Pecho.

21 1 0
                                    


Y me encuentro sentada en la arena, raspa, pica.

Igual que tus palabras, eres frío,  me das gripe, así que esa es mi excusa para no invitarte hoy a la playa.

Además de que necesito estar sola, pensar en lo mejor para mi corazón.
Está triste y late despacio.

Todo es tu culpa, pero no vine a sacarte en cara nada.

Solo te comento que el sol está fuerte y la marea lenta.

Los bañistas corren, saltan, no notan a la chica de camiseta gigante sentada al lado.

Noto que soy un fantasma,  me toco las piernas y sé que estan más blancas que un papel, tenías razón,  debo salir un poco más.

Relamo mis labios,  saben a frutilla, también leo un libro.

El pitido del móvil me despierta, eres tu, pero no necesito hablarte, la verdad es que tengo miedo.
De que tus palabras vuelvan a herirme.

Estoy tan golpeada, no quiero ninguna de tus frases.

Menos de tu indiferencia,  puedes ir a un puente y ahogarte con el viento o morir de hipotermia por abrir el frigorífico.
No me importa.

Lo que siento aquí,  lo provocaste tu, es catorce y dijiste que querías salir el quince, lo que tengo muerto, lo asesinarte tu, es tu problema remediarlo.

Ya sabes donde está ¿no?  Aquí,  justo en el pecho.

Sigo SintiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora