C A P I T U L O 7

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  —¿Familiares de Mario Bautista?—preguntó un doctor, mientras entraba a la sala de espera. Me levanté de donde estaba y llegué hacia donde estaba él.—¿Eres su...

—Novia.—terminé la oración por él.

—De acuerdo. El paciente esta fuera de peligro en este momento. Lo máximo que tendrá al despertar serán nauseas y un terrible dolor de cabeza. Tuvo una intoxicación por alcohol, ingirió demasiado alcohol, más del que su propio cuerpo puede manejar. Hizo muy bien en llamar al 911, muchas veces las personas no reaccionan a tiempo y esto termina en casos peores.

—¿Puedo pasar a verlo ahora?—pregunté lo
mismo que había preguntado desde que llegamos a la sala de emergencias.

El doctor se rio y asintió con la cabeza.

—Puede ingresar.—respondió con una sonrisa, antes de alejarse por los pasillos.

La enfermera dijo que Mario estaba en la
habitación 205, de la segunda planta. Subí las
escaleras corriendo, y le mostré el permiso que me habían dado en recepción y me dejo
ingresar. La habitación era la típica habitación
de hospital, una jarra de agua estaba a su lado.
Y Mario aun estaba dormido.
Saqué mi celular de mi bolsillo, y marqué el
numero de Gloria desde mi agenda, después de varias tonados contesto.

—¿____________?¿Paso algo? Son las cuatro de la
mañana, linda.— dijo pesadamente. Debí esperar hasta mañana.

—Lo siento, mucho. Estoy en el hospital, pero
antes de que te preocupes nada esta mal. Mario bebió demasiado en el club, y llamé al 911. Nada de que preocuparse, te lo prometo.

—Cariño, ¿Por qué no me llamaste? Ese
muchacho, ya me va a oír. Debes haberla pasado horrible. ¿Quieres que vaya al hospital? Necesitas descansar, de seguro no has pegado un ojo.

—Estoy bien, mañana temprano le van a dar de alta.

—Prométeme que mañana me van a visitar, ¿si? Hace mucho que no vienes a casa, podemos tomar chocolate caliente con malvaviscos, ustedes siguen amando tomar eso, ¿verdad?— me reí.

—Sí, te lo prometo. En cuanto Mario se sienta bien mañana, iremos a tu casa.

—Es un trato. Mario es muy afortunado de
tenerte a su lado, ______________, muy
afortunado.

—Yo también soy muy afortunada de tenerlo
conmigo.—dije.

—Lose. Los veo mañana, cuídate y avísame si
hay nuevas noticias.

—De acuerdo, adiós.—dije y corté la llamada.

{...}

No pude dormir el resto de la noche, o
madrugada, como sea. Me quede sentada en él sillón de cuero que estaba al lado de la cama de Mario. Cuando el de seguridad pasó por las habitaciones, sacando a las personas para que se vayan porque el horario de visitas se había terminado, me encerré en la ducha del baño hasta que el hombre cerró la puerta de la habitación con mucho cuidado. No podía ir a
casa y dejar a Mario aquí.
Le mandé un mensaje a Daniel, agradeciéndolo y diciéndole que me iba a quedar aquí el resto de la noche. El solo me respondió un "Esta bien".
Hoy no fue el típico Daniel, él que siempre hacía bromas y estaba con una enorme sonrisa en sus labios. La noche pasada fue diferente, el estaba demasiado serio para ser él. No es que pueda pedirle mucho tampoco, debe ser incomodo estar al lado de tu ex.
Cuando la enfermera paso por la habitación el
día siguiente temprano, y me sorprendió con mi cabeza sobre el pecho de Mario, pensé que me iba a sacar de la habitación pero solo dijo un "Aw" y volvió a cerrar la puerta de la
habitación.

Podría jurar que ahora sabía el ritmo de su
corazón, porque era el único ruido que había
escuchado.

—¿Dónde estoy?—preguntó pesadamente.
Me levanté de su pecho, y sonreí.

—Estamos en el hospital.—le dije tomando su
mano.

—¿Te paso algo?—la preocupación se reflejo en sus ojos.

—Si me hubiera pasado algo, estaría en donde estas ahora tú, campeón.—Mario estaba confundido.

—¿Qué me paso?—preguntó extrañado.

—Intoxicación por alcohol, más alcohol del que tu cuerpo es capaz de manejar. Eres un idiota, en verdad me hiciste asustar.—dije dándole un golpe en su hombro.

—Lo siento. ¿Cómo llegamos aquí? No me
acuerdo de absolutamente nada.

—Tomaste mucho, me acerqué a la barra donde habías pasado toda la noche y me besaste, intentaste romperle la cara a un tipo que te busco pelea, Daniel la detuvo, me ayudo a llevarte al auto, nos llevo a casa...

—ESPERA, ESPERA. ¿Daniel condujo a Holly?—
demonios.

—Ah...era un caso de vida o muerte, Mario. Yo no estaba en condiciones para conducir, me dolía mucho la cabeza.

—¿Dije algo estúpido?—preguntó.

—Solo comenzaste advertirle a Daniel que
retrocediera, porque yo era tuya. Y comenzaste a repetir que me amaba miles de veces.

—Nada de que me arrepienta.—sonrió de oreja a oreja.

—¿Qué paso anoche? No sueles descontrolarte
tanto con el alcohol, hace mucho tiempo que no te veía tan ebrio. No eras capaz de dar dos
pasos sin caerte.

—Lo siento mucho, bubbles. Aurriné la noche
por completo. Solo que... en la tarde mi padre
me llamó. Me dijo que quería vernos, a mis
hermanos y a mi. Discutimos, le dije pura
mierda y el me lanzó la misma mierda a mi. Él
me dijo que extrañaba a mamá, y cuando voy a comprar la cena en Mc Donald's lo encuentro con una chica que podría ser de mi edad. Lo enfrenté con ella ahí, y se enojo mucho conmigo. Y le dije que yo no tenía padre, que nunca lo tuve y los de seguridad me echaron del lugar.

—¿Por qué no me lo dijiste, Mario? Nos
hubiéramos quedado en casa, podríamos haber hecho cualquier otra cosa.

—Te veías emocionada por salir, no quería
arruinar la noche, pero igual la terminé
arruinando.

—¿No confías en mi? ¿Es eso?—pregunté dolida.

—Eres la persona que más confió en este mundo Bubbles, quería que esa noche te diviertas. Te lo mereces, y embarrarte con todos mis problemas no me parecía lo mejor.

—¿Estamos en esto juntos no? Quiero decir,
somos equipo, Mario.

—Sí, lose. Debí haberlo hablado contigo en ves de haberme tomado toda la barra. ¿Qué dijo el tipo ese que casi me lanzo encima de él?

—Nada importante.—dije robándole un beso de sus labios.
....  

Promesas 2da.Temporada #RedDeMentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora