Change of Heart (yaoi)

Capítulo 2

Todos se encontraban en la cocina cuando yo salí, Italia llevaba un ridículo delantal de holanes pomposo que hasta a mí me dio pena, pero el servía la comida alegremente con esa cara de idiota que luego pone, aunque no me quejo, hasta ahora es la mejor comida que he probado.

-¡Doitsu, doitsu! ¿Sabes? Hace unos días me encontré con Inglaterra y estaba murmurando cosas muy extrañas, algo sobre una venganza...creo.

-¡Qué? ¿No te dijo a qué se refería con eso? - ¿Por qué este macho patatas será tan gritón?

-Supongo~ ve~ Estaba diciendo algo de Francia, pero apareció una bambina muy mona y lo ignoré.

Mi hermano es idiota, ¿cómo puede tener novio y estar fijándose en otras mujeres? Pero si es tan fácil de que deje a ese idiota entonces no voy a tener que esforzarme mucho. Lo llevaré con unas bambinas que conocí hace no mucho, eren tan bonitas que tenía la necesidad de conseguir sus números. Solo una llamada bastará.

Creo haber notado que la mirada del macho patatas cambió un poco al tocar el tema de la señorita, pero no comentó nada al respecto. Es tan raro ese imbécil.

-Ita-chan, no está bien el fijarte en otras personas cuando estas saliendo con alguien - le reprimió España con amabilidad - eso podría afectar el corazón de Alemania.

-¿Ve~? - Mi hermano se quedó pensativo - ¡Doitsu, lo siento, no quería que te sintieras triste!

Italia estaba casi llorando abrazado de aquella masa fortachona llamada Alemania.

-¿Quién esta triste? - respondió Alemania de forma muy baja. Mientras mi hermano seguía llorando aferrado a él lanzado múltiples disculpas. Luego el idiota de Alemania lo apartó unos centímetros mirándolo fijamente - Italia, deja de llorar, todo está bien, ¿sí?

Creo que es el semblante más dulce que jamás le había visto a aquel fortachón, aunque solo había torcido su boca en una mueca rara, enseguida Italia contuvo las lágrimas y lo abrazó nuevamente pero esta vez con una sonrisa radiante en su rostro para después... ¡besarlo? ¡Qué le sucede al idiota de mi hermano?

España me había estado contemplando fijamente después de esa escena, ¿qué esperaba? ¿Qué lo besara de igual manera? ¡Debe estar idiota al creer algo como eso! ¡Quién podría hacer algo así? ¿O es que él quería be-besarme? ¡De ninguna manera se lo iba a permitir!

Cuando lo vi aproximarse hacía mí, los nervios me invadieron y quise echarme hacía atrás, pero al hacerlo tambaleé lo suficiente la silla como para caer de espaldas contra el piso.

-¡Romanito! - Profirió un grito angustiado España - ¿estás bien?

-¡E-es tu culpa! Si no te hubieras acercado tanto... ¡Idiota!

El idiota se hizo el tonto al poner una cara extrañada. De nuevo se aproximó y yo solo cerré los ojos, sentí cómo pasó su mano por mi cabello, luego su tacto se detuvo.

-Una pelusa - señaló sonriente lo que había quitado de mi cabello.

¡Este idiota me hizo imaginar cosas raras y él actuando con tanta naturalidad!

-¡Onii-chan! ¿Te lastimaste? ¡Debemos llevarte al hospital rápidamente! E-esto, primero... - su angustia era exagerada, aunque era reconfortante para mí saber que era más importante que ese imbécil come patatas.

-Italia tranquilízate - posó una manó sobre él Alemania - no es un asunto tan grave.

¡Este maldito me estresa! A veces no entiendo como mi hermano lo soporta, ¿quién soportaría vivir bajo el mismo techo que este tipo? Posiblemente yo lo hubiera corrido de la casa para hacer todo un imperio, sí, ese idiota ni siquiera sabría lo que lo golpeó.