Capitulo Séptimo: Clichés.

502 67 27
                                    


-Sábado por la mañana-

Los dias habían transcurrido con normalidad, mi hermano y yo apenas nos dirigíamos la palabra. Hoy era el día que tanto había esperado: La cita; después de darle vueltas y vueltas en mi cabeza de como sería este día por fin había llegado el momento de descubrirlo. Sin embargo no tenía mucha ciencia, iríamos al cine, le susurraría unas cuantas cursiladas al oído, en la escena mas cursi de la película le daría un profundo beso confesando que me sentía locamente atraído por ese enano iluso y al salir de allí le llevaría a su casa y con alguna escusa -ya que vive solo- me lo llevaría a la cama. Una vez más habría ganado y obtendría el récord absoluto. ¡Ja! Bert jamas ganaría esta.

Después de desayunar subí a mi habitación para comenzar a arreglarme debía lucir bien para esta tarde con mi victima. Camine unos cuantos pasos hasta el armario y me dispuse a buscar el atuendo correcto para una salida tan importante como esta, debía causar una buena impresión o no caería en mis brazos. Tome mi chaqueta de cuero negro colocando esta sobre la cama, debía decidir la camisa correcta, rayas era muy fresa, cuadros rojos y negros era una opción sin embargo mis camisetas de bandas me tentaban bastante puesto que él tenia buen gusto musical creo que era algo que no podía negarse.

Tomé ambas, una en cada mano y las observe detenidamente. Después de unos minutos recapacité. ¿En qué estaba pensando? creo que me estoy tomando muy en serio esta cita, lo ultimo que quiero es mostrarle mis gustos verdaderos, siempre he sido el chico perfecto que todos necesitan en sus vidas, adaptando mis gustos al de ellos para enamorarles y así pudieran abrirse de piernas a mi.

—¿Pero cómo podía ser posible que Frank tuviera los mismos gustos que yo?- suspiré negando enérgicamente.

Lancé a la cama la camisa de cuadros rojos y negros e hice a un lado la camiseta de Misfits, tomé un jean y mis botas colocando así todo el atuendo sobre mi cama y procedí a ir a ducharme. No podía permitir que una coincidencia desviara mi objetivo: Ganar la apuesta.

Giré la llave dejando salir el agua caliente y con ésta el cálido vapor el cual no tardo mucho tiempo en impregnar la habitación, encendí mi Ipod en aleatorio y con paso decidido introduje mi cuerpo bajo el agua sintiéndola en cada centímetro de mi piel. El agua siempre había sido mi vía de escape a los problemas siempre se llevaba todas mis preocupaciones.

Unos minutos mas tarde el aleatorio me había traicionado al comenzar a reproducir una canción que tenía gran valor sentimental para mí y que en algún momento de mi pasado también para alguien especial "Wish you were here" una vez mas Pink Floyd era el culpable de mis lágrimas las cuales rodaban por mis mejillas camuflándose con el agua que caía sobre mi cabello goteando a su vez por mi rostro.

"Bert" escapo su nombre en un suspiro luego de secar mis lágrimas.

¿—

Me llamaste, mi pequeña ave azul? - Murmuró una silueta tras la cortina.

Mis ojos se abrieron como platos, mi corazón se detuvo por completo. Esa voz... pero más aún esas palabras, no podía ser posible. No sé cuánto tiempo pase sin reaccionar pero abrí por completo la cortina confirmando así mis temores. Allí estaba él, de pie frente a mí, esbozando esa sonrisa de medio lado que siempre me hacia perderme. Mi corazón se acelero, mi mente estaba en blanco y mi boca articulaba sin dejar salir sonido alguno.

Podía sentir mi corazón acelerarse mientras su mirada era clavada en la mía, había olvidado por completo que estaba totalmente desnudo ante él. Sentía mis ojos navegar en el océano azul de los suyos, su respiración acercarse a mí como brisa mientras sus manos rodearon mi cintura haciendo la distancia acortarse al minino, sí, allí estaba yo sin reacción alguna.

Filofobia : Miedo irracional a enamorarse. - Frerard -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora