Epílogo

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"Juego Sucio"

S.M Guzmán


Epílogo


Meses después.

Tenía los ojos llenos de lágrimas contemplando entre sus manos la fotografía dentro del marco de plata que sostenía, la castaña delante de sus ojos le sonreía de forma radiante, sus ojos color miel brillaban sublime, ella parecía tan feliz y él destruyo eso, al parecer el destino de Sirius, y él se cruzo con los amores ¡Maldito sea Sirius Black! Por su culpa ella estaba muerta, por su culpa la vida que quiso desde un inicio se margo con desgracia.

Soltó el retrato dejándolo caer volviéndose añicos contra el suelo, se llevo una mano sosteniendo el puente de su nariz mientras liberaba las lágrimas que había evitado cuando tuvo que reconocer el cuerpo, y derramar las cenizas en la colina de los Malfoy's. Se desmoronó al recordar las noches que la tuvo entre sus brazos, poseyéndola, amándola, deseándola por que él la que quería y la quiso hasta ese mismo instante, aunque duela reconocerlo por lo menos ella también supo lo que sentía por ella.

Respiro con fuerza al percibir el aroma a colonia colarse entre sus fosas nasales, y luego la caricia en su cabello lo relajo como en tiempos de niñez. Levanto la vista apreciando la dentadura perfecta que le regalaba una pequeña sonrisa tratando de animarlo.

Draco se acerco y la jalo un poco para abrazarla con fuerza, Hermione le correspondió con la misma intensidad sabia lo vulnerable que se había tornado el rubio con los últimos acontecimientos, Sheila había intentado escapar pero en su intento fue alcanzada por un dementor quien trato de succionarle el alma pero le fue imposible, así que un guardián al verla conjuro contra ella a lo lejos la maldición imperdonable, para que no siguiera sufriendo. Draco, se había hecho cargo de todo los trasmites, y claramente Hermione comprendía su duelo, al fin y al cabo él y Sheila, habían tenido una relación.

Meses atrás.

Draco sostenía el cuerpo de Hermione, entre sus piernas meciéndose con ella de un lado al otro, no permitía que nadie se le acercara o inclusive la tocara, se negaba al hecho de que perturbaran su paz. Se acomodo lo mejor que pudo y torturándose así mismo beso lentamente los labios de castaña.

Hermione inhalo con fuerza, y él río con ganas, no estaba muerta pero había sido un completo imbécil al no dejar que recibiera la atención que ella necesitaba. Con el mayor de los cuidados permitió con los aurores se acercaran para ayudar. Miro en dirección a Harry, quien veía detenidamente el cuerpo de Sirius, tendido boca bajo sin soplo de vida. Era mejor marcharse y que todo acabara.

Draco y Harry, se encontraban en la sala de espera de San Mugo, estaban atendiendo a Hermione, y por más de que ambos trataran de ser optimistas los sanadores se remitían el estado de la muchacha. Draco le había enviado un patronus ha Narcissa, quien se encontraba con Pansy, en la mansión temerosas de lo que pudiera ocurrir. Ambas mujeres llegaron de inmediato Narcissa, se abalanzo sobre su hijo cubriéndole las mejillas de besos.

── ¡Oh Draco, estas bien! Temía tanto por ti y lo que pudiera hacerte ese maniático.

──Tranquila madre yo estoy bien, pero Hermione ──Su voz hizo un fallo amargo ── No sé como esta, juro que si algo le pasa no sabré perdonármelo.

──No cariño, Hermione es fuerte ella podrá, ella siempre ha podido.

Pansy se postro frente Harry, quien inmediatamente se coloco de pie para fundirse en un abrazo con ella, recorrió su espalda frénicamente y calmo sus impulsos cuando ella se separo de él y le rozo los labios en un suave beso.

Juego sucio: El precio de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora