Capítulo 24

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Al bajar del auto todos y no miento, todos dirigieron sus miradas a nosotros; me ruboricé inmediatamente, estaba por empezar a caminar cuando Alex llegó a mi lado y entrelazo nuestros dedos uniendo nuestras manos; sorprendida lo miré y me encontré con esa sonrisa de lado y su hoyuelo saludando.

Una vez juntos, iniciamos con el incómodo desfile hacia el instituto.

-Tus orejas están muy rojas- murmuró divertido

-Soy tímida maldita sea- dije entre dientes

-Eh, Alex- llegó Thomas, uno de sus amigos. Él le devolvió el saludo con un gesto nada más.

-Thomas, te presento a Emma – dijo -Emma, te presento a Thomas

El chico era alto, mucho más que Alex, el cabello lo tenía peinado perfectamente y risos pequeños se arremolinaban en la parte superior ya que los costados los llevaba al ras; sus labios eran gruesos y su piel morena, los ojos eran como los míos, café. Era atractivo.

Me sonrió.

-Hola – saludé

-Emma, por fin tengo el gusto de conocerte- dijo guiñándome un ojo -Cuando te aburras de éste- de su bolsillo sacó un papelito y me lo ofreció -Llámame

Antes de que pudiera reaccionar, Alex mando a volar el papel de un manotazo.

-Cálmate hermano- se burló Thomas sonriendo de oreja a oreja para después centrar su atención en alguien detrás de nosotros -Ah Ahí viene Rick, tengo que ir a cobrarle a ese bastardo

-¿Qué apostaron esta vez?- preguntó Alex

-Yo aposté que te le declararías a esta preciosura

-¿Y él?- dije

-Que se le pasaría- me contestó

Agradecí internamente que ese no haya sido el caso.

-En fin, tengo que ir por mi dinero, nos vemos luego- se despidió con la mano mientras se iba.

Alex y yo aún nos encontrábamos en el estacionamiento así que en cuanto escuché el motor característico de la camioneta de Blake acercarse, tiré de él para entrar.

-Te veo en el almuerzo, ¿no? – dije mientras caminábamos por el pasillo

-Si – contestó al momento de que el timbre sonaba.

-Okay, esta es mi clase – estábamos justo en la puerta

-Adiós – sonrió de lado, me dio un casto beso en los labios y se fue.

Parpadeé varias veces para salir de mi estupor, me había tomado totalmente desprevenida al igual que a las personas que lo habían visto, ya que varias chicas me miraban boquiabiertas, mientras que los chicos solo murmuraban entre sí.

Me obligue a mover las piernas y entrar al aula.

La clase transcurrió tranquila; sin embargo, afuera era otra cosa.

-¡Olivia!- medio grité del otro lado del corredor al ver la melena pelirroja de mi amiga.

Ella enseguida se voltio y casi corrió hacia mi encuentro.

-¡Tengo que contártelo todo!- exclamó con una gran sonrisa en el rostro cuando llego a mí.

-¡Si! – contesté con el mismo entusiasmo -Pero antes – aquí vamos -Necesito hablar contigo... es serio

Su expresión se tornó cautelosa.

-¿Qué sucede?

La tomé de su pequeña mano y la metí a los baños de chicas justo cuando el timbre empezó a sonar.

Estupidamente EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora