Capítulo 7

580 61 7
                                    

Caminábamos por la plaza que se encontraba al aire libre, así que los rayos del sol pegaban con toda su intensidad contra el suelo y la piel que comenzaba a quemarse, y pensar que solo anoche se había desatado una tormenta.

Pensándolo bien, al estar en el cuerpo de mi hermano podría hacer que al fin ese idiota se aleje para siempre. ¡Pero por supuesto, soy jodidamente brillante! No creo que vaya a ser muy difícil, en un principio no iba dejar que se me acercara o hablara demasiado, así que solo sería darle un nuevo objetivo al plan.

¿Por qué cuando estoy planeando algo en contra de mi hermano tiene que aparecer?

A unas cuantas tiendas más adelante estaban España y mi hermano, Italia corría por todo el lugar como si fuera un niño pequeño en un parque de atracciones, mientras que la cara de su acompañante le brillaba al verlo de esta manera.

Me daba asco esa escena.

Hice que el idiota alemán se metiera conmigo a una tienda para escondernos, me dolía la cabeza con solo pensar en toda la actuación que debería de realizar si nos topábamos con ellos.

-¡Felicidades, son los clientes número cien de nuestra tienda! – gritaron en coro múltiples personas cuando pasamos debajo del umbral.

Miles de globos de colores y confeti cayeron encima de nosotros y hubo un gran bullicio después de toda aquella ceremonia.

-¡Ustedes han ganado dos entradas al parque de diversiones para parejas! – decía una joven animadamente mientras nos entregaba nuestro premio - ¡Disfruten al máximo!

-¿Parque de diversiones para parejas! ¿Eso existe? – Debo haberlo dicho demasiado alto, porque el alemán solo subió los hombros en desconcierto y después de ello pude escuchar la voz de mi hermano gritando.

-¡Alemania! – se detuvo a unos centímetros de él, se notaba a leguas que deseaba abrazarlo - ¿Qué es lo que hacen aquí? ¡Hay una promoción en un nuevo restaurant que acaban de abrir! ¡Todo lo que puedas comer, vamos!

-Gracias por la oferta, Romano, pero en este momento estoy con Italia.

Pero cuando el rubio dotado se alejaba para regresar a mi lado, Italia que estaba en mi cuerpo ya lo había arrastrado hasta aquel lugar.

Es jodidamente genial, ahora estoy a solas con España, que alguien me mate ahora.

-¿Quieres ir a algún lado, Italia? – sonrió ingenuamente.

-No, la verdad es que yo...

-¡Vamos! – me interrumpió y también me arrastró a quién sabe dónde.

Terminamos en un mirador rústico, la barda delimitante era de piedra y todos los árboles que decoraban el lugar lo hacían agradable, aunque al ver detenidamente todas las personas que se encontraban ahí eran parejas, hasta pudimos apreciar una proposición de matrimonio, ¿acaso no eran Dinamarca y Noruega? En fin, no me molesté en identificarlos.

Nos recargamos en la barda para contemplar la vista.

-¿Sabes, Italia? Romano me pidió que te distrajera para que pudiera hablar con Alemania, supongo que le da pena que te enteres de este tipo de cosas, pero tal vez por fin le dé su aprobación. Aunque aún no puedo creer lo abierto que fue al decirme eso.

Y España era todo un ingenuo, seguramente mi hermano solo lo engañó para que pudiera estar un tiempo a solas con aquel idiota sin que España lo estuviera persiguiendo.

-Romano jamás le va a dar su aprobación – bufé.

-¿Por qué dices eso? Desde mi punto de vista es bastante posible.

-No pienses que conoces a Romano, no sabes nada.

Sentía que al estar en la piel de otra persona podía decir abiertamente lo que pensaba, no había la jodida necesidad de esconder algo, era como si ya no importara lo que pensaran de ti.

-Tal vez sea cierto – agachó la vista resignadamente con un poco de dolor en su semblante – pero nunca terminas de conocer a una persona, y a él yo quiero seguir conociéndolo hasta que no quede nada más que saber de él.

-Podrías empezar por saber quién es él sin importar su apariencia – lo había dicho tan quedo que pareció que solo fue un pensamiento.

-Pero debes estar feliz, es muy probable que a Romano por fin le esté agradando Alemania, aunque no creo que realmente le desagrade, tengo el presentimiento de que solo quiere proteger a Italia de algo.

- ¿Quieres saber por qué a él no le agrada ese macho rubio? – me miró sin comprender, solo continué – Hace mucho tiempo, años en realidad, Italia estaba saliendo con...yo – me corregí al percatarme de que aun jugaba a ser Italia – estaba saliendo con un chico, su nombre era Sacro Imperio Romano en aquel entonces, lo amaba demasiado hasta el punto en que a veces olvidaba comer por estar pensando en él, pero un día, sin previo aviso, él murió.

>>O por lo menos metafóricamente, había tenido un terrible accidente, apenas se podía mantener con vida, estuvo casi años en el hospital, iba todos los días a visitarlo a contarle historias con la esperanza de que así se recuperara más rápidamente. Hasta que un día por fin abrió los ojos, fui corriendo a verlo sin importarme nada apenas recibí la llamada del hospital, pero cuando entré por fin con los ojos llorosos para verlo, él no me reconoció, había perdido su memoria al punto en que no recordaba ni su propio nombre. Pero en vez de llorar solo sonreí. A pesar de que traté en ayudarlo a recuperar su memoria, nunca regresó.

-¿Qué fue lo que pasó con él? – preguntó España conociendo por primera vez esta historia.

-Ahora vivo con él.

.

Continuará...

Change of Heart (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora