Tae Hyung.

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Este imagina puede contener escenas fuertes. Se recomienda leer con discreción.

«Bosque»

—Tae —llamé al chico frente a mi.

—¿Qué pasa? —dijo volteando a verme.

—No creo que debamos ir por ese camino. ¿Seguro que estás leyendo bien el mapa?

—Por supuesto —dijo dándole una hojeada al trozo de papel en sus manos—. Soy un experto en esto de dar direcciones.

—Dejame ver —dije arrebatándole el mapa—. ¡Lo haz tenido al revés todo este tiempo!

—¡Imposible! —arrebató el mapa de mis manos—. Estoy seguro que lo estaba sosteniendo de la forma correcta.

—Pues ya ves que no idiota, ahora es muy probable que estemos perdidos.

—No me llames idiota —comentó un poco enojado.

—Te llamaré idiota cuantas veces quiera. Si no hubiese sido por ti que sostenías el mapa al contrario no estaríamos perdidos en estos momentos.

Tae no dijo nada más y empezamos a caminar nuevamente en silencio.

No sé cuánto tiempo estuvimos caminando pero por suerte Tae y yo encontramos una cabaña a mitad del bosque. Tocamos la puerta varias veces pero no había nadie dentro así que entramos y exploramos el interior.

La pequeña cabaña tenía un cuarto y un baño, la cocina, una pequeña sala de estar y una pequeña chimenea. Por lo que vimos no hacía mucho que alguien estuvo dentro de la casa ya que las capas de polvo eran delgadas, suponíamos que alguien estuvo allí dos o tres semanas atrás.

De repente escuchamos un estruendo fuera de la casa. Había comenzado a llover fuertemente.

—Apurate Tae, enciende la chimenea—ordené.

—Ya voy, ya voy— replicó el chico.

Media hora después el fuego proporcionaba a nuestros cuerpos un poco de calor.

—Iré a buscar algunas cobijas —dijo Tae llendo al cuarto que antes habíamos visto. Asentí con la cabeza.

Un poco después Tae Hyung traía en sus manos dos grandes cobijas y dos almohadas. Cogí uno de cada uno y le agradecí.

Sin esperar mucho enrollé la cobija en mi cuerpo y me acerqué más al fuego.

—Ten cuidado, podrías quemarte —dijo Tae colocando la cobija sobre sus hombros.

—No me digas que hacer idiota —dije volteando mi cara al fuego, pero justo en ese momento la llama cobró más intensidad y Tae me jaló hacia atrás para que no me quemase.

—Te dije que tuvieras cuidado —dijo abrazándome con fuerza. Mi cara estaba sobre su pecho y podía sentir el delicioso aroma de su perfume.

Levanté mi vista lentamente y nuestros ojos se encontraron de inmediato. Por alguna extraña razón no quería despegar la mirada.

Noté como los ojos de Tae se dirigían a mis labios y lentamente pasaba su lengua por los suyos.

Como si no lo pudiese evitar, mis labios se habían dirigido a los de él y comenzaron un intenso juego. Al comienzo Tae no correspondía pero luego de unos segundos después fue él quien tomó el control.

Su lengua comenzó a abrirse paso y sin previo aviso comenzó una guerra con la mía. Sabía que aquello no estaba bien pero no quería que se detuviese.

Imaginas 「BTS」 + En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora