Capítulo 4

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La jodida luz que atravesaba la ventana fue lo que me despertó, estúpido España por no esperarme, más le vale que como mínimo me este haciendo el desayuno para así perdonar su insolencia.

¡Joder! La estúpida resaca atacó sin siquiera darme cuenta y olvidando completamente que me vi involucrado con las tentaciones del alcohol. Y después... ¿Qué fue lo que ocurrió? Ni siquiera recuerdo el momento en que me quedé dormido.

Me doblé en dos después de sentir una punzada que me atravesaba la espalda baja al momento de pararme de la cama. ¡Maldita sea! Ahora recuerdo lo que me hizo el jodido del tomate ayer. ¿No pudo haber sido más gentil? Me dolía como a los mil demonios y cada paso que daba era como ser molido por un tractor.

Salí de la habitación solo para darme cuenta que el desayuno efectivamente estaba servido, me encontraba tan cansado y la luz me molestaba tanto en los ojos que prácticamente los tenía cerrados.

El dolor de todo mi cuerpo me impedía darme cuenta de cualquier cosa que estuviese pasando.

Escuché, lo que fue mi parecer, la voz de mi estúpido hermano.

-¡España onii-chan! ¿Eso es pasta? ¡Me encanta~!

Mientras conversaban yo comía y accidentalmente manche mi cara.

-¡Oh, Romanito! ¡Eso es tan tierno!

Estaba preparando el golpe que iba a dirigirle a España mientras esperaba que aquel idiota llegara a abrazarme, pero solo me quedé pensando en ello, porque corrió a los brazos de Feliciano.

¡Qué le pasa a ese infeliz? ¡Después de lo de anoche...! ¡Acaso piensa tener a los dos Vargas? No me importó porque me daba igual lo que hiciera ese sujeto e igual (de alguna rebuscada manera) lo había utilizado para tener un poco de diversión.

-¡Doitsu! — Italia se zafó de España para abrazar apresuradamente a aquel idiota sudoroso que llegaba de algún entrenamiento - ¡Doitsu! ¿Podemos ir por pasteles? Tengo antojo de algo dulce~

-Supongo que no habrá problema... - Alemania lo miraba confundido.

-¡Joder! ¡De verdad piensan mostrar ese tipo de afecto en público? Es demasiado temprano para que se pongan cariñosos — grité aun tragando el bocado de comida.

Todos me voltearon a ver, pero los ignoré.

-No debes ponerte celoso — me dijo España como si me importara lo que saliera de su boca.

Alemania se acercó a mí mientras lo ignoraba completamente y me besó en la frente. Espera... ¡Qué? ¡Qué acaba de pasar? ¡Cómo te atreves a ponerme una maldita mano encima? ¡Tú, jodido come patatas!

Estaba demasiado aturdido para reaccionar, la situación era demasiado incomprensible para analizarla, pero luego, luego me di cuenta, la cabeza me daba vueltas como loca.

Podía ver como un Romano con lágrimas en los ojos le reclamaba y pegaba en el pecho con golpes de niña a Alemania, llamándolo incontables veces Doitsu.

España corrió a abrazar a ese Romano diciendo que yo...que ese yo era de él.

¿Estoy soñando o todavía sigo ebrio?

Entre corriendo al baño tirando algunas cosas que se encontraban de camino como sillas y floreros. Me enjuagué la cara y al verme al espejo descubrí el rostro de Feliciano en el que debería ser mi reflejo.

¡Con un coño! ¡Pero qué jodidos está pasando aquí?

Sentí ganas de desmayarme por toda la tensión, recargándome contra la pared para no caer. En ese momento no sabía que era peor: la resaca, el inconfundible y todavía desgarrante dolor de mi espalda baja o aquella situación en la que mi cabeza no sabía ni siquiera por dónde comenzar a explicarse.

Alemania entró viendo mi mal estado, no sé qué pudo haber visto en mi cara: si confusión, nervios, desesperación, cansancio o cualquier otra emoción de la que yo no me haya percatado. Pero preocupadamente se acercó hacía mí y trató de tocarme, tal vez hasta de cargarme porque apenas podía mantenerme en pie.

Cuando se aproximó le lancé un golpe evasivo y un ruidoso grito se escuchó en toda la casa:

-¡Aléjate ahora mismo de mí, bastardo! — sujetaba mi cabeza con desesperación y veía en cualquier dirección para encontrar una solución.

Él estaba estupefacto, pero yo aun trataba de averiguar lo que ocurría, sentía como si no pudiese respirar y el mundo se derribaba encima de mí en grandes cantidades.

-¡Con una mierda, Feliciano, ven aquí ahora mismo! — declaré de forma estridente.

España y Alemania no entendían lo que sucedía, pero no creo que menos que yo.

Los ignoré completamente y me encerré en el baño con Feliciano. El Feliciano que estaba en mi cuerpo.

-¡Waah! ¡Onii-chan, te disfrazaste de mí! — el idiota revoloteaba en su mundo.

Lo enfrente al espejo para que se percatara de su reflejo.

-Ve ~ - Lo analizó un poco — onii-chan no me digas que... ¡Estamos disfrazados uno del otro! Hay que enseñarle a los otros nuestros disfraces.

-¡Italia, reacciona! ¡Esto no es un jodido disfraz! ¡De alguna manera tú estás en mi cuerpo  y yo en el tuyo!

El pánico lo inundó y empezó a lanzar gritos escandalizados. Verme desde fuera me hacía darme cuenta que en realidad era bastante guapo, ¡pero no si mi hermano me hace ver como una niñita llorona!

-¡Italia, tranquilízate! — lo tome por los hombros y relajé la voz — tenemos que pensar en cómo solucionar esto.

-¿P-pero cómo sucedió? ¿Por qué estamos así?

Era raro hablar conmigo mismo...

-No lo sé, pero en este momento no es lo importante, sino el cómo vamos a regresar a nuestros cuerpos originales.

-Tal vez deberíamos preguntarles a Doitsu y España onii-chan, seguramente a ellos se les ocurrirá algo.

-¡No! Si salimos diciendo que nuestras almas se cambiaron de alguna forma que ni nosotros logramos entender, nos van a creer locos y nos van a encerrar en algún jodido manicomio.

-Entonces... ¿Deberíamos fingir ser el otro mientras descubrimos cómo regresar a la normalidad?

Jodidamente brillante, a veces Italia no era tan idiota como aparentaba.

-Tal vez sería lo mejor, quién sabe, tal vez mañana en la mañana regresemos a la normalidad. Entonces así lo haremos. Fingiremos ser la otra persona.

Me senté en la taza del baño mientras exhalaba un suspiro y me resignaba a la idea.

¡Joder, me duele el trasero!

Oh mierda, acabo de caer en la cuenta, si este no es mi cuerpo y me duele tanto ahí, quiere decir que... ¡Joder, joder, joder! ¡Esto es asqueroso! ¡Quiere decir que estoy sintiendo el dolor del cuerpo de Italia! Y no creo que por harte de magia o por alguna situación médica desconocida tenga este tipo de dolor. Quiere decir que... con Alemania. ¡Es como si me hubiese follado a mí Alemania!

Y si él también siente el dolor de mi cuerpo tal vez ya se haya dado cuenta que hice lo mismo con España. ¡Maldición, con un carajo! ¡El peor día de mi vida!


Continuará...

Change of Heart (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora