C A P I T U L O 5

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  —Sigo sin entender porque estamos yendo,
podemos ir a otro club y decirle que estábamos ocupados o algo por el estilo, bubbles.—se quejo Mario, como por décima vez en todo el camino.

—Porque nos vamos a divertir, Mario.—le
respondí por décima vez.—Concéntrate en la
pista. ¿Sabes si los gemelos van a ir?

—Hasta lo que se, sí. Estas corrompiendo a mi
hermanos, Bubbles.—negó con la cabeza.

—¿Yo? ¿Enserio? De cualquier manera, evita
hacer cualquier comentario sarcástico sobre
Daniel, enfrente de Daniel. ¿De acuerdo?

—No puedo prometerte eso, bubbles.—dijo
riendo.

{...}

Mario estaciono el auto en un lugar cercano al club, y solo nos tomo unos minutos llegar hasta la entrada de este. Gaby, Sebastian, la novia de Sebastian la cual no lograba recordar su nombre en este momento, los gemelos, y Daniel, estaban a un lado de la larga fila conversando animadamente.
Mario paso su brazo por mi cintura en forma posesiva.

—¿Marcando territorio, campeón?—murmuré.

—Siempre.—me respondió de la misma manera.

—Por fin llegan, hemos estado aquí hace media hora. No quiero saber que han estado haciendo. ¿Podemos entra ahora, Daniel?—preguntó Gaby.

—Seguro.—le respondió.

Él se acerco hasta el hombre robusto que estaba organizando la fila,Daniel le dijo algo, e intercambiaron algunas sonrisas.
Daniel nos hizo una seña con la mano
para que nos acercaramos.

—Pueden entrar chicos.—dijo el vigilante quien ahora nos observaba con una enorme sonrisa.
Una canción conocida se escuchaba fuertemente por los parlantes, no podía recordar el cantante de la canción. Pudé darme cuenta de las miles de miradas que lograba capturarGaby. Y
tambien de las sucias miradas que yo conseguía,Mario su pusó detras mio sin dejar caer su mano de mi cintura en ningún momento. Los gemelos consiguieron una pequeña mesa en el lugar,
Daniel nos alcanzó pocos segundos después.

—Entonces, me voy bailar antes de que esto se ponga aburrido.—Gabyse levantó de su
asiento y se aliso el vestido.—¿vienes conmigo, ______________?

—Me vas abandonar a mitad de baile y te iras
con cualquier chico que aparezca.

—No, claro que no. Al menos que el chico se
apuesto no te dejaría por él.—dijo haciéndome rodar los ojos.—Trae el trasero de tu lindo novio, entonces.

—¿Vienes?—tomé la mano de Mario, él negó con la cabeza.

—Prefiero quedarme mirando.—dijo, rodé los
ojos por segunda vez.

—Yo bailaré contigo, sunny.—dijo Jake
levantándose de la silla y llevándome a la pista de baile.
Cerca a nosotro estaban Sebastian con su novia sin nombre, bailando muy cariñosos. Y Gaby, ella ya había encontrado a un hombre, con el cual estaba bailando igual de cariñosa que su
hermano.

—Pareja demasiado cariñosa a la derecha—le
dije en el oído a Jake, quien buscó con la mirada a quien me refería.

—Estas teniendo a tu novio y a tu ex novio en la misma mesa. Tu si que eres valiente.

Volteé en dirección hacia donde estaba la mesa, solo estaban Jan y Daniel,Mario ya no estaba en el lugar.

—Pues parece que ya no están juntos, ¿donde
diablos se ha metido Mario?

—Ahí esta, observando cada movimiento que
hago. Y tal vez observando de que ningún ser
masculino te vea, y eso es imposible.

Volteé hacia la dirección de la que hablaba Jake,Mario estaba en la barra con una botella de cerveza en sus manos. Me guiñó un ojo y una sonrisa torcida apareció en sus labios.
Bailé alrededor de una canción más con Jake,
antes de que Sebastian me secuestrara y tuviera
encima la mirada amenazadora de su novia todo el tiempo. Después de Sebastian, baile exactamente tres minutos con Gaby, después aparecieron dos chicos, quien notoriamente estaban completamente ebrios. Gaby acepto bailar con el que estaba medianamente sobrio, y el alcholico esperaba mi respuesta. Jan apareció y me salvó. Y desearía que hubiera sido Mario. Lo
único que había hecho toda la noche era estar
sentado en la barra, tomando alcohol. Había
perdido la cuenta de cuantas botellas de cerveza
había bebido, y ni que hablar de los shots de
vodka, con los que inicio después.

—¿Podemos bailar?—pregunté tomando su mano y tratando de levantarlo del asiento de la barra.

—Estoy muy cómodo aquí, bubbles—dijo
alargando las palabras.

—Lo único que has hecho es beber toda la
noche, Mario. ¿Estas bien?—no me respondió.

Todo lo que hizo fue pasar su brazo alrededor
de mi cintura y estrecharme contra su cuerpo.
Capturo mis labios en un beso, su boca sabía a cerveza combinado con un extraño sabor a
vodka.

—¿Qué estas viendo, idiota?—preguntó gritando Mario, mirando a uno de los tipos que estaba cerca a nosotros, terminando el beso entre nosotros.

—El trasero de tu novia, ¿tienes algún problema? —le respondió el chico valientemente.

—No voy a tener ningún problema cuando parta tu maldita cara.—Mario se hubiera lanzado encima del tipo, si no se hubiera casi caído por su mal paso y porque Daniel se puso en medio de ambos.

—Tranquilo, bro. Creo que tuviste suficiente por hoy.—le dijoDaniel, aguantando el peso de Mario.

—Creo que deberías llevarlo a casa.—me dijo
esta última parte a mi.  

Promesas 2da.Temporada #RedDeMentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora