Capitulo Diecisieteavo: El Adiós.

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Los llantos parecían venir de todos los rincones de la casa. Un escalofrío de miedo no tardo en recorrer mi cuerpo, mi corazón latiendo a mil por hora, definitivamente algo extraño estaba pasando, siempre había sido muy supersticioso y fiel creyente de que en el mundo no son solo personas vivas y esqueletos bajo tierra, sin embargo en mi corta vida mis experiencias paranormales no eran muchas. Esto realmente me asustaba, sin embargo me levante algo tambaleante por la ginebra que comenzaba a hacer efectos en mi. Mi cabeza daba vueltas y solo lograba oír mas eco de ese llanto. Tome una de las velas. Camine tambaleante por el pasillo, tratando de guiarme por el sonido.


¿Acaso había realmente un fantasma? ¿ O ... Alguien mas habitaba la casa?


En esta semana nadie mas había irrumpido durante las tardes en aquella vieja casa, de hecho muchas personas se cambiaban de acera para no pasar frente a ella. Sin embargo jama habia permanecido alli mas alla de las 8pm...


—Gerard, calma, es solo un indigente ... —murmure para mi. Tratando de calmar mi miedo.


"¿Un indigente que llora?"


Veía con dificultad debido a los efectos del alcohol y la luz de la vela. La cera que caía de la vela apenas lograba sentir que quemaba mi mano. Caminar por ese oscuro pasillo hacia que se sintiera eterno, como si caminara hacia la nada, como si no hubiera final. Fantasma o no, las cosas ya no podían importarme mas, Frank se había ido.Repentinamente pude sentir que el silencio se había apoderado de la estancia. ¿A dónde habían ido esos llantos? Me pude percatar que habían solo 3 puertas, a mi lado 2 y frente a mi el despacho que ya había visitado anteriormente. Me fije que entre tantas capas de polvo había un pequeño cartel en la puerta que estaba justo a mi izquierda...

Parecía ilegible. Acerque un poco mas la vela limpiando con parte de mis dedos la capa de polvo. Dejando ver con cierta dificultad una palabra a medias...

"Fra..."

Debía ser la vieja habitación de Frank. Me quede contemplando el nombre bajo aquella inmensa capa de polvo, la oscuridad que apenas parecía ceder bajo la luz de la vela. Una fría ráfaga de aire la apago , un aire tan frío que parecía haberme congelado allí, en ese preciso lugar. Una vez mas se lograban oír los llantos, sentía miedo pero sin pensar mis dedos se deslizaron por la perilla girándola, dejando al descubierto la plena oscuridad, confirmando que los llantos procedían de esa habitación. Camine sin lograr ver nada tratando de sacar del bolsillo el encendedor.Podía sentir la presencia de alguien en esa habitación incluso sin siquiera poder ver la sombra o el rastro de alguien, allí estaba. La pregunta era... ¿Quien?


"Frank..."


Escapo de mis labios inconscientemente. El llanto se detuvo así que avance en la oscuridad. A pesar de no haber recibido respuesta sabia que era el.


—Frank, ¿Eres tu?— pregunté.


—Gerard...—escuche entre sollozos la voz de Frank.


Por fin había conseguido el encendedor. Con cierta torpeza logre encender la vela, dejando al descubierto una pequeña habitación, lucia deteriorada bajo esta luz sin embargo aun conservaba ese toque infantil que cualquier habitación simplemente que mas envejecida y allí, a n costado de la cama en el suelo estaba Frank, su rostro bañado en lágrimas se giro a mirarme con una expresión en el rostro, una única mezcla de miedo y sorpresa.


—Frank. —me acerque a el observándole fijamente.Debía admitir que sentía una profunda y gran sensación de alivio, nada que temer, Frank estaba de nuevo conmigo.


Me acerque rápidamente tomándole en mis brazos, refugiándose en ellos. Le sentía temblar y seguía sollozando.


— Frank, ven conmigo. No te hace bien estar aquí, entre recuerdos. —murmure.


Él solo asintió.Tome su rostro entre mis manos contemplando su belleza a la luz de la vela, sus lágrimas dejaban de salir poco a poco. Me sentía tan cerca de él, pero no podía caer en la tentación de sus labios. Seque sus lágrimas y le ayude a levantarse, salimos de la habitación y fuimos a la habitación iluminada.


—¿Estas mejor? — pregunté nervioso.


— No exactamente. — exclamó mientras se sentaba en él sofá


.—Quiero...disculparme. —baje la mirada acomodandome a su lado.


— Frank, se que...fui un imbécil y que ...


Él solo me abrazo fuertemente, con todas sus fuerzas, podía sentir su cuerpo helado entre mis brazos, su olor, una parte de mi no sabia como reaccionar sin embargo le abrace lo mas fuerte que pude no se cuanto tiempo duramos así, pero fueron los minutos mas valiosos que podría haber tenido en mucho tiempo.


—Gerard...—Susurro.


No queria que ese abrazo terminara, contemple sus ojos al separarnos, se veia hermoso apesar de la poca luz y de sus ojos rojos por tanto llorar le dedique una pequeña sonrisa. Me sentia a salvo nuevamente, no crei volverle a ver. Debia disculparme y evitar que pudiera perderle nuevamente.


—Frank... lo siento tanto... no debi... no se que decir... — baje la mirada guardando silencio.


—No puedo perdonarte. Estoy muy confundido Gerard... — negó con la cabeza mientras se levantaba.


—Frank... debo... decirte algo, si no vas a perdonarme lo justo es que lo sepas todo.


Sus palabras fueron como un puñal, una cuchillada bien merecida, pude sentir como mis ojos se llenaban de lagrimas pero no iba a dejarlas salir. tome aire y comencé a explicarle lo que realmente había sucedido, el simplemente me miraba, inexpresivamente. Ya podía sentir como poco a poco un gran peso de mi se iba, la apuesta, las mentiras, lo de mi hermano y lo de Bob, lo de mis amigos incluso mis sentimientos y como todo cambio esa tarde con el. En ningún momento le mencione mi enamoramiento pero si quedaba bastante claro que yo sentía algo por el. No me atreví a llamarle amor por miedo a su reacción y porque aun no sabia si era amor lo que había nacido en mi corazón.Después de oírme atentamente solo pude verle caminar hacia la puerta.


"Adiós Gerard."


Palabras pronunciadas con la voz quebrada. Yo me quede alli, sintiendo el amanecer venir por mi. Volvía a estar solo, otro abandono que no sabia como afrontar. Me levante del sofá para encaminarme de nuevo a mi casa.


Primero Bert y ahora Frank...

Filofobia : Miedo irracional a enamorarse. - Frerard -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora