Destinado a amarte | SeHo (M-preg)

Capítulo 13: Sólo tú.

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Convencer a JunMyeon de levantarse de la cama a la mañana siguiente fue toda una odisea para SeHun, estuvo a punto de permitirle dormir largo y tendido, pero recordó lo mucho que le había extrañado el día anterior, y no estaba dispuesto a pasarse todo el día entre un montón de papeles y sin JunMyeon.

SeHun sabía que, si había algo a lo que el mayor no podía resistirse, era a sus caricias, a sus besos. Comenzó a repartir besos por todo su rostro, pero JunMyeon únicamente fruncía el ceño, hacía ruiditos extraños y le volteaba la cara.

—Duraznito ya es hora, despierta. —acarició la nariz del mayor con la suya, llevó una mano al pequeño bulto que se escondía debajo de su amplia camiseta y comenzó a acariciarle con parsimonia. —Tu mami es muy floja durazno, espero que no heredes eso de su parte.

—¿Q-que hora es? —JunMyeon preguntó, los ojos cerrados y sus labios formando un bonito puchero. — ¿No podemos quedarnos en la cama todo el día?

—Hora de levantarse mi amor, y no, no podemos. —continuo con las caricias en su abdomen, pero el mayor no parecía tener la más mínima intención de moverse, así que comenzó a pellizcarle suavemente los rollitos de la cintura pues sabía que JunMyeon detestaba aquello.

—S-seHun-ah no hagas eso. —le apartó la mano suavemente, pero SeHun volvió a colocarla donde mismo y le pellizcó de nuevo. — ¡SeHun-ah no! —lo apartó con brusquedad.

—Lo siento. —se disculpó rápidamente el menor. —Lo siento mi amor, no quería enfadarte.

—N-no me enfado, p-pero no me gusta que hagas eso. —jaloneó la camiseta con una de sus manos. —Es vergonzoso.

—¿Vergonzoso? ¿Por qué dices eso amor?

—P-porque lo es, antes no tenía rollitos, y ahora sí los tengo, e-es vergonzoso.

—Yo no creo que sea así, creo que es precioso. —SeHun acunó el rostro de JunMyeon entre sus manos y le besó ambas mejillas con ternura. —Todo tu eres precioso, y me gusta que seas suavecito.

—¿Soy suavecito? —JunMyeon abultó el labio inferior y miró a SeHun con ojos cristalizados.

—Muuuy suavecito. —SeHun dejó que sus manos se deslizaran dentro de la camiseta del mayor para acariciar las partes más suavecitas de su abdomen. —Tanto que podría comerte en este preciso momento.

—S-seHun-ah b-basta. —JunMyeon se sonrojó hasta las orejas y se cubrió el rostro con ambas manos.

—¡Estoy hablando en serio JunMyeon! De verdad quisiera comerte, pero sé que necesito dejar que tu cuerpo descanse, tendré que controlarme. —un tanto desganado, retiró sus manos de la cintura del mayor. —Aunque me lo pongas tan difícil ¿cómo puedes lucir tan bonito a estas horas de la mañana?

—No digas tonterías tan temprano SeHun-ah.

—No son tonterías. —le dio una suave palmada en el trasero y JunMyeon se sobresaltó. —Seguiría discutiendo contigo, tratando de convencerte de lo bonito que eres, pero estoy seguro que me tomaría demasiado tiempo, y prefiero invertir ese tiempo en otra cosa.

—¿Ah sí? —JunMyeon sonrió ampliamente y miró a SeHun directo a los ojos. —¿En qué cosa?

—No pienses cosas raras Duraznito pervertido. —le besó en la punta de la nariz. —Iré a prepararte un baño, levántate, no quiero que vuelvas a quedarte dormido. Puedes buscar tu atuendo para hoy en lo que yo lo preparo ¿sí?

—¿No me cargas hasta el vestidor? —preguntó, haciendo un puchero y extendiendo los brazos hacia el menor. —¿Por favor?

SeHun le sonrió con ternura y acarició su cabello antes de tomarlo entre sus brazos. JunMyeon era todo un consentido, pero el menor no tenía ningún problema con ello. Sabía lo inseguro, lo frágil que podía llegar a ser JunMyeon, y sabía también que con sus mimos podía hacerlo sentir especial.