Capítulo 11

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POV INGLATERRA

Los días eran cada vez más agotadores en la oficina, todo parecía gris, monótono y aburrido. El papeleo se amontonaba en múltiples y pesadas torres que amenazaban con matar a alguien si estas se venían abajo.

Me concentraba en el reloj, parecía que avanzaba más lento de lo habitual, ¿es posible que algo lo haga avanzar más despacio? Estaba desesperado por salir de esta prisión.

En algún momento de la tarde tuve la dicha de salir de aquel lugar, no sin antes corregir a mis subordinadas y encargarles nuevos deberes; parecían tener demasiado tiempo libre.

Quería encontrarme rápido con aquella sonrisa torpe que me quitaría el estrés, pero para mi desgracia no estaba destinado a verla en ese momento, ya que Francia me insistió desgastantemente que me encontrara con él en un restaurant cerca de la oficina.

Cuando llegué al restaurant, él ya me estaba esperando adentro en una de las mesas, solté un cansado suspiro y me aproximé hacia donde él estaba.

Enseguida se levantó y me plantó un beso en la mejilla con una felicidad desbordante.

-¡Cuántas veces te he dicho que dejes de hacer eso! ¡Es repulsivo! – lancé maldiciones en su cara que parecieron no importarle.

-¡Pero es que es tiempo de celebrar! – no hacia esfuerzo por esconder su emoción.

-¿Por fin conseguiste a alguien que te donara un cerebro? – bufé.

Esperaba un insultó de regreso, pero esto no sucedió. Me quedé pasmado por la extrañeza.

-¿A caso tienes fiebre? – busqué poner mi mano sobre su frente, pero su temperatura era regular - ¿estás a punto de morir?

-¡Pero a punto de morir de amor! – tamborileó sus dedos contra la mesa, al parecer no pudo reprimir un grito de alegría - ¡Me voy a casar!

Me quedé pasmado ante la noticia, ¿cómo es que él, siendo un pervertido mujeriego, pudo encontrar a alguien que aceptara estar a su lado por el resto de su vida? Ni siquiera me había comentado que había estado saliendo con alguien, probablemente engancho a la pobre chica con algunas palabras bonitas hace algunos días.

-¿Quién es la desdichada? – pregunté al fin cuando la cara de Francia cambió debido a mi falta de reacción.

-Ya deberías de saberlo, te comenté acerca de ella varias veces, tú me impulsaste a que le propusiera matrimonio.

-No es verdad, jamás me has hablado acerca de nadie.

-¿Qué tan borracho debes de estar para olvidar las palabras de un amigo? – se sujetó la cabeza con aire decepcionado y burlón. – A veces olvido lo mal que te pones con un poco de alcohol.

Me crucé de brazos y traté de recordar, pronto todas aquellas escenas en las que estuve con él en el bar tuvieron lucidez, aunque fueron difusas.

-¿Jeanne...? ¿Se llamaba Jeanne?

Francia aplaudió como un niño pequeño al haber acertado en el nombre de su prometida.

Un mesero tomó nuestra orden y a los pocos minutos nuestros pedidos se encontraron sobre la mesa.

-¿Eso era todo? ¿Por eso tanta insistencia en verme?

-¡Oh! Eres realmente malvado y desconsiderado conmigo, ¿no podrías alegrarte un poco más?

Di un sorbo a mi té, mis pensamientos se habían alejado por un momento en encontrarme lo antes posible con América, llevaba tanto tiempo sin verlo...

Change of Heart (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora