Más allá de los ecos

Capítulo cuarenta y cuatro.

Nombre: Ingrid Novack.
Edad: 26 años.
Causa de muerte: Desangrado de la vena que se sitúa en el cuello, yugular.
Observaciones: Se encontró después de una hora de su muerte, con tres rosas dentro del cuerpo: en la garganta, en el recto y en la vagina.

Tomé a Leah de la mano, después con la otra a Bella, ella a Onix, Onix a Thomas y Thomas a Axel. Éste iba a ser un gran paso, tenía la esperanza que pasara.

—Caso, cerrado. El señor Richard Novack obtiene las custodias de: Taylor Novack y Rose Novack. Así como los papeles de su difunta hija: Iris Novack.
Y su difunta esposa: Ingrid Novack.

Richard sonrió al escuchar que iba a tener bajo su cuidado a sus hijas. Pero aún así lo veía muy deprimido, nos fuimos a casa, me dirigí a la cocina y él estaba ahí sentado hablando sólo.

—Tienes que decirle... Pero... No puedo... —Murmuraba cabizbajo.

— ¿Que pasa? —Le sorprendió mi estadía ahí.

—Tengo que decirte algo.

— ¿Recuerdas cuando mamá se fue?

—Sí, se fue sin decir adiós.

—Fue porque le tuve que decir algo, que ahora tendré que decirte a ti. —Suspiró, esto olía mal. —Yo maté a nuestro padre.

Recordé en una de las cartas de Tres que él no era la persona quien creía que era, y parecía tener razón. Mis ojos se cristalizaron.

—Déjame explicarte... —Tenía tanto dolor y tanto enojo que solamente lo dejé hablar. —Tres... Me pidió hacerlo.

— ¡NI TE ATREVAS A CRUZARTE POR AQUÍ, ¿ME ESCUCHASTE!? —De un momento a otro exploté.

—Déjame hablar...

— ¡NO!

— ¿Que está pasando? —Axel entró y nos interrumpió. Me largué de ahí, empujando a Axel y aventándolo al suelo puesto estorbaba en mi pasada.