11. El protector

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Neva me estaba ocultando algo, no sabía el que – obviamente – pero de que había algo que no me estaba diciendo era un hecho y me estaba matando el no saber, aunque más que no saber lo que me molestaba era que ella no me lo dijera, desde que la conocía siempre había confiado en mí, bueno en realidad después del incidente con Cristina, era lo único que le agradecía el que al querer alejarme de ella nos acercara más. El caso es que ella me contaba todo, o al menos así era hasta aquella mañana. Todo estaba normal hasta que sentí que se tensó y dejo de escucharme buscando con la mirada algo, al parecer lo encontró pues sus pupilas se dilataron mientras yo hablaba simulando que no me daba cuenta de nada, sus ojos estaban fijos en dos chicos que acababan de llegar. Desde el momento que vi al rubio no pude evitar sentir desagrado, esa pose tan arrogante y en lo que siguió del día mi opinión no hizo sino empeorar. Neva se puso nerviosa y yo en lo único que pensaba era en sacarla de ahí, ¿Pero con que pretexto? No quería parecer un novio celoso o algo por el estilo. Entonces apareció Lisa y con más ganas quise alejarme de ahí, la chica había estado persiguiéndome desde hace unos días, quería declararse, Lisa no era feo ni me caía mal pero es que no se daba cuenta que yo solo tengo ojos para cierta pelirroja, claro que se daba cuenta, cualquiera con dos ojos lo podía ver, por eso la trataba de esa forma tan fría. Me dispuse a sacarnos a ambos de esa doblemente incómoda situación cuando Neva se adelantó escapándose y dejándome a merced de aquella chica hormonada.

-          Leo, que bueno que Minerva nos dejó solos – dijo con una mirada coqueta y me alegre de que Neva no fuera de ese tipo, ella era natural no necesitaba de esas poses para ser hermosa – tengo algo muy importante que decirte.

-          Dilo – le conteste secamente tenía que acabar con eso de una vez por todas por poca gracia que me hiciera y entre más rápido mejor, tenía que reunirme con mi amiga.

-          Bue-bueno – dijo un poco sorprendida y yo me sentí un poco mal por eso - ¿Podríamos ir a otro lado? – Suspire y asentí con la cabeza, supongo que era mejor ir a un lugar sin tanta gente, si iba a rechazarla era mejor para ambos que nadie nos viera.

-          Vamos – la guie hasta la parte posterior de la escuela que a esa hora estaba completamente vacía – entonces ¿Qué era lo que querías decirme? La apure a hablar.

-          Leo – se puso algo roja y yo me pregunte si no estaría actuando – hace tiempo que he estado viendo y bueno creo que eres un chico maravilloso, además de guapo – me volvió a sonreír coqueta mientras me acariciaba el brazo – quiero que sepas que me gustas mucho y me gustaría salir contigo – se paró de puntitas y trato de besarme, la pare en seco.

-          Lo siento Lisa – le tome los hombros con mis manos para evitar que se acercara de nuevo – eres una chica muy linda pero...

-          ¿Pero? – ella se vio molesta y de un movimiento aparto mis manos.

-          No puedo aceptarte – le dije tratando de ser lo menos brusco posible.

-          ¿No puedes o no quieres?

-          Lisa, por favor déjalo así...

-          ¡No! – exclamo fuera de si – soy bastante guapa así que no es por eso que me estas rechazando ¿Es por minerva cierto?

-          Lis...

-          ¡Es por ella! Por esa loca me estas rechazando...

-          No se te ocurra llamarla de nuevo así ¿Me oyes? – la desconocía, siempre supe que no era una blanca paloma pero no me esperaba una reacción así – claro que es por Neva, todo mundo sabe que estoy enamorado de ella, así que no sé qué esperabas con tu declaración – había perdido toda mi paciencia, había dicho lo única que no debió decir – y déjame decirte una cosa, tu no podrías siquiera compararte con ella, no estas a su nivel. – Me di la vuelta con el propósito de alejarme de ahí cuando escuche un grito de ella.

Su príncipe elfoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora