Capítulo 6

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-¡CHICAS! ¡Ya llegueeee!- gritó mamá desde el piso de abajo una hora después. La escuché subir con rapidez y encerrarse en su habitación.

Grace y yo ya estábamos prácticamente listas, yo terminaba de colocarme el maquillaje y ella también debía estar haciendo lo mismo.

Mi vestido era color ciruela, la parte de arriba era estilo corazón y bajaba ceñido como un corset hasta la cintura, en donde caía como campana hasta flotar arriba de mi rodilla. Mi cabello lo había dejado suelto haciéndome cosquillas en los omóplatos; mi maquillaje era bastante suave, máscara, rubor, delineador, leves sombras en mis parpados y brillo labial. De mi tocador tomé un collar plateado metálico y lo abroché alrededor de mi cuello.

Escuché pasos afuera de mi habitación y encontré a Grace de pie en el pasillo, su vestido era negro, corto y ceñido, tenía un escote algo pronunciado, permitiendo la vista de sus perfectos pechos; mi hermana era alta y hermosa, parecía una modelo, el vestido podía lucir vulgar en cualquier otra persona, pero en ella, se veía elegante y sensual. Tenía algunas pulseras doradas en sus muñecas y tacones stiletto color negro. Llevaba maquillaje sencillo como yo y el cabello suelto también.

-Mamá ya estamos listas- dijo

Entonces ella salió; su vestido era color azul rey con cuello estilo barco, era algo corto para enseñar sus hermosas piernas, unos tacones blancos de la altura perfecta y llevaba el cabello recogido delicadamente. Su maquillaje no era excesivo.

-¿Cómo me veo?- preguntó dando una vuelta sobre si misma

-Hermosa- contesté con una sonrisa, ella me sonrió de regreso.

-Ustedes también se ven preciosas- dijo mirándonos amabas -Vamos

Las tres bajamos las escaleras, mamá tomó su bolso y salimos hacia la noche.

-¡¿Iremos caminando?!- preguntó Grace sin poder creerlo

-La casa de Mark esta justo en la esquina querida- contestó mamá caminando

-¿Desde cuándo ella lo tutea?- le dije a Grace quien solo me ignoro enojada

-Mis tacones se ensuciarán- se quejó. Rodé los ojos y seguí a mamá

Había sido verdad, la casa estaba justo en la esquina, era grande, hermosa y... azul.

-Tiene que ser una broma- murmuré para mí misma

Mamá extendió el dedo índice y tocó el timbre, se veía nerviosa y emocionada. La puerta se abrió y apareció un hombre, era bastante atractivo y alto; a los costados tenía algunas canas salpicando su cabello negro y perfectamente peinado; esbozó una sonrisa encantadora para mi madre, pero era una sonrisa que no se veía acorde con el, el hombre se veía algo falso, sus ojos eran negros y se veían duros y gélidos, llenos de algo más, algo muy diferente a la amabilidad que pretendía.

-Reachel- saludó -Te ves maravillosa

-Gracias Mark, tú también te ves muy apuesto

Grace y yo compartimos una mirada.

-¿Y quiénes son estas bellas jovencitas?- preguntó Mark notando nuestra presencia por primera vez

-Oh, estas son mis hijas, Grace y Emma

Ambas le estrechamos la mano diciendo "Un placer" y "mucho gusto".

Mark nos invitó a entrar y una vez ahí mis ojos no pararon de recorrerlo todo; la casa era hermosa, las paredes eran blancas con negro, los muebles y la decoración hacían juego con el ambiente moderno y masculino que se sentía, habían ventanales enormes que daban un poco de vista a lo que debía ser el jardín, el piso era de madera pulida y todo estaba en perfecto orden.

Estupidamente EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora