Destinado a amarte | SeHo (M-preg)

Prologo.

Seúl, Corea del Sur 10:30 pm.

La lluvia cae, empañando las ventanas del pequeño pero lujoso restaurante italiano donde Oh SeHun tenía una reservación para las 9:00 pm. Ha pasado más de una hora y su novio no aparece, no contesta sus mensajes y cada vez que intenta llamarle inmediatamente lo enlazan al buzón de voz.

¿Por qué no aparecía? LuHan sabía que esa fecha era importante, era su séptimo aniversario. Era una costumbre para él y SeHun visitar aquel restaurante en cada aniversario, puesto que ahí tuvieron su primera cita, su primer beso, y fue justamente en aquella mesa donde SeHun esperaba, que el primer te amo fue dicho, escapando de los labios de ambos apenas como un susurro.

—¿Esta listo para ordenar?—el mesero pregunta por tercera vez en la noche, y SeHun le lanza una mirada letal—. De acuerdo, volveré en un rato más.

¿Dónde te metiste Lu?

Si había algo que caracterizaba a LuHan era su puntualidad. Lo usual era que SeHun llegara tarde a sus citas, el trabajo consumía demasiadas horas de su día y muchas veces se olvidaba de la hora a la que había quedado con Lu. Pero esta vez era distinto, SeHun llegó incluso minutos antes de lo acordado, porque esa noche era demasiado especial, esa noche se decidiría si iban a pasar el resto de su vida juntos.

SeHun estaba convencido de que LuHan era la persona con la que debía estar. Él no creía en esas tonterías de las que tantas personas hablaban, aquella cosa a la que le llamaban destino. Para Oh SeHun aquello era una estupidez, no era posible que una persona estuviera destinada a otra, era solo una forma ridícula de llamarle a una casualidad. 

Porque en la vida solo había casualidades, el había conocido a LuHan por mera casualidad, no había sido obra del destino que a Lu casi lo arrollara un coche y SeHun lo jalara del brazo para rescatarlo de una muerte segura, así como había sido LuHan a quien rescató, pudo haber sido cualquier otra persona.

De cualquier forma, casualidad o destino, SeHun sentía que Lu era el indicado para él. Podía verse a si mismo llegando a casa cada noche directo a los brazos de LuHan. No se sentía especialmente emocionado por la situación, pero SeHun no era un romántico, a él no le iba todo eso de las maripositas en el estomago, las manos sudorosas o los nervios antes de cada cita. Solo había una cosa que Oh SeHun buscaba en una relación, seguridad. Y LuHan le brindaba eso y mucho más, así que ¿qué importaba sino se sentía como colegiala enamorada al pensar en unir su vida para siempre con su novio de siete años? SeHun lo amaba, y estaba seguro de que podría ser feliz a su lado, y también sabía que LuHan podría hacerlo feliz a él, al fin y al cabo a lo largo de esos siete años no había sido otra cosa más que feliz.

Pero ¿por qué presentía que LuHan no iba a aparecer?

SeHun continuaba jugando nerviosamente con la pequeña caja de terciopelo que guardaba dentro del bolsillo de su gabardina. Casi siente que el corazón se le sale del pecho cuando su celular vibra dentro del bolsillo. Lo saca rapidamente, con dedos temblorosos y resbaladizos, y sonríe de alivio una vez que ve la fotografía de LuHan iluminando la pantalla.

—¡Lulu!

—Lo siento mucho Hunnie, tuve que apagar mi teléfono al abordar el avión.

—¿Avión?

—¡Me han contratado Hunnie! Los del ballet de Pekín, los que me habían rechazado hace tres meses, quieren que tome el papel como bailarín principal en El Cascanueces.

—¿Dónde estás ahora?

—Voy saliendo del aeropuerto, estoy apunto de coger un taxi.