Capitulo Primero: Un Ultimo Comienzo.

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La época mas lluviosa del año, la mas tormentosa para quienes odian iniciar clases, el olor a agua estancada y tierra mojada invade cada una de las calles, se puede escuchar cada malhumorada discusión entre padres e hijos por las calles, sin embargo hay quienes disfrutan esto, el ir a clase y la lluvia.

-Narra Gerard-

Despertar, la parte mas difícil del día, aun sin abrir mis ojos puedo sentir como el día aún no aclara, el sonido de la lluvia me hace desear estar afuera en este mismo instante, este es el día de mierda que mas amo desde que inicie la secundaria por primera vez, ser el popular es una gloria que nadie podría entender porque son solo perdedores y yo no.

—¡¡Eh!! ¡¡Mikey!! levantate que vas a hacer que nos vayamos sin desayunar Brame mientras me levantaba y le sacaba el cobertor de encima para luego tomar mis cosas y encerrarme en el baño.

—mmmh... claro Gee. Musito adormilado comenzando a levantarse.

Hoy es nuestro primer día del ultimo año que cursamos en esa basura llamada instituto, pero... ¿qué es ésta sensación? es como una angustia que oprime mi pecho sin sentido alguno, ¿acaso algo diferente iba a ocurrir? creo que es solo el miedo a que mi fama como popular muera luego de este año, pero es imposible porque la pandilla y yo iremos a la misma universidad....¿o no...?

Después de 15 minutos en el baño, salí con mi cabello perfectamente limpio, enseguida entro Mikey con una toalla encima de sus hombros. Me dirigí a mi habitación para ponerme ropa, me gustaba vestir de negro, siempre incluso un sutil delineado que resaltara mis ojos, me mire al espejo una ultima vez antes de bajar para entrar a toda velocidad en la cocina me encontré con la cafetera puesta y el cafe aun haciendo. A los pocos minutos de servirme mi taza de café vi bajar de las escaleras a mi hermano. Traía el cabello mojado.

—Buenos días, Mikes— dije con una sonrisa.

—Buenos días, Gerard— me devolvió el saludo con un tono apagado mientras sacaba una taza y vertía café en ella.

A veces me preguntaba si le caía mal a mi hermano o algo así. Algunas veces eramos como cualquier par de hermanos, charlando y conviviendo juntos, con algunas peleas, claro, pero nada grave. Sin embargo otras veces, desconocía completamente a Mikey, era como si estuviera enojado con la vida y yo fuera la única persona que paga las consecuencias, como si yo tuviera la culpa de cualquiera que haya sido o sea su problema. Pero como sea, nunca he pensado en preguntarle que le sucede, ni lo haré, hasta que él, por su propia cuenta, decida contarme que le pasa.

—¿Estás listo?— pregunté esperando un 'si' por respuesta.

—Aún tengo café— dijo sin levantar la mirada de su taza.

—No tardes, te espero en el auto— subí nuevamente hasta mi habitación por mi mochila, mi celular y las llaves del coche.

Cuando baje, Mikey estaba levantando su mochila de algún lugar del piso.

—Vámos — dijo y salió por la puerta. Seguía con su tono indiferente.

—Vámonos— dije al aire cuando el ya se encontraba afuera.

Este iba a ser un gran día y no dejaría que se me arruinara por la mala actitud de mi hermano ni por esta sensacion extraña en el pecho.

Di un ultimo suspiro al bajar del auto, acto seguido encendí un cigarrillo aproximandome con una sonrisa a la pandilla, todos menos Bert habian llegado...

—¡GEE! ¡¿Casi no llegas eh?! Andabas con algún romance de turno o...— hizo una pausa mientras los chicos y yo hechabamos un vistazo al auto .

una amarga y nerviosa risita fue lo unico que pudo escapar de mis labios al girarme y observar que mi hermano permanecia en el auto— Haha... ya complete el rec ...—mi voz fue opacada por el oxidado timbre escolar .

Nos encaminamos a la entrada del instituto mientras de reojo le echaba un vistazo al auto y mi hermano seguía allí, ¿cual era su problema?¿iba a quedarse allí toda la vida o que? estaba apunto de devolverme cuando sentí que alguien me saltaba en la espalda. Volteé la cabeza para ver quien estaba encima mio, no me sorprendí al ver a Bert, él siempre hacía este tipo de cosas.

—Bajate imbécil, me lástimas—Dije mientras movía los hombros hacía atrás, logrando así que se baje.

—Ay Gee, ¿desde cuándo tan delicadito? —sonrió burlonamente.

—Cierra la boca.

En ese instante el resto de los chicos ya se habían adelantado.

—¿Por qué me tratas así? ¿Es qué ya no me quieres? —hizo un falso puchero.

Me molestaba en sobremanera que Bert hiciera ese tipo de comentarios y él lo sabía, sí se supone que habíamos acordado dejar nuestro intento de relación bien enterrada en el pasado, entonces, ¿por qué a Bert le gustaba recordarmelo a cada minuto?

Es algo doloroso, ya que el chico que tengo enfrente es el único privilegiado que alguna vez pudo causar un dolor en mi corazón, él único chico que pudo causar un sentimiento en mi frío corazón, el único al que sentía que verdaderamente me importaba, el mismo que me destrozó el alma sin piedad alguna. Y ahora estaba aquí, delante mío gastandome bromas de mal gusto. Que idiota.

Le ignore y desvié mi mirada.

Bert sonrió —No te pongas así Gee — puso una mano en mi mejilla izquierda —Sabes que sólo bromeo — me susurro al oído.

—Bert no...

—Shh... —me interrumpió — quedate callado... putita.— y con eso paso a mi lado, golpeandome en el hombro y haciendo que mi dignidad poco a poco se valla rompiendo a trozitos.

—¡Vete a la mierda Bert! — grite cuando ya todos habían desaparecido, bueno no todos, sin percatarme justo tras mio estaba Mikey obverdandome con una ceja levantada haciendo un gesto de desaprobación quien continuo su camino hasta el aula.

Y aqui estaba yo otra vez, misma aula, mismos perdedores y la pandilla. Comencé a escribir distraidamente una cancion, era lo unico que se me daba bien en clases, alzando la mirada algunas veces para observar los coqueteos de nuestra profesora de hechos historicos. Una mujer hermosa de cenos grandes y piernas que llegan al infierno, ya habia padado por mi cama lo cual significaba que ya no volvia a sentirme atraído por esa rubia.

Unos trozos de papel rebotan en mi nuca haciendome girar inoportunamente para recibir otra en la cara, estupido e infantil Pete.

—¡¿Queeee?! —exclame con pesadez frunciendo el seño observando directo a Pete quien estaba dos filas tras la mia pero junto a la ventana.

—la-nota-to-ma- la - nota — articulaba con leves murmuros, haciendo señas para que tomara el papel que cayo a sus pies.

—¡¡¿Eh?!! —con gesto confundido tome el trozo del papel observandolo detenidamente por unos minutos.

—no... No puede ser posible...—balbucee negando torpemente sin dejar de observar con agustia y terror las maltrechas palabras que la nota contenia...










Filofobia : Miedo irracional a enamorarse. - Frerard -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora