Pietro (I/I)

29.9K 855 68
                                    

Hace no más de un mes que los chicos se habían unido al equipo y a decir verdad te llevabas de maravillas con todos, Wanda se había vuelto una de tus mejores amigas, Vision y Sam también eran agradables. Pero Pietro, Digamos que eso es otra historia, el era también tu amigo, pero era diez veces más fastidioso que Tony y mucho más exasperante.
Al principio era tímido y reservado, usualmente era más relajado con los demás, pero contigo era diferente. Siempre buscaba el momento para molestarte o hacerte sentir incómoda, siempre se comportaba diferente contigo, pero no te atrevías a preguntarle el por qué de su actitud.

Era exasperante verlo correr por todos lados como si fuera un niño hiperactivo, nunca se estaba quieto y siempre buscaba la ocasión para molestar, especialmente cuando estabas cocinando.

A veces cocinabas para todos, otras veces pedían pizza o alguien traía comida de algún lugar, muchos de los chicos habían tomado caminos separados, por lo que sólo quedaban, Steve, Nat, Tony y los nuevos.
Te agradaba cocinar para ellos, además, no tenías mucho que hacer en la torre, aparte de entrenar y ayudar a Steve a rastrear a su amigo, cosa que sólo hacían Sam, él y tú, por lo que cocinar te salvaba muchas veces del aburrimiento.

Los utensilios flotaban hacia ti, las cucharas revolvían la comida mientras tú leías un libro de recetas, la telequinesia y muchos otros de tus poderes podían ser de bastante ayuda en situaciones cotidianas. Dejaste el libro, tomaste un cuchillo y comenzaste a rebañar las verduras.
Sentiste una brisa familiar en tu espalda.

–Pietro, sal de la cocina– dijiste sin dejar de cortar los vegetales.
–¿Cómo supiste?– preguntó frunciendo el ceño desde el otro lado de la cocina.
–Eres predecible– respondiste dedicándole una sonrisa para fastidiarlo.
–¿Qué estás cocinando (T/N)?–dijo robando una rodaja de zanahoria de la tabla de picar, no pudiste evitar sobresaltarte al sentir su presencia de golpe a tu lado.
–Estoy cocinando comida. Mira, tienes toda la torre para pasearte, ¿Podrías dejarme cocinar tranquila?– dijiste dejando el cuchillo clavado en la mesa mientras te volteabas para darle la cara.
–Tengo toda la torre, pero quiero estar aquí– respondió con su marcado acento extranjero mientras arrugaba la nariz.
–Bien, como quieras–finalizaste mientras te volteabas para seguir picando verduras.

No pasaron ni diez segundos cuando comenzó a inquietarse  nuevamente.

–¿Falta mucho? Tengo hambre, ya sabes, metabolismo rápido– dijo mientras levantaba la tapa de un sartén para revisar su contenido.
–Faltaría menos si no me hicieras perder el tiempo– respondiste levantando una ceja, te acercaste a donde el estaba y echaste los vegetales al sartén, abriste el refrigerador y sacaste un trozo de carne cruda.

Comenzaste a cortar la carne y de un segundo a otro Pietro pasó a tu lado haciendo que en vez de cortar la carne, te cortases el dedo, frunciste el ceño y rápidamente quitaste la mano de ahí, Pietro se detuvo en seco junto a ti.

–¡Ay!–Dijiste mientras sacudías tu mano.
–¿Estas bien? Perdón, no era mi intención que salieras herida printsessa, de verdad lo siento– dijo él mientras tomaba tu mano en la suya para revisarte.
–E-Estoy bien, sólo fue un pequeño corte, no te preocupes– respondiste suavemente tratando de calmarlo. Esperen, ¿Acaba de decirte "printsessa"? Abriste los ojos de par en par, nunca antes te había llamado así, pareció como si se le hubiese escapado de la boca porque no pudo evitar sonrojarse.

Pietro se fue de la cocina y volvió en cosa de segundos con el kit de primeros auxilios en la mano, se acercó hasta ti y te indico que te sentases, se sentó frente a ti y comenzó a limpiar la sangre con un algodón lentamente, luego sacó una bandita y la puso alrededor de tu dedo.
Comenzó a acariciar tu mano, haciendo que te estremecieras, lo observaste detenidamente. Era lindo, no como los hombres de la televisión. Su belleza no radicaba en sólo su rostro. Nunca te habías tomado tiempo para verlo así, tan de cerca, él levantó la vista y sus ojos azules se encontraron con los tuyos, te sonrojaste y el sonrió.

–Pietro, ¿Por qué actúas así conmigo?–dijiste casi en un susurro.
Bajó la vista hasta tus manos, dudo por unos segundos, su boca se abrió levemente pero no dijo nada, comenzó a jugar con tus manos.
Paraste sus manos y las entrelazaste con las tuyas, al parecer esto le hizo reaccionar.
–Bueno, no lo sé, es sólo que, ¡Agh! Olvídalo– contestó mientras se soltaba de tu agarre y salía por la puerta caminando con el ceño fruncido, te paraste y corriste hasta él, lo tomaste del brazo y el se volteó.
–Vamos Piet, sé que debe haber una explicación–dijiste sin soltarle el brazo.
Respiro profundamente y comenzó a hablar, deleitándote con su acento.– M- Me gustas (T/N) ¿Okay?, me gustas desde el primer instante en que te vi. No soy bueno en esto... ¡No tenía idea de que hacer!, eres tan perfecta y yo... yo soy tan tonto, no sabía cómo llamar tu atención–hizo una pausa.—Bueno, en fin, entenderé si no quieres hablar más conmigo– continuo con los ojos llenos de tristeza.

–Eres un idiota, Maximoff–Respondiste, él trató de salir nuevamente, pero lo volviste a agarrar del brazo.
Se volteó sorprendido, tomaste su rostro en tus manos y te acercaste lentamente hasta estar a unos centímetros de sus labios, podías sentir su respiración algo agitada. Finalmente rompió el pequeño espacio y te besó, fue un beso lento y tierno, pudiste sentirlo sonreír con sus labios aún pegados a los tuyos.
Se separaron por la falta de aire, sonreíste y el te sonrió de vuelta.

–Te quiero, idiota.–Dijiste mientras enredabas tus dedos en su cabello platinado.
–Yo también te quiero, printsessa.–susurró y depósito un suave beso en tu frente.

Marvel:One-Shots (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora