13. Esa Bruja

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Una elfina de larga cabellera de ébano avanzaba rápidamente entre la gente que paseaba por la calle, iba siguiendo una esencia que conocía bien pero que detestaba. Al fin la vio al fondo de un establecimiento. Casi suelta la carcajada al verla más insignificante de como la recordaba, siempre le había parecido que la pálida piel de esa niña era algo enfermiza pero ahora parecía un ratita moribunda. Sacarla del camino sería tan fácil.

Entró al local con paso decidido, arrogante como era ella, segura de sí misma y por una milésima de segundo se sorprendió por la compañía en que estaba. Eirny la miró con los ojos muy abiertos, era obvio que no le caía bien, el sentimiento era mutuo, no podía apreciar a quien le había quitado a su amor pero al menos la respetaba, era una princesa al fin y al cabo pero la ratita era otra cosa.

-          Erla – Minerva se levantó completamente pálida, fue como si alguien le hubiera echado limón a una herida que pensaba que ya había cerrado y apenas descubría que no.

-          Mina, cuanto tiempo sin verte – sonrió perversa – lástima que los años no te hayan favorecido – Eirny se puso de pie, harta de esa arpía.

-          Erla ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

-          Su alteza – Erla hizo una pequeña inclinación con la cabeza a manera de saludo pero ignoró a su pregunta – veo que te has encontrado con nuestro príncipe – Eirny se acercó a Mina dispuesta a sacarla de ahí pero las palabras de la morena fueron más rápidas – Nuestro príncipe siempre te considero una buena amiga era natural que viniera a presentarte a su prometida – cada musculo del cuerpo de Mina se congelo, era como si en sus venas en vez de sangre corriera hielo, dolía, dolía mucho, como si cientos de cristales la cortaran por dentro – No sé qué has de tener Mina para que Aren sienta tanto apreció por ti y ahora también nuestra princesa – Erla miro a Eirny y Mina siguió su mirada - ¿No es así su alteza? – El dolor de Mina se reflejó en sus ojos cuando la comprensión llego hasta ella. Eirny era la prometida de Aren...

-          Mina – la voz de Eirny era apenas un susurro mientras sujetaba la mano de la pelirroja.

-          T-tengo que irme – con un brusco movimiento se soltó del agarre de la chica y salió del lugar lo más rápido que le permitieron sus pies.

-          ¡Mina! ¡Espera! – Eirny salió tras ella ante la mirada atónita y preocupada de Daniel y el gesto de victoria de Erla.

Mina corría tratando de contener las lágrimas Aren no había vuelto por ella, solo quería presentarle a su prometida. Estaba mareada, su mundo no paraba de dar vueltas, le costaba respirar - ¡Mina! – la voz de Eirny se escuchaba a lo lejos ¿Cómo se podría mostrar frente a ella? ¿Con que cara podía mirarla? Estaba enamorada de su prometido, a pesar de todo ella lo seguía amando. Sentía que la cabeza le iba a estallar, el pecho le dolía. Comenzó a llover. Ya no podía ver nada y se quedó parada donde estaba sin saber dónde.

-          Neva – una voz conocida la devolvió a la realidad. Después de que ambas chicas salieran corriendo del café sin siquiera probar sus bebidas y mucho menos pagarlas, Daniel un mesero que tenía una buena amistad con los chicos preocupado por la pelirroja llamó a la única persona que pensó podría ayudarla.

Flashback

-          ¿Leandro?

-          Dan – contesto el chico del otro lado de la línea – que milagro ¿Cómo...

-          Neva estuvo en el café.

-          ¿En tu café? – preguntó el chico extrañado - ¿Sola?

Su príncipe elfoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora