Capítulo dos.

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2

   Alguien tocó la puerta al día siguiente, era el cartero, Thomas. Tenía una herida profunda en la barbilla, pareciera como si alguien lo hubiese golpeado muy fuerte. Me dio los buenos días, el muy entusiasta y me entregó un sobre junto a tres margaritas.

Ayer te vi cuando saliste a recoger el periódico, se me hacía tierna tu pijama de ositos. A decir verdad, te me haces tierna tú.

Quisiera dejar de verte, porque la verdad, cada vez que te observo con detalle (que es siempre) constantemente veo algo más en ti, eres como un jardín, tienes tantas flores de tan diversas especies, que no sabía que existían. Pero... lo curioso de ver un lindo jardín es que a nadie le gusta que la mala hierba esté presente, pero es inevitable.
Me gustaría que sólo fueses mía.

Con amor, Tres.
P.D.: ¿Te gustó esa mancha? Es de tu café favorito, que está en la cocina chorreando.

Más allá de los ecosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora