Reencuentro

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Ayer no dejaba de pensar en Miguel y en Lune. Me quedé dormida a las 2:30 de la mañana, ya que no podía pensar en otra cosa, más que en ellos dos.

Hoy me cambié de mala gana, desayuné y, ahora sí, me fui al colegio.

El camino se me hizo algo pesado. Me dolían mucho las piernas, tal vez era por qué ayer no paré de correr y eso me había afectado algún músculo.

Al llegar a la escuela, Julia corrió hacia mí al verme llegar.

-¡Querida!- grita alegremente- ¡Cuanto te extrañé!

-¡Hola!- digo en un tono algo frío- Ahora si te tengo que contar todo lo que me ha pasado- dije con mala gana y  con mucha tristeza.

Le conté todo lo que pasó. Se me salieron algunas lágrimas. Al final ella me dio un gran abrazo y algunos consejos para no pasarla tan mal. 

Narra Miguel

Ayer conocí a Caro. Desde que la vi a lo lejos, sentí una emoción muy fuerte que me hacía sonreír. 

Estaba ella buscando a su perra Lune, su gesto se veía muy preocupado, por lo tanto yo le quise ayudar a buscarla.

Esos momentos con ella fueron... hermosos para mí. Creo que ella es muy bonita, pero lo que más me agrado de ella es su carisma y su gran corazón.
Ella es como un ángel caído del cielo.

Ayer me dijo que la buscara en su escuela para ir a buscar a su perrita, por eso estoy esperándola afuera de su escuela.

Ayer se oía bastante molesta... o triste? No lo sé, pero el caso es que ahora, en este preciso instante, la estoy mirando desde lejos y siento que mi corazón se acelera. 

-¡Hola Miguel!- dice emocionada.

-¡Hola Caro!- dije.

Corrió hacia mi. Me abrazó. Esta acción me sorprendió bastante, por que ella es un poco tímida, pero me encantó que se alegrará tanto al verme.

-¡¿Lista?!- dije con una sonrisa-¡Vamos!

Entonces, fuimos a buscar a Lune por el municipio, todas las calles y callejones, avenidas y barrios, hasta que por fin una mujer nos dijo que había visto a una perrita.

Caro le describió a Lune y la mujer decía que dicha perrita tenía todas esas características.

Nos dio la dirección de el lugar en donde la vio. Fuimos corriendo hasta ese lugar; era un callejón obscuro y frío. Caro no podía creer... ¡¡Lune estaba allí!!

Corrió y la abrazó tan fuerte como si Lune fuera un gran oso de peluche. Pude observar que a Caro se le resbalaban algunas las lágrimas por sus mejillas rosadas. Se veía tan feliz.

Hasta que... vio que Lune tenía una herida en su pata. Era una cortada enorme, la cual dividía su piel en dos y también estaba sangrando.

Caro la miró asustada. Corrimos hasta un veterinario que por suerte estaba cerca de ahí. Él revisó a Lune. Dijo que solo era una pequeña cortada que no era nada grave.

Le dio unas puntadas y le enyesó su patita. A Lune se le veían unos ojos de agradecimiento y amor hacia Caro.

Caro estaba tan contenta, que de repente corrió hacia mi de nuevo y me dio un beso en la mejilla.

Esto hizo que una sonrisa de oreja a oreja, apareciera en mi rostro; también hizo que me sonrojara.

Ella, al parecer le pareció algo incomodo, así que se separó de mis brazos y se puso muy colorada.

Me miró a los ojos. Esto duró bastante tiempo, hasta que el veterinario, después de terminar de revisar a Lune, dijo:

-Muy bien, se pueden llevar a su hermosa perrita.

Caro asintió muy feliz. Cargó a Lune y la sacamos de allí. Le pagué al veterinario y fui a alcanzar a Caro, que ya iba al otro lado de la calle.

-Muchas gracias,- dijo felizmente- de verás, muchas gracias.

-Por nada- dije mientras sentía que me sonrojaba.

Habíamos llegado a la casa de Caro. A ella se le borró la sonrisa. Esto me desanimó un poco, pero también se me hizo muy extraño.

-Bueno,- dijo- gracias Miguel. Mañana nos vemos.

Me besó en la mejilla. Me sonrojo. Otra vez.

-¡Claro!- contesté- ¡Hasta mañana!

Caminé a mi casa pensando en Caro.
Acaso... ¿¡ME ESTOY ENAMORANDO DE ELLA!?...

Corazón VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora