"No matter what they say" (Álvaro Auryn)

"Esto es la mafia"

ÁLVARO POV

No entendía el comportamiento de Sam, me había rechazo el abrazo y su cara era una mezcla de miedo y tristeza. Tenía la mirada en un punto fijo detrás de mí.

-¿Qué pasa Sam? - la insistí para sacarla del sock en el que se encontraba.

-¡Cuidado! - se echó sobre mi y caímos al suelo.

Una bala voló por encima de nuestras cabezas. Cogí la mano de Sam y tiré de ella para salir de allí corriendo. Pero en la puerta nos estaban esperando Luke junto a Dean.

Nos paramos en seco y puse a Sam detrás mía para protegerla.

-¿A dónde íbais? - preguntó Dean.

Iba a contestar pero Sam lo hizo por mí.

-¿Qué cojones es todo esto? ¿Qué haces con Luke?

-Yo que tú no usaría ese tono de voz - el padre de Sam nos soprendió detrás de nosotros.

-¿Papá? - preguntó Sam sin entender nada.

-Déjate de tonterías y vámonos, no sigas perdiendo el tiempo con Álvaro.

-Ni loca me iría con vosotros y menos sin saber por qué narices tengo que irme.

Agarré de la mano a Sam para que se tranquilizara, para que supiera que estaba a su lado y que nada malo la iba a suceder.

-Todo esto va más allá de un simple ajuste de cuentas, esto no es un juego de niños Sam, esto es la mafia - la contestación de Dean nos dejó a los dos perplejos.

La palabra mafia se repetía una y otra vez en mi cabeza. Esto no puede estar pasando, estábamos metidos en un mundo demasiado grande para nosotros.

-¿Y por qué me queréis? - Sam no se mostraba tan sorprendida como yo, se estaba haciendo la dura delante de Luke, Dean y su padre.

-Es simple, Luke necesita alguien para casarse y tú eres la chica adecuada. Se puede decir que la madre de Luke y yo tenemos una relación bastante estrecha - contestó el padre de Sam.

No, no iba a permitir que Sam se casara con un tipo como Luke. Ahora todo tenía sentido, por eso se han empeñado tanto en encontrar a Sam, pero no entiendo que tiene que ver en todo esto Judith y César.

-¿Has engañado a mamá? - las lágrimas de Sam amenazaban con salir.

-Se acabó el tiempo, nos vamos.

Luke y Dean dieron un paso hacia delante pero me situé delante de Sam para protegerla. Éramos tres contra dos y teníamos las de perder.

-Álvaro no te recomiendo que hagas eso - Luke dio otro paso hacia mí.

Sam agarraba mi camiseta asustada y su respiración era agitada. Noté como su agarre en mi camiseta se iba aflojando hasta que dejé de sentirla. Me di la vuelta y la vi agarrada por su padre con una mano en la boca para que no gritara.

Me giré para pegarle un puñetazo a Luke, recibí otro pero la ira del saber que podía perder a Sam hacía que sacara fuerzas de donde no tenía. Codazo y patada en la entrepierna a Luke para dejarlo en el suelo quejándose.

-¡Álvaro! - oí la voz de Sam.

Me giré y la estaban metiendo en un coche. Corrí como si la vida me fuera en ello. Pero el coche se marchó antes de que yo pudiera hacer nada.

Saqué la pistola del bolsillo trasero y disparé a los cristales y a las ruedas del coche. No podía perderla, no lo iba a permitir. Un cuerpo salió del coche rodando y unos metros más hacia delante el coche frenó.

Corrí hacia el cuerpo que intentaba incorporarse del suelo, era el padre de Sam. Poco después Sam salió corriendo del vehículo con las manos atadas.

Nos encontramos a medio camino, quité la cuerda que rodeaba sus muñecas y corrimos campo a través. Si hubiéramos salido corriendo por la carretera el coche nos hubiera pillado en menos de un minuto.

-Álvaro, no aguanto más - dijo Sam jadeando.

-Tenemos que llegar al coche que hemos dejado en la otra casa.

Habíamos dejado el coche en la casa donde se había estado escondiendo César durante unas cuantas semanas y en la cual nosotros pasamos unos cuantos días.

-Cariño, puedes hacerlo.

Un disparo aterrizó en la corteza de un árbol. Cogí la mano de Sam y salimos corriendo de nuevo. Luke y el padre de Sam nos perseguían y no estaban muy lejos de nosotros.

Íbamos esquivando rocas, ramas y cualquier tipo de obstáculo que nos podíamos encontrar. A lo lejos vi el tejado de una casa, pero nuestro coche no estaba, había desaparecido.

La única opción que nos quedaba era escondernos dentro y rezar para que los chicos vinieran a ayudarnos, aunque a saber donde estaban los chicos.

Subimos los escalones del porche y cerramos la puerta detrás de nosotros.

-Sube arriba y escóndete en nuestra habitación, ahora voy yo.

-No voy a dejarte solo Álvaro - susurró.

-Tranquila, ahora subo yo, tengo que bloquear la puerta.

Se acercó y me besó antes de que empezaran a aporrear la puerta.

Subió las escaleras y empujé un gran mueble para que no pudieran entrar tan fácilmente. Fui a la puerta trasera e hice lo mismo.

Entrarían en menos de cinco minutos y yo no tenía ningún plan para sacar a Sam de la casa.

Nunca había tenido esta sensación de impotencia, de querer salvar a alguien pero no poder. La sensación de ser consciente que la vida de la persona a la que amas está en tus manos y no tienes ningún plan. Si la pierdo, lo pierdo todo y no me lo perdonaría por nada del mundo.

Corrí escaleras arriba para reencontrarme con Sam. Entré en la que era nuestra habitación pero allí no estaba, no había nadie.

El miedo me invadió, mis sentidos se agudizaron con el fin de encontrar una pista, un ruido o algo que me dijera donde estaba Sam. Una madera rugió y me di la vuelta. La puerta de la habitación de en frente estaba cerrada.

Me acerqué y la abrí con cuidado. El cuerpo inconsciente de una chica estaba en el suelo. Las lágrimas empañaron mis ojos y me agaché para abrazarla entre mis brazos. El pecho de Sam subía y bajaba despacio.

-Sam cariño, despierta - susurré acariciando su pelo.

Ver a Sam en ese estado provocó que bajara la guardia y que todo se volviera negro. Unos pies y el rostro de un chico fue lo último que vi antes de caer en un profundo sueño.

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