Su príncipe elfo

20. Verdades que Duelen.

Hace siglos que no actualizo, por fin me ha llegado algo de inspiración y termine este capítulo que tenía empezado desde hace mucho. Comienza lo bueno, espero subir el próximo este mismo mes. Gracias por los comentarios de aquellos que han leído mi historia, espero que les siga gustando. Sin más los dejo con el capítulo. 

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Verdades que duelen

Minerva estaba en shock, no podía creer lo que estaba escuchando, hablaba de ella, de sus padres, de la mentira que había sido su vida, estaba confundida sin embargo en su mente algunas cosas comenzaban a cobrar sentido, como el que en realidad no se pareciera en nada a su padre, o bien Rafael; y en especial podía entender que este no la quisiera, no sabía si sentirse aliviada o molesta pero en ese momento había algo que le interesaba más que cualquier cosa. ¿Dónde estaba su verdadero padre? Sintió como una mano apretaba la suya transmitiéndole ese apoyo que necesitaba, volteo a su lado, apoyándola como siempre estaba Leandro, alguien que siempre estaba a su lado, con la que podía contar en cada momento y que sabía jamás la abandonaría. Regreso el apretón y le sonrió agradeciéndole silenciosamente su apoyo en ese momento.

- ¿Profesor que le pasó a mi padre?

- ¿Liam?

Minerva asintió tímidamente, el adulto sonrió internamente lleno de gozo, ella parecía estar aceptando muy bien su verdadera ascendencia. Aunque una vocecita en el fondo de su cabeza le susurraba que el final de esa historia no sería muy bien recibido pero decidió ignorarla y seguir, la verdad da poder. – Bueno, él continuo trabajando con los guardianes e incluso convenció a muchos elfos del rio se unieron a él, la familia es muy importante para los ellos, así como la lealtad. Estuvo años haciendo investigación tratando de encontrar la mejor forma de fusionar la magia elfica en un ser humano para crear al mejor guardián. Al fin unos años después encontró la forma, solo había un problema, debía encontrar un alma pura al borde de la muerte pero al fin casi 6 años después lo encontró. Estaba que no cabía en si de la felicidad pensando que pronto podría volver a estar con su familia. Y de hecho los vio.

La vista de Colín se perdió por unos momentos en el espacio, como si su mente hubiera dejado su cuerpo y viajara en el tiempo hasta un momento que le dolía profundamente. Leo se levanto de la silla que había estado ocupando junto a Neva y comenzó a caminar por toda la habitación, el anterior comentario del docente había prendido una alarma en su cabeza y necesitaba moverse para despejarla. Minerva solo los miraba, al parecer esta sesión de verdad estaba siendo muy dura para todos. Por un momento deseo que Aren estuviera junto a ella, pero desecho la idea muy rápido, él la había abandonado, ya nunca estaría a su lado – pero vino a buscarte – susurro una voz en su cabeza y ella no pudo evitar pensar en lo lindo que sería si fuera cierto.

Eirny había arrastrado a un preguntón e impaciente príncipe por toda la ciudad hasta llegar a un complejo de apartamentos bastante simple, subieron hasta el quinto piso y la rubia toco una puerta como si solo la hubiera escogido al azar. Un hombre que el joven elfo reconoció de inmediato.

-¿Profesor Duncan?

-Sí, ¿En qué puedo ayudarlos chicos?

-Oh venimos a ver a una amiga – Eirny contesto y antes de que Colín la pudiera detener se metió en el departamento llegando a la sala donde se encontraban los chicos. - ¡Mina! – grito la rubia mientras abrazaba a Minerva quien no hizo gesto alguno para apartarla. - ¡Qué bueno que estas bien! Me diste tremendo susto en tu casa.

- ¿Estabas ahí? – Preguntó la otra mientras entraba al lugar Colín, seguido por un desconcertado Aren - ¿Qué haces aquí? – le pregunto al rubio con tono osco, tanto Colín como Leandro se pusieron a la defensiva. Leandro estaba listo para sacarlo a golpes si fuera necesario, y lo haría con mucho gusto.