Al bajar del auto todos y no miento, todos dirigieron sus miradas a nosotros; me ruboricé inmediatamente, estaba por empezar a caminar cuando Alex llegó a mi lado y entrelazo nuestros dedos uniendo nuestras manos; sorprendida lo miré y me encontré con esa sonrisa de lado y su hoyuelo saludando.
Una vez juntos, iniciamos con el incómodo desfile hacia el instituto.
-Tus orejas están muy rojas- murmuró divertido
-Soy tímida maldita sea- dije entre dientes
-Eh, Alex- llegó Thomas, uno de sus amigos. Él le devolvió el saludo con un gesto nada más.
-Thomas, te presento a Emma – dijo -Emma, te presento a Thomas
El chico era alto, mucho más que Alex, el cabello lo tenía peinado perfectamente y risos pequeños se arremolinaban en la parte superior ya que los costados los llevaba al ras; sus labios eran gruesos y su piel morena, los ojos eran como los míos, café. Era atractivo.
Me sonrió.
-Hola – saludé
-Emma, por fin tengo el gusto de conocerte- dijo guiñándome un ojo -Cuando te aburras de éste- de su bolsillo sacó un papelito y me lo ofreció -Llámame
Antes de que pudiera reaccionar, Alex mando a volar el papel de un manotazo.
-Cálmate hermano- se burló Thomas sonriendo de oreja a oreja para después centrar su atención en alguien detrás de nosotros -Ah Ahí viene Rick, tengo que ir a cobrarle a ese bastardo
-¿Qué apostaron esta vez?- preguntó Alex
-Yo aposté que te le declararías a esta preciosura
-¿Y él?- dije
-Que se le pasaría- me contestó
Agradecí internamente que ese no haya sido el caso.
-En fin, tengo que ir por mi dinero, nos vemos luego- se despidió con la mano mientras se iba.
Alex y yo aún nos encontrábamos en el estacionamiento así que en cuanto escuché el motor característico de la camioneta de Blake acercarse, tiré de él para entrar.
-Te veo en el almuerzo, ¿no? – dije mientras caminábamos por el pasillo
-Si – contestó al momento de que el timbre sonaba.
-Okay, esta es mi clase – estábamos justo en la puerta
-Adiós – sonrió de lado, me dio un casto beso en los labios y se fue.
Parpadeé varias veces para salir de mi estupor, me había tomado totalmente desprevenida al igual que a las personas que lo habían visto, ya que varias chicas me miraban boquiabiertas, mientras que los chicos solo murmuraban entre sí.
Me obligue a mover las piernas y entrar al aula.
La clase transcurrió tranquila; sin embargo, afuera era otra cosa.
-¡Olivia!- medio grité del otro lado del corredor al ver la melena pelirroja de mi amiga.
Ella enseguida se voltio y casi corrió hacia mi encuentro.
-¡Tengo que contártelo todo!- exclamó con una gran sonrisa en el rostro cuando llego a mí.
-¡Si! – contesté con el mismo entusiasmo -Pero antes – aquí vamos -Necesito hablar contigo... es serio
Su expresión se tornó cautelosa.
-¿Qué sucede?
La tomé de su pequeña mano y la metí a los baños de chicas justo cuando el timbre empezó a sonar.
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Estupidamente Enamorada
Genç KurguEmma acaba de mudarse a un pequeño pueblo del que nunca había escuchado, su madre es una mujer amorosa pero ocupada, su hermana es una belleza rebelde y ella trata de ser una buena hija. Todo se complica cuando conoce a Alexander Dubois, un chico d...