"Ya era demasiado tarde"

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SAM POV

La vida de Blas corría peligro y yo no paraba de pensar que era por mi culpa. No me refiero a que no le haya podido curar la herida bien, sino que le han atacado por mi culpa, a él y a todos los demás, cada vez veo más claro la idea de entregarme.

No merezco la pena para que la gente muera por mí, simplemente soy una persona más en este mundo y ellos también, no puedo permitir que muera la gente por mí. Sé que no puedo proteger a todos si estoy en el bando contrario pero si me entrego a Luke, todos estarán a salvo sin nadie que los acose día y noche.

Todo esto se me está yendo de las manos, a mí, a Álvaro, a mi madre, a todos, ya nada se puede controlar ni realizar algún plan para que todo esto acabe. Simplemente no se puede hacer nada.

Los médicos siguen pasando de un lado a otro pero ninguno se para y nos dice cómo está Blas. David y Dani son los que más intranquilos están, Carlos está sentado en una esquina moviendo el pie sin para y Álvaro está a mi lado con una mano sobre mi muslo para que me relajara.

Pero es imposible relajarme cuando una vida está en juego, tengo que hacer algo y cuanto antes lo haga mejor, aunque no sé ni qué hacer ni cómo, toda esta situación me está poniendo nerviosa. Mi madre y el padre de Álvaro se han ido a la cafetería, no parecían muy afectados. Aunque es normal porque a penas tenían contacto con Blas.

Mi ojos se estaban cerrando poco a poco, a penas podía mantener la cabeza firme.

-Ey, duerme un rato, lo necesitas - Álvaro pasó un brazo por mis hombros y me acurruqué en su pecho.

En a penas dos minutos ya estaba en un profundo sueño.

.....

-Cielo, tienes que despertarte.

La voz de Álvaro no dejaba de sonar en mi cabeza, intentaba abrir los ojos pero no podía, la claridad me cegaba y los ojos me picaban hasta el punto de que las lágrimas no paraban de salir.

-Sam ¿estás bien?

Asentí con la cabeza y tapé mis ojos con las manos.

-Hay demasiado claridad - susurré.

Pero no era solo la claridad la que me impedía abrir lo ojos, era el miedo a despertarme y que Blas hubiera muerto. Sentir culpabilidad, volver a la realidad y darme cuenta de que todo estaba como antes, que nada había cambiado y que seguirían buscándome.

Álvaro me ayudó a levantarme y me sacó de la clínica, fuera era de noche. Poco a poco fui abriendo los ojos y vi la figura de Álvaro borrosa por las lágrimas.

-¿Estás mejor? - preguntó poniendo sus dos manos en mis mejillas.

Asentí y por fin pude ver la figura de Álvaro sin estar borrosa. Me quité los restos de lágrimas, estaba harta de llorar, de parecer fuerte, de aparentar que las cosas no me afectan. Necesito entregarme, voy a entregarme, si esa es la única manera de que nadie más sufra, lo haré.

-Blas se ha salvado - me dijo Álvaro.

-¿En serio? - pregunté.

Afirmó con la cabeza y me tiré a sus brazos, por fin una buena noticia, no perderíamos a Blas.

-Han dicho que si no llega alguien a sacarle la bala, hubiera muerto, le has salvado la vida Sam.

Parece que dentro de toda esta oscuridad hay un foco de luz que nos da esperanza, pero ese foco de luz se apagó en cuanto vi a Dean venir hacia nosotros apuntándonos con una pistola.

-¡Álvaro corre! - le grité mientras le cogía de la mano para salir corriendo.

Corrimos, entramos dentro de la clínica y nos escondimos en una sala de espera donde no había nadie. Eran las doce de la noche y creo que éramos los únicos que estábamos aquí.

-Tenemos que separarnos - susurré.

-¿Estás loca?

-Vendrá a por mí, tú lo único que tienes que hacer es escapar y buscar a los chicos para que te ayuden.

-No te voy a dejar sola.

Le cogí de la mano y nos miramos fijamente a los ojos:

-Estaré bien, no tienes por qué preocuparte.

Álvaro iba a decir algo pero el sonido de los disparos nos interrumpió. Le di un beso y salimos corriendo por otra puerta que había en la sala, al llegar al pasillo principal nos dividimos, pero antes de hacerlo me dio su pistola.

-Por si la necesitas, te quiero.

No me dio tiempo a decirle nada porque Dean nos estaba pisando los talones.

Subí a la primera planta por las escaleras, los disparos cada vez estaban más cerca así que pude deducir que Dean me había seguido a mí. Corría por los pasillos sin saber a donde ir, necesitaba un sitio donde esconderme y que se pudiera cerrar con llave, los servicios. Iba mirando los carteles pero la luz se fue, solo quedaron encendidas las luces de emergencia.

Entré en la primera puerta que encontré y apoyé mi espalda en la pared. Mi respiración era demasiado agitada, seguro que se me oía respirar desde la planta de abajo. Cerré los ojos y recé para que Dean no estuviera en la misma planta que yo. Escuché el ruido de unos pasos y empuñé bien la pistola.

Estaba cerca, lo podía sentir. Mi respiración volvió a agitarse más, sabía que Dean no iba a hacerme daño, pero el Dean que está ahora mismo al otro lado de la puerta no es mi hermano, él nunca haría estas cosas. Han tenido que hacerle algo para que se comporte de esta manera.

Tenía que pararlo, hacerle entrar en razón. Me armé de valor y abrí la puerta. Cuando salí le vi en frente de mí apuntándome en el pecho con su pistola. Yo también le apunté con el arma aún sabiendo que era incapaz de dispararle.

-Dean escúchame, no sé que te habrán dicho pero es mentira, no tienes por qué hacer esto.

-No lo intentes Sam, te voy a atrapar cueste lo que cueste, me da igual viva o muerta, así que por las buenas o por las malas.

Iba a contestar pero una doctora apareció en medio del pasillo.

-¿Qué están haciendo? Suelten las armas o llamaré a la policía - gritó la mujer.

-Arg, hágame un favor y márchese - dijo Dean, pero la mujer no le hizo caso.

-Llamaré a la policía como no las bajen ahora mismo, no lo pienso repetir.

-A tomar por culo - Dean desvió la punta de la pistola de mi pecho al pecho de la mujer.

No se lo pensó dos veces y disparó. Pero no lo hizo una vez, sino varias veces hasta que se aseguró de que la mujer no siguiera respirando.

Me quedé paralizada, ese no era mi hermano, ese era un asesino. Mi mano comenzó a temblar y el miedo se apoderó de mí. Tenía miedo de que mi hermano pudiera acabar conmigo, de que pudiera matarme.

-Sam, te necesito viva, pero creo que con un balazo en la pierna podrás seguir viva para tu casamiento con Luke ¿no?

Cambió el cañón de su pistola a mi pierna, estaba decidido a dispararme.

-No tienes por qué hacerlo Dean, dejaré que me lleves si es eso lo que quieres, pero por favor, no me dispares.

Pero ya era demasiado tarde para entrar en razón con él, había quitado el seguro de su pistola y nadie iba a impedirle que me disparara.

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Holaaaa, espero que os haya gustado el capítulo.

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"No matter what they say" (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora