Llegue a la preparatoria junto a Kaesen quien no muy feliz se había unido a mi pequeña misión, según él lo por que no podía permitir que el heredero al trono, su príncipe, vagara sin protección en el mundo humano, yo tenía otra teoría, quería impresionar a cierta elfina a la que le emocionaba este plan que gran parte fue su idea.
Era la primera vez que estaba en el mundo humano de forma visible, habíamos tomado forma humana y nos habíamos inscrito en la preparatoria del pueblo, en el último año, no creía que necesitara más tiempo, en realidad dudaba estar más de una semana en esa escuela humana, al fin y al cabo yo estaba ahí solo por una razón y no eran precisamente las clases.
Llegamos y comencé a buscarla enseguida esperando ver esa pequeña llama roja que era su cabello, estuve dando vueltas por los salones de segundo esperando verla sentada en alguno de ellos, nada. Estaba empezando a temer que no estuviera en esa escuela cuando tocaron el timbre que indicaba el inicio de clases y yo seguía sin verla. Entonces vi a Cristina y me aferre a ella como última esperanza para encontrarla.
La rubia se dirigió hacia los salones de tercero seguida por las que reconocí como los perros falderos de unos años antes más otros más que seguro se habían sumado en los últimos años. Sentí su presencia muy cerca de mí mientras nos acercábamos a los salones del último año. Cristina entro a la clase que me correspondía y decidí entrar detrás ella, al fin que ese era el lugar donde se supone debía estar, Kaesen entró detrás de mí chocando con un yo que se había quedado parado como tonto.
Ahí estaba ella, sentada en la primera fila con su cabello cubierto y esos horribles lentes pero era ella, habían pasado casi cuatro años desde la última vez que la había visto, había crecido, pero era ella, estaba seguro aunque no entendía. Había un lugar junto a ella y me dirigí ahí, cuando estuve a punto de sentarme ella puso una mano impidiéndome que lo hiciera.
- Lo siento, está ocupado – lo dijo sin mirarme y dejándome completamente fuera de mí, su voz se había vuelto más hermosa pero también había adquirido una dureza que no esperaba.
- Yo no veo a nadie aquí – lo dije con el tono de voz que usaba cuando me burlaba de ella, por fin me miro y abrió los ojos como platos, me había reconocido. Sonreí.
- Está por llegar – contesto con la misma frialdad, puso su mochila en el asiento vacío y regresó su atención al cuaderno dando por terminada aquella conversación.
Kaesen se dispuso a discutir con ella pero lo detuve antes, obviamente él no estaba acostumbrado a las faltas de respeto hacia su príncipe, pero no estábamos en nuestro mundo y aquí había otras reglas y aunque yo estaba acostumbrado a que ella ignorara mi naturaleza noble, no me esperaba ese trato y menos cuando sabía que me había reconocido. Nos fuimos a sentar atrás, demasiado cerca de Cristina para mi gusto, quien enseguida se propuso a reclutarnos en su ejército de perros falderos.
El humano que supuse seria el profesor, aunque me parecía muy joven para el puesto, llego y nos pidió ir al frente para presentarnos. Tome la palabra.
- Hola, Soy Aarón – me presenté con el nombre humano que había tomado – y este es mi primo Kenneth – señale a Kaesen – Rocíen llegamos al pueblo y esperamos poder conocerlos – esto último lo dije mirando a Mina quien no estaba segura si me estaba ignorando o hacia un gran esfuerzo por no mirarme. En ese momento me dieron ganas de tomarla en mis brazos y zarandearla para que me mirara.
Un chico interrumpió en la clase y después de disculparse se dirigió hacia el lugar que ocupaba la mochila de Mina. Le sonrió mientras que, para mi sorpresa ella quito la mochila dejándole sentar.
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Su príncipe elfo
RomanceMina no tiene madre, su padre la ignora, tiene una odiosa hermanastra por si fuera poco, su mejor amigo y primer amor, la abandona justo antes de cumplir trece años aún cuando prometió que nunca la dejaría. Pero no le guarda rencor, sabe que así ten...