso. Rápidamente comencé a pisar el trozo de tela para que la llama se extinguiera y por suerte si lo hizo.

Suspiré aliviado una vez que todo estuvo bien.

Oí como tocaron la puerta y una _______ asustada apareció en medio de la sala.

—¿Está todo bien?¿En dónde está Tae Ho?¿No se quemó, cierto?¡¿Por qué no me estás respondiendo Jeon Jung Kook?! —gritó histérica.

—Uno, todo está muy bien. Dos, Tae Ho está justo ahí —señalé al pequeño que jugaba entretenido con sus peluches—. Tres, nadie resultó quemado. Cuatro, te ves hermosa enojada.

Vi como mi esposa se sonrojaba por mi último comentario. Me acerqué a ella y la abracé por la espalda reposando mi barbilla en su hombro.

—¿Vas a limpiar eso, verdad? —pregunté inocente viendo hacia el desorden que había en la cocina. Escuché como suspiró.

—No, no lo haré. Es tú responsabilidad.

—Pero podrías ayudarme ¿no?

—Si quieres tu recompensa por cuidar a Tae Ho es mejor que termines pronto.

Cuando escuché aquello fue como su algo en mi cerebro se conectase y de inmediato me puse a limpiar aquel desastre.

Una vez toda la cocina estuvo limpia me acerqué a mi esposa y vi como ella sonreía con picardía. Me mordí el labio inferior pensando en todas las cosas que podríamos hacer.

—Todo está limpio —dije una vez ella estuvo en mis brazos.

—Tae Ho ya está durmiendo —dijo sobre mi oído. Aquel acto hizo que todo mi cuerpo se estremeciera y una parte en especial despertase.

Con cuidado la levanté por la cintura e inmediatamente ella rodeó mis caderas con sus piernas.

Aún con ella sobre mi, cerré suavemente la puerta del cuarto del pequeño y los besos no tardaron en aparecer.

—Lo venía necesitando hace mucho tiempo —dije sobre sus labios. Su aliento chocaba con el mío.

—¿Y que estás esperando Kook? —dijo _______ mordiendo ferozmente mi labio inferior.

Con un poco de dificultad por los juguetes esparcidos por el suelo, llegamos a nuestra habitación y la dejé con cuidado sobre la cama.

—Un momento —dije separándome de sus labios. Con rapidez me acerqué a la puerta principal y la cerré bien. Al llegar a nuestra habitación también cerré la puerta. No quería visitas imprevistas y mucho menos en esos momentos—. ¿En qué habíamos quedado?

Fin

Imaginas 「BTS」 + En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora