Se mía

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"Juego Sucio"

S.M Guzmán

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Capitulo X

── ¿Granger? ── Cuestionó confundido, ella no respondió solo levanto su cara y beso los labios del rubio en un ligero roce, él la miro confundido y sin mas preámbulos le respondió en un beso ardiente, ella se abrazo a él, Draco acaricio sus senos sobre la camisa.

── Hazme tuya ── Pidió en un susurro, el deseo estaba acabando con su cordura.

Si eso fue lo que Draco Malfoy, pretendió desde un principio lo había conseguido, acaricio la piel de Hermione, con delicadeza dejo que las yemas de sus dedos hicieran el trabajo, abandono su boca, respiro calmadamente al verla con los ojos cerrados esperando el próximo momento para disfrutar, beso rápidamente sus labios y se refugio en sus cuello, no supieron exactamente el momento en que las posiciones cambiaron, solo cuando él se recostó de el espalda de la cama y ella lo abrazo, enredando sus piernas alrededor de la cadera de Draco, cuando la ayudo a quitarse la camisa y se deleito con su cuerpo desnudo, solo hay entendieron que estaban siendo utilizados por sus bajas pasiones.

A ella se le erizo la piel al sentir la lengua de Draco, recorrer sus pezones, gimió cuando los dientes de él se cerraron alrededor de su cuello.

── Te deseo ── Urgió ella en un susurro ronco y excitable, él la miro perspicaz el brillo de sus ojos grises iluminaban sus rostro, se inclino hacia ella, tomo su rostro entre sus manos y la beso, con pasión desenfrenada con éxtasis y frenesí.

── No me detendré ── Advirtió, no estaba dispuesto nuevamente a ser interrumpido, su cuerpo pedía a gritos tenerla, saberse dueño de ella, quería sonreír triunfante al verle la cara a su tío.

── No te lo pediré ──  Aseguró ella besándolo confirmando con su cuerpo su deseo.

Esta vez fue él quien se deshizo de su camisa, esta vez fue él quien comenzó con la pasión urgida que ella había demostrado. La ropa fue quien primero cedió ante la urgencia de sus cuerpos, sus manos se deleitaron con el roce de las carnes, sus labios besaron rincones ocultos de sus cuerpos, sus nervios sintieron cada tacto a la expectativa de más.

── Se mía ── Escapa de sus labios, quizás es la pasión la que habla por él, pero no tiene relevancia ni importancia ahora.

── Lo soy ── Titubea en segundos los movimientos se detienen el calor de sus manos filtra sus poros ── Al menos lo intentare .

Arriesga en sonidos sordos y eso es suficiente para que él arremeta contra ella, rasgue e invada su ser, ahogue gritos de pasión sin cordura, respira entre cortadamente y se abraza a él, Draco Malfoy, fue su primer hombre.

....

Ginny Weasley, sonrió con dolor amargo al encontrarse sola en la sala de la casa esperando a su marido, acaricia ligeramente su vientre abultando y lo golpea sin más, su barriga de seis mese de embarazo solo es una mentira para lograr detener a Harry a su lado, una lágrima de esas que son de dolor baja por su mejillas ¿A que punto tuvo que llagar? Hacer una mentirosa, abandonar a su único hijo solo por el deseo de sus carnes.

── Así que tenemos cola que pisarnos ── Susurro Sirius, en el oído de la pelirroja sobresaltándola y obligándola a ponerse de pie frente a él.

── ¿Qué has visto?

── Lo suficiente como para saber que eres una falsa ── Dijo mientras jugaba con una daga de plata que llevaba en su mano ── ¿Es así o me equivoco?

── Te equivocas ── Sentenció ella nerviosamente, Sirius río ante las palabras de la joven hizo un ademan y arremetió la daga contra el vientre de la pelirroja.

── Lo sabia ── Murmuró sosteniendo aun la daga en el vientre falso de la chica, las lágrimas acompañaron a la chica, toda su falsa había caído── Ahora quiero que me des todas esas razones que te guardas para querer a Hermione, lejos de los Malfoy.

....

Corre detrás de ella tratando de alcanzarla, necesita respuesta y no se iba a arriesgar a perderla nuevamente.

── ¡¡¡Pansy!!! ── Grita ── ¡Detente! ── Ruega y al fin en ágiles movimientos logra agarrar su brazo ── Necesito que me lo digas ── Pide él y ella niega ── Quiero saber, tengo derecho ── Súplica y ella se desmorona ante esas palabras.

── No me busques ── Susurra dolorosamente pero segura de sus palabras, con porte altivo y arrogante, lo que siempre los caracterizaba

── ¿Porque?

── Te quiero lejos de mí y de él.

── ¿Te casaste?

── No es tu problema Potter ¡¡¡NO ES TU PROBLEMA!!! ── Chilla molesta, Harry baja la cara y respira profundamente.

── No entiendes que te amo ── Susurra, ella ríe fuertemente

── Si de verdad me fueras amado ── Se acerca al rostro de él ── Jamás fuera sido la sombra que ocultabas bajo las sabanas de tu cama ── Exhortó fuertemente y bajo la mirada atenta de Harry, desapareció.

...

── ¡James! ── Exclamó con alegría al recibir al pequeño entre sus brazos una ves se adentro a su casa ── ¿Cómo te portaste mientras mami estuvo afuera bien?

── Ti ── Respondió el pequeño de dos años y medio.

── ¿Por qué has llegado tan tarde? ── Cuestiona la Señora Parkinson.

── Tuve algunas complicaciones ── Respondió cargando al bebé y dirigiendo su marcha hacia las escaleras.

── Solo espero que esas complicaciones no sean Harry Potter ── Advirtió la señora ── Yo no quiero que mi nieto se involucre con ese ser, mucho menos que lleve su apellido, James Parkinson, no necesita a su padre.

── Soy la primera en apoyar eso madre, tranquilízate ── Pansy tuvo la intensión de continuar su marcha ── Dile adiós a los abuelos ── Le pidió al pequeño aprovechando que su padre hacia acto de presencia.

── Deos ── Pronunció agitando su manita y sonriendo ampliamente.

James Parkinson como había sido bautizado al nacer era la alegría de los señores Parkinson, que a pesar de que fueron duros al momento de enterarse de que su única hija estaba embarazada decidieron apoyarla y brindarles todo su apoyo, la regañaron y acompañaron sus penas, no se supo si no hasta el momento en que nació el bebé quien era su padre.

── James ── Pronunció Thomas Parkinson al ver al bebé, su mujer lo interrogo con la mirada ── James Thomas ── Volvió hablar ── Llevara el nombre de sus abuelos ── Pansy comprendió inmediatamente al ver a su hijo, que era exactamente igual a Harry, y a quien seguramente en vida seria su abuelo.

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Juego sucio: El precio de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora