They just still in love » Larry Stylinson - 2da parte

Quiero dormir sobre tu amor, descartame el dolor que el resto lo haré yo.

17.

Harry mecía el coche con su pie izquierdo mientras observaba la lluvia caer por la ventana y pensaba. Pensaba en nada más y nada menos que en Louis y él; se pensaba siendo padres, se pensaba en su boda, se pensaba en interminables viajes junto al amor de su vida, se pensaba feliz. Sonrió con algo de dolor, pensando en que no podían vivir plenamente con tantas amenazas, ¿que él nunca podría ser feliz? Ya su vida le parecía bastante color de rosas como para ser cierta.

Un gimoteo por parte de la pequeña que el rizado mecía apareció, la vio tan tentadora que no puedo evitar tomarla en sus brazos.

-Veo que alguien ha despertado. Lo siento mucho cariño si el tío Harry llevó sus pensamientos a voz alta, no era mi intención despertarte. -Ella balbuceó seguido de una sonrisa y el ojiverde le depositó un beso en su mejilla izquierda-. Eres tan simpática como tu madre, Caitlin.

Le sonrió devuelta a la pequeña, sintió la puerta del departamento abrirse y allí se descubrió un Louis totalmente empapado y con una mueca graciosa en su rostro.

-¡Buenas tardes, bellezas!

Gritó exaltando un poco a la niña, ésta enseguida cambió su semblante de susto a uno juguetón, comenzó a dedicarle sonrisas al recién llegado y enseguida le estiró los brazos con debilidad.

-Alguien se ha cansado de su tío favorito.

Espetó triste el menor de los dos jóvenes.

-¡Claro! Porque tu no lo eres, ella solo trata de ser amigable contigo porque tiene que soportarte cada tarde pero ella en realidad ama a su tío Louis, ¿verdad bebé?

Comenzó a hacer muecas delante de ella y la menor le respondía con carcajadas, oírla reír era el sonido favorito de los dos. No amaban más a esa niña porque en realidad no les alcanzaba el tiempo.

Amethyst salía por las tardes para cumplir con su trabajo en una agencia inmobiliaria; como era de medio tiempo y Harry (a veces) por la tarde, se encontraba desocupado, él se encargaba de ser la niñera.

El de orbes azules se encargó de desaparecer la extraña mueca de tristeza fingida que tenía sobre sus labios con un bonito beso. De esos que se daban y se sentían volar.

Suspiró enamorado y acudiendo al llamado de la puerta.

Hayley ni siquiera pidió permiso al ver a Caitlin en brazos de su mejor amigo y enseguida comenzó a hablarle con total retraso hasta que recordó a qué venía y le pidió a Louis que cuidara de la pequeña por escasos minutos que necesitaba una charla a solas.

-Me he contactado con Will, -soltó sin anestesia alguna, tomándolo por sorpresa a Harry. Hace días atrás ella estaba decidida a nunca más hablar con ese tipo- quedamos para vernos y charlar. Yo... ¿tú crees que hice bien?

Preguntó algo rápido y desesperada, escuchar qué pensaba su amigo con respecto a su decisión le parecía un caso de vida o muerte.

Harry significaba una gran parte de la vida de la rubia, lo que él dijera era totalmente sagrado y hasta anhelaba algún día conseguir una persona como él para compañero de vida, tal vez algo exagerado pero así de importante era el rizado para Hayley.

-¿Por qué cambiaste de decisión tan rápido? Sabes perfectamente que no se trata de un cambio de vestuario y ya, no es algo que pueda tomarse a la ligera, Hay. La paternidad es algo totalmente complejo y no todos están preparados para afrontarla de lo mejor, no puedes decidir a ciegas siendo que hay una vida totalmente inocente de por medio. Ya no eres solo tú, también está él.

Le dijo tocando su vientre, aún no mostraba nada (nadie más que Harry lo sabía) porque estaba de unas tan solo cinco semanas.

Las lágrimas no tardaron en llegar, el de rulos había sido lo más comprensible y sutil posible regañando a su mejor amiga. Ella tenía que entender que debía dejar sus pensamientos egoístas de lado, Hayley solo decidió volver a comunicarse con el tal Will por el simple hecho de que se siente sola y necesita alguien que la contenga pero no de la manera en la que sus amigos o familia podían llegar a hacerlo. Alguien que la ame y que cada día le hiciera saber cuánto valía.