Capítulo 22 - Dulce trampa

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-Hola amiga -saludó Iris a Louise, luego de haberle abierto la puerta.

Louise se despidió de su madre que la había pasado a dejar. Caminó desde el portón de la casa hasta la puerta donde la esperaba Iris.

-Hola, ¿cómo has estado? -preguntó Louise a la chica luego de abrazarla.

-Todo bien acá, gracias -respondió con una sonrisa un tanto malvada.

Louise entró a la casa y se sentó en el sofá. Escuchó el ruido del excusado funcionando, luego el agua del lavabo. Debe ser la señora Ivana, pensó ella.

Iris trajo de la cocina tres vasos con jugo de naranja. Louise adora ese jugo, la hace feliz.

-¿Para quién el tercer vaso? -preguntó la chica a Iris, mientras tomaba un sorbo de jugo.

-Para Matthew, ¿no te dije que también está aquí? -dijo Iris Heardinger con una perfecta naturalidad.

Louise sintió ganas de escupirle el jugo en la cara a Iris. ¡Matthew es la última persona a la que quería ver!

-¡¿Ma-Matthew está aquí?! -preguntó indignadísima.

Justo en ese momento, se escuchó la puerta del baño abrirse. Unos pasos pesados se acercaban. Los característicos pasos bordes de Matthew Disel.

-¿Qué tal, Louise? -saludó el chico.

-Hola Matthew -respondió ella fríamente.

Louise no sabía como Iris le pudiese haber hecho eso. El lunes pasado estaba hablando con ella y de la nada llegó Matthew a meterse en la conversación.

-Bueno. ¿Vamos a ver las fotos de Canadá? -propuso Iris.

-Sí -respondió Louise con una seriedad mortífera.

En su portátil, Iris mostró varias fotos de su estadía en el país vecino. Para Louise fue incómodo; Matthew se había sentado al lado de ella en el sofá.

-¡Mira! -indicó Matt con el dedo una foto -. Esa plaza es parecida a la que una vez fuimos con Lou.

Esa frase repugnó totalmente a la chica. ¿Por qué de la nada, Matt pasa de no hablarle a "casualmente" juntarse con ella y conmemorar momentos de cuando eran novios?

Al terminar de ver las fotos. Louise no aguantó más. Le envió discretamente un mensaje de texto a su mamá pidiéndole que la pasara a buscar. Le diría a sus amigos que tenía algo urgente que hacer con su madre.

Iris se paró a guardar el laptop e hizo una mueca que sólo Matthew entendió. Él y Louise quedaron solos. El silencio y tensión era demasiado inquietante. La cara de Matthew se había tornado más oscura de un momento para otro.

-Louise...¿puedo hacerte una pregunta? -rompió el silencio el chico.

Louise respondió con un único "sí". La verdad es que no quería ninguna pregunta.

-¿Soy un idiota? -preguntó, dejando pasmada a la chica.

-¿Có-Cómo? -Louise no entendía lo que le acababan de preguntar.

-Debo ser el idiota más grande del mundo como para haberte hecho sentir mal. Lo que hice en nuestro tercer cumplemés no estuvo bien. Me he portado pésimo junto a ti. -La voz de Matt comenzó a entrecortarse. -¿Me odias, cierto?

Louise no sabía qué decir. Jamás había visto a Matt tan arrepentido. Sintió pena y remordimiento por él. La chica empezó a sentirse triste también.

-No, Matthew, no te odio –dijo Louise, apenada -. ¿Por qué piensas eso?

-Es que soy un mal chico. Nunca te traté como a una verdadera novia, y tú no decías nada. Ahora me arrepiento de todo eso. Ahora que te quiero de vuelta me doy cuenta. -El chico tuvo que carraspear para limpiar su garganta -. Me despreocupé de ti y te perdí.

Los ojos de Louise comenzaron a llenarse de lágrimas. Apoyando su cabeza en el sofá, dio un respiro hondo. ¡Nunca podía tener conversaciones importantes sin llorar, odiaba eso! Con las mangas de su chaquetilla se limpió sus lágrimas e intentó calmarse. Tenía que ser fuerte y decirle a Matthew la verdad.

-Matt. No eres un mal chico -dijo Louise intentando calmarlo -. Pero creo que lo nuestro se acabó porque tenía que acabar. Somos muy diferentes, tú eres muy activo y yo me preocupo mucho. Además, con tu hipertensión pulmonar, me volvería loca controlándote. Fue lindo el tiempo en el que estuvimos juntos, especialmente los dos primeros meses, pero no todo es para siempre. De verdad me gustabas mucho. ¿Dicen que el amor es ciego, no?

Los ojos de Matthew también se volvieron llorosos. Su mano se acercó a la de Louise hasta llegar a un electrizante toque. Ella abrió sus ojos sorprendida, y antes de que pudiera decir algo, se encontró con la cara del chico a pocos centímetros.

Matthew besó inesperadamente a Louise. Ella sintió como sus labios se unían con los del chico. Podría jurar que escuchaba los latidos de los dos. Por unos segundos, la chica cerró sus ojos y sintió como el olor corporal de Matthew y el dulce sabor a naranja en sus labios le llegaban hasta el alma. Una mano cálida le acariciaba un brazo dulcemente. Recordó lo bien que se sentía estar con él. Y luego recordó dónde estaba. Y recordó a Jason.

Abriendo los ojos, Louise apartó al chico. No estuvo bien lo que sucedió. Impactada, ella miró a Matthew con ojos de desaprobación e incerteza.

Los dos no se dijeron nada durante unos incómodos segundos hasta que Louise tomó la iniciativa.

-¿Por qué? -se limitó a preguntar llevándose una mano a la boca.

Hesitando un poco, él respondió.

-Porque te amo -dijo posando su profunda mirada color noche en los ojos de la chica. 

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