Capítulo 22: Revelación

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Después de descubrir que todo lo que necesitaba para que el bebé pateara era simple y sencillamente cantarle, SeHun no había dejado de hacerlo. El día para los Oh no estaba completo hasta que SeHun le cantase al bebé y éste respondiera dando pataditas.

JunMyeon estaba a nada de sufrir una pérdida auditiva ligera, pero valía la pena. Valía la pena porque sentir a su bebé respondiendo de aquella manera ante la voz de SeHun era algo mágico, algo que nunca pensó que experimentaría en carne propia.

JunMyeon había intentado en más de una ocasión explicarle a SeHun como se sentía que el pequeño pateara o se moviera dentro suyo, pero nunca encontraba las palabras correctas, así que únicamente atinaba a decir "Hermoso, es así como se siente. Simplemente hermoso."

Afortunadamente con el paso de los días JunMyeon había dejado de experimentar el dolor en su vientre tan intensamente, no había desaparecido del todo, pero poco a poco se había convertido en algo que el mayor había aprendido a tolerar.

Visitaron a MinSeok un par de veces, llenaron al pequeño Daeul de regalos y tanto MinSeok como JongDae concluyeron que su bebé sería definitivamente un niño muy mimado por sus tíos. SeHun estaba encantado con el pequeño, lo había sostenido en sus brazos más veces de las que JongDae lo había hecho, y es que por algún extraño motivo Daeul siempre se soltaba a llorar cada vez que JongDae le sostenía.

El tener a Daeul en la familia sólo aumentaba las ansias en la pareja por adelantar el tiempo para así tener a su bebé con ellos.

Quien había mostrado más signos de ansiedad ante la espera del bebé era SeHun, y fue precisamente por eso que JunMyeon no lograba comprender porque en el último par de días SeHun había comenzado a mostrarse un poco distante.

El cambio había sido repentino, y a ojos ajenos era prácticamente imperceptible, pero JunMyeon conocía a SeHun mejor que a sí mismo, y no había podido pasar por alto la forma en la que el menor se estaba comportando.

No era frío, ni distante en demasía, pero definitivamente había algo distinto en la forma en la que le trataba y eso a JunMyeon no le gustaba ni un poco.

Por primera vez en semanas, SeHun se había ido a dormir sin darle las buenas noches al bebé, y eso tocó una fibra muy sensible en JunMyeon. El mayor se fue a dormir con un enorme nudo en la garganta.

Cuando JunMyeon despertó el nudo en la garganta seguía ahí, era como si tuviese una pregunta importante que hacer y ésta se hubiese quedado atrapada ahí, atormentándole.

SeHun no estaba en la habitación y aquello llevó a JunMyeon a suspirar cansinamente y frotarse el vientre.

— ¿Dónde estará tu papi? No te molestes con él porque no te dio las buenas noches el día de ayer, estaba muy cansado y se quedó dormido muy rápido. No vayas a pensar que se ha olvidado de ti mi amor, él te ama muchísimo.

Estiró los bracitos y se dispuso a levantarse de la cama, pero cuando estaba a punto de ponerse de pie el sonido del cancel corriéndose invadió sus oídos, SeHun entró con una bandeja de desayuno.

— Buenos días mi cielo.

— Buenos días SeHun-ah.

— ¿Tienes hambre?

— Muchísima, y durazno está hambriento también.

— Eso es bueno, mis pequeños deben alimentarse muy bien.

JunMyeon únicamente asintió y tomó la bandeja de desayuno, se sentó en la cama y comenzó a comer en silencio. SeHun se dedicó a mirarle, y justo cuando el mayor iba por su cuarto waffle SeHun suspiró llamando inmediatamente su atención.

Destinado a amarte | SeHo (M-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora