17.
Tras estar un buen rato en el cementerio, ya que Derek tenía que limpiar de ramitas y hojas secas la zona donde descansaba su abuelo, fueron los dos a por un café y algo de desayunar, ya que no tomaban nada desde la salida apresurada de casa.
Derek estaba algo taciturno, seguramente por la reciente visita a la tumba de su abuelo, pero cuando Stiles le cogió la mano y le sonrió con sinceridad, volvió a estar normal.
—¿Estás bien? —preguntó el castaño acariciándole el dorso.
—Sí... es simplemente que me pongo así cada vez que vengo a verlo. Y hoy más, ya que estás tú. Me da pena que no lo conocieras, creo que te hubiera querido más que a mí.
—Eso es imposible, no creo que nadie pueda preferirme a mí antes que a ti. Eres maravilloso Derek.
—Cállate —dijo frunciéndole el ceño y sonriendo.
—Sabes que es verdad y no soportas que lleve la razón, ¿verdad?
—Exacto. No porque es obvio que todo el mundo te adora, nooo.
Stiles le puso los ojos en blanco y dieron por finalizada su conversación cuando la camarera fue a tomarles nota. Pidieron sendos cafés y una ración de tortitas para cada uno, y se quedaron en silencio. Derek contempló el paisaje por la ventana, sintiendo que los recuerdos se agolpaban en su interior, aunque no todos agradables ni felices, pero sin embargo eran recuerdos de su infancia.
Derek había sido un niño de pocos amigos, era más bien reservado, y sólo se dejaba conocer en los campamentos. En el colegio siempre era el chico misterioso, del que todas las niñas estaban enamoradas y les mandaban cartas de san Valentín... pero él se dedicó siempre a estudiar, a leer (pero eso desde que conoció a Stiles) y a jugar en los recreos con sus compañeros al fútbol o a cualquier otro deporte que quisieran. Él era bueno en todos, y esos fueron la mayoría de amigos que tuvo durante el año.
En verano, volvía a ver a Danny, a Isaac, a Ethan... esos eran sus amigos, aquellas personas con las que verdaderamente habían pasado más horas al día con él. Habían convivido tantos días y habían compartido tantas experiencias, que en ese pueblo tenía pocos recuerdos memorables, aparte de los familiares.
El misterioso y atractivo Derek Hale sólo dejaba ver cómo era a unos trozos de papel en los que se desahogaba una vez al año para el chico de ocho años de ojos marrones que tenía en esos momentos sentado frente a él, aunque bastante más mayor. Éste le frunció el ceño preocupado.
—Normalmente eres gruñón, callado y pensativo, pero no conmigo, ¿qué es lo que te pasa? —preguntó Stiles haciendo un mohín.
—No me pasa nada, simplemente este pueblo me trae muchos recuerdos, pero odio que ninguno sea contigo —se quejó.
—Bueno, no nos dio tiempo hace nueve años. Ahora podemos cambiar eso, ¿no? —inquirió el castaño con media sonrisa.
—Tienes razón —rio entre dientes—. Me alegro por fin haber podido venir contigo. —Stiles se quedó pensativo y se mordió el labio unos segundos.
—¿Alguna vez... ha venido Allison contigo? —repuso en voz baja. Derek negó con la cabeza.
—¿Crees que mi madre hubiera dejado que entrara alguien que no fueras tú? Siempre he venido con Claudia, y siempre pasamos las vacaciones separados. El único día que me tengo que reunir con los Argent es el día de Navidad.
—Ah...
—Pero este año no iré —murmuró suspirando y cogiéndole la mano—. Quiero pasarlas contigo.
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Titan #2: Until then
Romance▶Parte 2 de 2 finalizada◀ Ganadora de #NCAWARDS de la categoría Favorita de los fans (¡Gracias!) Nueve años han pasado, y Stiles Stilinski se debe enfrentar a su pasado. Tiene que vivir en una casa donde sufrió las mayores pesadillas que un niño pod...