They just still in love » Larry Stylinson - 2da parte

Deslealtad.

4.

—Joder, nunca he bebido tanto alcohol en mi puta vida.

Louis agitaba sus brazos hacia todos lados realizando algún tipo de baile extraño y su mejor amigo presenciaba aquélla chistosa escena atento y con una sonrisa de diversión en el rostro.

—Bien, no esperaba encontrarte en este estado pero... me alegra que hayas venido.

Habló la morocha de ésta tarde en la universidad, el castaño la veía con una sonrisa espléndida en el rostro.

Recargó su brazo izquierdo en los hombros de ésta.

—No fallaría, Skyler.

¿Qué carajos sucedía con éste cabrón?

—Puedes decirme Sky.

Explicó seductoramente. Menuda zorra.

—Sky, cariño, ¿tienes alguna amiga para este sector? Ya sabes, Zayn está sediento.

El morocho se encogió de hombros. El sudor se apoderaba de sus cuerpos y la temperatura aumentaba a cada segundo.

Y mientras que los dos mejores amigos se divertían entre putas siendo las 5 A.M., Harry casi caminaba por las paredes, su preocupación por Louis acrecentaba a cada minuto.

—¡No ha regresado desde entonces! ¿Cómo quieres que me calme? ¡Vete a la mierda!

Se dejó caer por la pared haciendo que su celular se estrellara contra el suelo y volara en mil pedazos.

—Tal vez necesites uno nuevo, Hazza.

Dijo Louis alguna vez, el de rulos sonrió al recuerdo pero el dolor volvió al oír su celular —recién armado— timbrar.

—¿Hola?

El parlante del móvil parecía explotar, gritos y música proveniente del otro lado de la línea parecían estar en la casa.

—¡Ey, cariño!

El corazón de Harry volvió a su lugar.

—¿¡Dónde cojones estás, Louis!? ¡Llevo preocupado por ti toda la noche! —Louis rió del otro lado, pero, como Harry lo conocía tanto, notó enojo en aquella simple melodía—. Lo siento, lo siento, vuelve... por favor.

—Oh vamos, ¿qué no me has echado tú de la casa? ¿Qué quieres hacer ahora?

Las risas del otro lado provocaban ponerle los pelos en punta al de orbes verdes.

—Estás ebrio, Louis. Dime donde estás, iré por ti.

—¡Louis, cariño! Únete a nuestra ronda, vamos cielo.

El castaño cortó la llamada guardando el móvil en sus gastados bolsillos mientras que el de rulos estaba apunto de tener un nuevo ataque.

Luego de tanto tiempo.

Cosas de aquí y de allá volaban por el departamento logrando destrozar cada centímetro del antes mencionado. La televisión de pantalla plana recientemente comprada había sido hecha trizas y descansaba plácidamente en el suelo, algunos cuadros que posaban sobre las paredes de la feliz pareja, ya no existían.

¿Y a quién le importa ahora? Está deshecho.

Dos vasos de alguna extraña bebida alcoholica acompañaban las manos de Louis mientras se encontraba casi recostado sobre la barra, el morocho había hecho lo posible para quitar el culo de de su mejor amigo de allí pero nada era suficiente.

—¡Harry! —lloriqueaba y consumía—. Harry, mi amor... ¡Harry! Harry, cariño, Harry yo....

—¡Mierda, Louis, nos hemos metido en grandes problemas!